Muchas personas
del ambiente intelectual de la época y también quien esto escribe, celebraron
el hecho de masificar la obra de Gallegos, poco difundida en la TV, con la
excepción de una miniserie del maestro Cabrujas, de buena calidad pero muy
breve para adentrarse en la obra
Prensa. Tal
Cual.
Hace
algunos años se presentó en la TV venezolana una telenovela a capítulos basada
en la gran obra de Don Rómulo Gallegos: Doña Bárbara, considerada la obra
máxima de dicho autor, coincidiendo la fecha con la celebración de los ochenta
años de su publicación en España, donde también obtuvo el Premio de Novela del
Año, concedido por las editoriales españolas. La telenovela precedida por un
despliegue de propaganda y una costosa producción pasó sin pena ni gloria a
pesar de ello.
Muchas
personas del ambiente intelectual de la época y también quien esto escribe,
celebraron el hecho de masificar la obra de Gallegos, poco difundida en la TV,
con la excepción de una miniserie del maestro Cabrujas, de buena calidad pero
muy breve para adentrarse en la obra.
La
telenovela fue un intento que resultó una impostura: por su guión adulterado en
el que se omitieron escenas importantes y se agregaron otras que no figuraban
en la novela, pero al menos fue un intento. Todavía queda pendiente una buena
versión de la obra para relevar a la antigua y estupenda versión de la
productora mexicana Clasa Films, filmada en 1948 con la excelente actuación de
María Félix, como la trágica guaricha.
Se
dice que el guión de la película estuvo a cargo del maestro Gallegos, que para
ese entonces ya estaba exiliado en México; esto no ha sido confirmado, pero se
puede colegir su certeza debido a la fidelidad de la versión.
Todo
este introito lleva un planteamiento y una pregunta: ¿Por qué no llevar a la TV
una buena versión de Cantaclaro?, otra obra cumbre del maestro Gallegos, que
según opinión nada desdeñable del gran poeta e intelectual venezolano Guillermo
Sucre, aventaja a Doña Bárbara en su trama compleja desarrollada en forma
sencilla, conjugando en estos dos valores el alma del llanero protagonista
principal: Florentino Coronado, el cantador del llano, el de la copla errante,
el que cantó con el Diablo, en contraposición con el otro protagonista Juan
Crisóstomo Payara, personaje ambiguo, digno de la pluma de Borges, en quien
conviven el médico ilustrado y altruista con el hombre de presa que se toma la
justicia por su propia mano.
No
solo en la personalidad de Payara está presente el elemento borgiano, también
lo está en el ambiente misterioso del Hato Payareño, así como es notable la
influencia de Poe en el tratamiento del personaje donde el incesto es algo que
flota en el aire de la pieza.
Estos
personajes bien merecen ser llevados a la televisión venezolana tan ayuna de
obras de calidad, capaces de llegar al pueblo y hacerles conocer la riqueza de
su literatura. Esta sería una labor de patria, con el perdón de la palabra tan
gastada en estos tiempos.