Prensa.
Via Ivonne Andara.
El sacerdote Lenin Ramón Bastidas
Villegas, salió este lunes 22 de agosto desde el sur de Anzoátegui hasta
Caracas, con el propósito de inspirar a otros católicos a “dejar la
indiferencia” ante la dramática situación que atraviesa Venezuela. Preocupado por la falta de
reconocimiento del gobierno de la crisis humanitaria actual, pide a la
Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), convoque una vigilia de ayuno y oración
permanente frente a las instalaciones del Consejo Nacional Electoral, para
conseguir una salida democrática bien por medio del revocatorio u otro
mecanismo constitucional.
Para emprender este camino que hará en
su mayoría a pie, renunció al cargo de párroco del municipio Independencia, el
15 agosto, durante la celebración de la misa por el Día de Nuestra Señora de
Soledad. “Tomé la decisión de renunciar a la
parroquia para comenzar una lucha nacional por la paz. Esto no significa que yo
haya renunciado a mi sacerdocio. Quiero demostrarle al pueblo que Cristo está
preocupado por la situación del país, ver la miseria en tantos rostros, ver
tanta corrupción. Esto se genera del odio y el rencor que se ha venido
instaurando en Venezuela y más que Venezuela, en el corazón de los venezolanos,
que no somos violentos y ahora vemos a tantos violentos”, explicó a los
periodistas en la Plaza Bolívar de El Tigre.
Asegura que su intención precisa, clara
e irrevocable: “Que la CEV convoque a los obispos para que dejen de sacar
comunicados y empiecen a acompañar al pueblo, que nosotros le llamamos rebaño.
Es un pueblo que tiene pastores pero vive a merced de lobos, llámese a los
políticos corruptos de la 4ta y de la 5ta”.
Quien se considera sacerdote legítimo de
la Iglesia de Cristo, siente la obligación de preocuparse por el rebaño. “He visto cómo llegan niños desnutridos,
padres pidiendo aunque sea un poquito de arroz”. El Padre Lenin Ramón Bastidas Villegas,
expresó que está dispuesto a morir hasta que haya una salida humanitaria y
democrática a la situación que vive el país. “Si no hacemos esfuerzos,
Venezuela estará llena de pobres hombres y mujeres que aceptan la corrupción”.
A pesar de haber tenido problemas con la
glicemia y falta de entrenamiento físico, confía en poder inspirar a los
jóvenes. “Parece que los jóvenes están de vacaciones mientras el país se cae.
Están distraídos en una tableta. Quiero inspirarlos, pedirle a los obispos a
que convoquen una vigilia de ayuno y oración permanente frente a las
instalaciones del CNE, para que esto tenga una salida democrática”.
Criticó aquellos sectores del gobierno
que invocan al Señor, “Cristo es libertad. No podemos seguir diciendo que somos
cristianos, siendo indiferentes”. Reiteró que la única manera de retirarlo
de la carretera, es la convocatoria a la vigilia para que se reconozca la
crisis humanitaria que padece el país. El párroco se dejará ayudar por “colas”
en los trayectos del camino Anzoátegui – Distrito Capital que no esté poblado.