Prensa. Lider.
La
temporada 2016-2017 de la Liga venezolana de Beisbol Profesional está a la
vuelta de la esquina. Los equipos iniciaron entrenamientos y cuentan con la
primera avanzada de su importación confirmada. Para
Caribes de Anzoátegui, todo marcha según lo esperado. En declaración a Unión
Radio por parte de Samuel Moscatel, gerente del equipo, “este año tenemos la
importación completa, tanto la primera como la segunda avanzada. Si todo
funciona bien y sale según el plan, tenemos los cuatro jugadores para suplantar
a los de la primera mitad”.
Entre
los criollos más destacados de esta organización en los últimos años aparece
Gorkys Hernández. El jardinero, pieza de los Gigantes de San Francisco en las
Grandes Ligas, podría perderse la temporada, pero eso no descuadra la zafra
para Moscatel.
“Es
complicado. Está tramitando la residencia; de hecho, se mudó con su familia
para allá, así que no es fácil que venga al país y mientras San Francisco esté
en la pelea es poco lo que se puede conversar con él”, señaló.
“Eso
lo sabíamos desde el año pasado (…) cuando trajimos a (Rafael) “Balita” Ortega
al equipo fue pensado como un plan B respecto a Gorkys. (Hernán) Iribarren
quiere venir desde el primer día y jugar hasta el 15 de noviembre. Ahí nos
cubrimos las espaldas”.
La
inseguridad como principal problema
Los
sucedido a inicio de semana con Trujillanos FC encendió las alarmas de la
organizaciones deportivas del país, sobre todo a Caribes, conjunto que ve
acción en el estado donde ocurrió el robo y secuestro a la unidad del equipo de
la Primera División del balompié local.
“Tuve
una reunión con mi gerente de viaje y mi jefe de seguridad, pensando cuáles
planes podemos implementar para definitivamente dejar de viajar de noche. Es el
principal problema”, indicó.
“Me
voy a reunir en Caracas con el resto de los gerentes para saber qué vamos a
hacer. De repente se puede llegar a un acuerdo con la Guardia Nacional o entes
policiales, de repente uno o dos escoltas para que sigan a los autobuses cuando
entren o salgan del estado Anzoátegui, y que cada ciudad ayude de alguna
manera”.
La
inseguridad es una marca que arrastra Venezuela y que es conocida en todo el
mundo, un dolor de cabeza para el ejecutivo. “He estado preocupado todo el día
pensando que me va a llamar algún americano que acabamos de firmar y que me
diga que no viene a Venezuela”.