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El ex embajador argentino ante El
Vaticano, fundamentó la percepción que sobresale del ámbito del justicialismo,
y se expresa internacionalmente en la calificación de Jorge Bergoglio, como el
“Papa peronista”. Fue durante la disertación que ofreció en la sede del PJ en
el marco del evento.
Valdés fue uno de los expositores
por invitación de su par parlamentario
del MERCOSUR, Julio Sotelo, como parte de las actividades de celebración de la
Semana de la Cultura Peronista en la sede del PJ chaqueño.
Aunque dejó abierta la pregunta, el ex
diplomático conocedor y amigo del Papa Francisco, demostró la relación que
existe entre las veinte verdades y los valores cristianos a partir de la
profunda influencia que la Doctrina
Social de la Iglesia tuvo en el ex presidente Juan Domingo Perón.
Las encíclicas, Chaco, Perón y De Carlo.
“El Peronismo y la Doctrina Social de la
Iglesia: Perón, Monseñor De Carlo y el Papa Francisco”, fue el título elegido
para la disertación en la que Valdez recordó que “el peronismo culturalmente
tomó de la Doctrina Social de la Iglesia la base de su doctrina”.
Las encíclicas Cuadragésimo Anno, en la
que Pío XI fundamentó el principio de subsidiariedad del Estado, que Perón
incorporó en La Comunidad Organizada, y Rerum Novarum de León XIII, fueron
fuentes en las que el ex presidente abrevó para la redacción de la Doctrina
Justicialista, cuya revisión encomendó al primer Obispo Diocesano del Chaco
monseñor Nicolás de Carlo, a quien el trabajo le valió “varios dolores de
cabeza” en el ámbito eclesiástico, rememoró Valdez.
El parlamentario citó las expresiones
que Perón pronunciara cuando vino al Chaco a condecorar al Obispo y delante de
toda la Conferencia Episcopal dijo que era mentira que de Carlo fuera
peronista, sino que él era De Carlista.
“El Peronismo y la Doctrina Social de la
Iglesia siempre han ido de la mano. En las Verdades Justicialistas ya se
tomaban los valores del cristianismo (la número 14 describe al Justicialismo
como una nueva filosofía de vida simple, práctica, popular, profundamente
cristiana y profundamente humanista). No somos un partido confesional. Pero
están en la doctrina y en la práctica”, resumió Valdés.
“Con los pobres, salir de la pobreza”.
En línea con el Concilio Vaticano II,
convocado por el Papa Juan XXIII, y la Conferencia Episcopal Latinoamericana,
que tuvo lugar en Medellin (Colombia) y en cuya redacción el cardenal argentino
Eduardo Pironio plasmó la Opción por los Pobres, el ex embajador ante la Santa
Sede agregó el surgimiento de la Teoría de la Liberación y el Movimiento de
Sacerdotes del Tercer Mundo, que de acuerdo a la organización de cada país, así
como en otros lugares planteaba la lucha de clases, en Argentina, donde uno de
sus referentes fue el padre Carlos Mugica, “encontró en el peronismo el lugar
donde discutir cómo salir de la pobreza”.
El padre jesuita Juan Carlos Scannone,
teólogo y docente referente de la Teología del Pueblo, fue maestro de Jorge
Bergoglio, el primero que se animó a ponerse el nombre Francisco y con eso
cambiar la forma y el hábito de los papas. “Esos son valores que también le
marcó el peronismo”, afirmó el ex embajador, quien recordó que el primer acto
con el cual Bergolio decidió marcar su Papado fue la visita a Lampedusa, puerto
italiano cercano al África, al que se dirigen desesperados, en búsqueda de una
esperanza de vida, libios, iraquíes, seres humanos de distintas nacionalidades,
de los cuales la mitad logra sobrevivir la travesía por el mar.
Junto a los más vulnerables.
Francisco visibilizó que ésos que eran
considerados migrantes en realidad eran refugiados. “Son los que nosotros
estamos generando con la cultura del descarte. Ellos están acá porque primero
occidente estuvo allá”, advirtió. Y denunció la globalización de la
indiferencia. Valdez explicó que entre esos países no
existieron luchas entre facciones religiosas sino a partir de la muerte de
líderes laicos en nombre de la Primavera Árabe y la influencia que en ese
proceso tuvo el gobierno norteamericano, y hoy el Estado Islámico está tomando
esos territorios, pero a su vez Europa lo está padeciendo por haberse
involucrado en esa estrategia internacional.
En ese contexto el Papa dijo que “si
insultan a tu madre es factible que algún día des un puñetazo”, al advertir la
necesidad de un ejercicio de la libertad de expresión con límite en el respeto
a las creencias religiosas. Y al recibir el premio Carlomagno, que es otorgado
por el voto de los jefes de Estado de la unión Europea y el segundo más importante después del
Nobel, manifestó que soñaba con una Europa en la que ser refugiado no sea
sinónimo de delincuente. “Los más vulnerables son con quienes el
Papa se decidió embanderar”, valoró el ex embajador argentino ante el Vaticano.
La bandera de la inter religiosidad.
Valdés resaltó también que Francisco
“levanta la bandera de la inter religiosidad”, que en Argentina había sostenido
al fundar la oración y el diálogo entre diferentes religiones y conmemorar la Noche
de los Cristales Rotos (hito de la comunidad judía frente a las aberraciones
del nazismo) en la Catedral de Buenos Aires.
“Cosas que hizo antes de ser Papa lo
hacen creíble cuando propone la inter religiosidad para encontrar la paz”,
afirmó el parlamentario, quien destacó otros gestos de Francisco como el
encuentro con el patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa en Cuba, el viaje a
Israel y Palestina y la concreción de un abrazo entre el primer ministro Simon
Perez y el presidente Mahmud Abás.
Los nuevos santos y beatos.
En esa misma línea evangelizadora se
encuadra la decisión del Papa de incluir entre los motivos de la canonización
(que son la calidad de mártir y la realización de milagros), la muerte en
nombre de la fe por manos de gente que decía profesar la misma religión. Así
impulsó la canonización del ex Obispo de El Salvador Oscar Romero e inició el
proceso de beatificación del ex obispo de La Rioja Enrique Angelelli, cuya
muerte por delito de lesa humanidad ayudó a demostrar cuando envió al tribunal
del juicio la documentación enviada por el religioso al nuncio apostólico de
entonces, denunciando que mataron a dos sacerdotes y lo estaban amenazando.
Y del mismo modo empezó el proceso de
canonización del obispo brasileño Hélder
Câmara, autor de la famosa frase “Si doy
de comer a los pobres, me dicen que soy un santo; pero si pregunto por qué los
pobres pasan hambre, me dicen que soy comunista”.
Un constructor de puentes.
“Francisco decide ser más constructor de
puentes que destructor de muros”, definió Valdez. Y mencionó como ejemplos de
esa actitud la inclusión, en el programa de la visita que realizaría a Estados
Unidos con motivo del Encuentro Mundial de Familias, de una escala previa en
Cuba para reunirse con el presidente Raúl Castro - quien prometió que si el
Papa seguía hablando como lo hacía iba a volver a rezar, y tras ese gesto fue
el primer mandatario cubano en concurrir al Vaticano después de 1958 -. Por
otra parte, las giras que realizó a Corea del Norte y Turquía, donde pronunció
una condena al homicidio armenio. “El Papa hizo 26 viajes, a 63 países, de los
cuales 56 son tienen mayoría de otra religión, y solo 7 de la católica”,
graficó.
Orgullo de lo que le dicen.
“¿El Papa es peronista? Qué se yo.
Siento gran orgullo cuando se dice eso”, manifestó el ex embajador argentino
ante El Vaticano. Observó que cuando en Europa lo señalan así “es para bajarle
el precio”. Así como le dijeron “populista” cuando fue a Santa Cruz de la
Sierra y en el encuentro con los movimientos populares reafirmó el derecho a
«las tres T»: tierra, techo y trabajo. Y “marxista” cuando publicó “la Alegría
del Evangelio”, que critica al capitalismo financiero y la financierización de
la política.
La influencia del líder de este tiempo
en la juventud.
Valdés testimonió que cuando desempeñaba
la representación diplomática de Argentina en Italia veía cómo desfilaban por
la Via della Conciliazione en Roma jóvenes de 14 a 30 años, de todos los credos
y agnósticos, de todos los lugares del mundo, para ver en las bendiciones de
los miércoles y las misas de los domingos “al líder de este tiempo que a ellos
los emocionaba por las cosas que decía, fundamentalmente sobre la Igualdad
social y la paz”.
Y concluyó esperanzado: “Al igual que
Juan XXIII, Francisco I está sembrando, y el mundo del futuro va a ser mucho
más lindo. Porque estos jóvenes influidos por él, cuando les toque gobernar y
vean que alguien se excede en una guerra, declara la guerra, fabrica las armas,
van a reaccionar y hacer un mundo mucho más igual que el que nosotros pudimos
construir”.
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