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“Es necesario que nos pongamos de
acuerdo para intentar resolver los problemas creados o agravados por esa
inmigración”, aseguró la gobernadora de Roraima, Suely Campos. La gobernación
de Roraima solicitó este lunes ayuda del gobierno federal de Brasil para
atender la creciente llegada de ciudadanos venezolanos a ese estado del norte
de Brasil debido a los altos gastos para ofrecerles servicios y a los problemas
sociales generados por la inmigración sin control.
La solicitud fue hecha por la
gobernadora de Roraima, Suely Campos, en declaraciones que concedió a la prensa
durante la ceremonia de firma del decreto por el que creó un gabinete de crisis
para atender a los miles de venezolanos que han cruzado la frontera en los
últimos meses por la grave situación que vive su país.
Campos afirmó que abordará el asunto en
una reunión que tendrá mañana, martes, en Brasilia con el ministro de Justicia,
Alexandre de Moraes, y a la que acudirá acompañada por su secretario de
Justicia, Uziel Castro, y por el diputado federal Hiran Gonçalves. La
gobernadora aseguró que la situación de los venezolanos refugiados en Roraima
se convirtió en un problema se seguridad pública por el aumento de las denuncias
de participación de los inmigrantes en crímenes como tráfico de drogas y
contrabando.
“Es necesario que nos pongamos de
acuerdo para intentar resolver los problemas creados o agravados por esa
inmigración. Se trata de algo importante para la calidad de vida de los dos
pueblos”, afirmó.
Según el Ministerio de Justicia, 1.805
venezolanos han solicitado refugio en lo que va de este año en Roraima, cifra
que supera a los pedidos similares registrados en los últimos cinco años y que
septuplica la de 2015.
Además, decenas de venezolanos viven en
las calles de la ciudad fronteriza de Pacaraima, la principal puerta de entrada
a Brasil desde el país vecino, y en Boa Vista, la capital regional. Según
medios locales, en los últimos meses cerca de 30.000 venezolanos han cruzado la
frontera para comprar comida y otros suministros, debido a la crisis de
desabastecimiento en su país, aunque la mayoría de ellos han regresado a sus
ciudades de origen.
Campos afirmó que la gobernación ha
elevado significativamente sus gastos para ofrecerles servicios de salud y
educación a los inmigrantes venezolanos y necesita compartir esos gastos con el
Gobierno federal de Brasil. Explicó que el número de venezolanos atendidos en
el principal hospital público de Pacaraima aumentó en un 400 % este año, hasta
el punto que son más los extranjeros que los brasileños atendidos, y que el
número de venezolanos matriculados en las escuelas públicas de Roraima saltó
desde 248 el año pasado hasta 999 en 2016.
El Gobierno brasileño ya había anticipado
la semana pasada que enviará a Roraima el 24 de octubre próximo una misión
integrada por funcionarios del departamento de migración del Ministerio de
Justicia, diplomáticos del Ministerio de Relaciones Exteriores y agentes de la
Policía Federal, así como por representantes del Alto Comisariado de las
Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
La misión evaluará la situación que
enfrentan los venezolanos en la región para proponer “soluciones duraderas”. “El
poder público tiene la obligación de garantizarle a los nacionales y a los
extranjeros el respeto de su dignidad y es pensando en eso que estamos buscando
todas las alternativas para darle una acogida digna a esas personas”, dijo
Campos.