El 10 de enero
de 2017 simboliza en Venezuela un punto de quiebre. De cara a esa fecha, en la
que el presidente Nicolás Maduro cumple cuatro años de gobierno, se vislumbran
varios escenarios que definirían el rumbo del país petrolero.
Prensa. Estimulo.com
Este
sábado comienza una cuenta regresiva de 100 días, determinantes porque
definirán el destino del referendo revocatorio que promueve la oposición contra
Maduro. Si la consulta se realiza antes del 10 de enero y el mandatario es
revocado, habría elecciones anticipadas.
Pero
el Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció que, cumplidos los requisitos,
sería después de esa fecha, con lo cual, de ser revocado, Maduro sería
sustituido por su vicepresidente, sepultando el objetivo de la oposición de
cambiar el gobierno. Los 100 días estarán marcados por la recolección, del 26
al 28 de octubre, de cuatro millones de firmas (20% del registro de votantes)
necesarias para que el CNE llame a la consulta.
La
coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD) insiste en que el revocatorio
debe hacerse en 2016. Sin embargo, el CNE, al que acusa de servir al gobierno,
alega que no hay tiempo, pues tras la recolección de firmas tomará un mes
revisarlas y otros tres organizar la consulta. Partiendo de que el referendo no
será en 2016, los analistas ven al menos tres escenarios en la impredecible
crisis venezolana.
Revocatorio
en 2017
Para
la recolección de firmas -que la MUD quiere convertir en un referendo
anticipado- las reglas no están del todo claras; la principal, si el CNE
exigirá que el 20% se calcule por estado o sobre la votación nacional. Que la
oposición reúna las firmas es “muy probable” por la “visión de cambio” que hay
en el país, aseguró a AFP Francine Jácome, directora del Instituto de Estudios
Políticos.
Según
la firma Venebarómetro, siete de cada diez venezolanos quiere un cambio de
gobierno y 76,4% reprueba la gestión de Maduro. Si la recolección es
contundente “será difícil que el oficialismo no convoque el referendo, pero lo
hará para 2017 y hay que ver cuál es la respuesta opositora. Se elevaría la
tensión”, dijo a AFP Luis Vicente León, presidente de la firma Datanálisis.
En
el oficialismo, que por ahora arropa a Maduro porque está en riesgo la
permanencia del chavismo en el poder, “se desatarían los demonios a partir del
11 de enero, pues empezaría la disputa por la sucesión presidencial”, ya que el
vicepresidente puede ser cambiado, opinó Benigno Alarcón, de la Universidad
Católica Andrés Bello.
Victoria
en entredicho
La
oposición logra recaudar las firmas en el total nacional, aunque sin llegar al
20% en al menos uno de los 24 estados. “Vamos a ver una presión nacional e
internacional”, opinó Jácome, señalando que “la participación puede ser tan
masiva que obligue al CNE a admitir la circunscripción nacional”. León
coincidió en que aumentará la “tensión”, pues la oposición buscará obligar al
CNE a aceptar el referendo y “tendrá a la gente ahí defendiendo su firma”.
Para
presionar al órgano electoral a que reconozca el 20% nacional, la MUD convocó
una movilización el 12 de octubre. “La presión de calle puede llevar a cambios
en el CNE”, piensa Jácome. “Lo más seguro es que lo logren (el requisito) en la
raya, el problema es que en esa medida pueden invalidar firmas más fácilmente.
Y a la oposición no le va a quedar más remedio que escalar la conflictividad”,
aseguró Alarcón.
Fracaso
en las firmas
No
habría referendo y la oposición tendría que esperar a las elecciones de fines
de 2018 y que Maduro concluya su período en enero de 2019. Los analistas
advierten que las condiciones del CNE podrían dificultar la recolección: el 20%
regional, pocas máquinas de registro de firmas (5.392) y el tiempo, pues sólo
estarán abiertas siete horas diarias.
Eugenio
Martínez, experto en asuntos electorales, señala que la postergación del
referendo hasta 2017 puede desmotivar a la gente para que firme, pues “sabe que
quedará el mismo gobierno” aún si Maduro es revocado.
Pero
todo dependerá de la evolución de la crisis económica. Un mayor deterioro
podría alimentar el enojo popular y elevar la presión por el revocatorio, según
Martínez y Jácome. También cabe la posibilidad de que el fracaso en la colecta
de firmas “desinfle la presión”, genere “frustración y fractura en la
oposición”, advirtió León. Alarcón recordó la “falta de un liderazgo único” en
la MUD.
Aunque
el gobierno apuesta a revertir su impopularidad reduciendo la severa escasez de
alimentos para llegar a 2019, los analistas ven “más conflictividad” si no hay
referendo. Jácome advirtió que en todos esos escenarios podría entrar a jugar
el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) -al que la oposición llama “bufete
jurídico” del gobierno- que podría anular el proceso si acepta alguno de los
miles de recursos interpuestos por el oficialismo.