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Estimulo.com
El
intercambio de bienes entre personas o trueque ha crecido este año con el
empeoramiento de la crisis. Más recientemente el trueque ha pasado de los
productos a los servicios, lo que se explica en el costo oportunidad y en la
destrucción de los precios relativos de la economía, de acuerdo con Asdrúbal
Oliveros, director de Ecoanalítica.
Ramón
Esquivel es técnico de línea blanca desde hace 40 años. Le ha tocado vivir las
crisis económicas de las últimas 4 décadas, pero la actual, asegura, ha sido la
peor de todas. “En el pasado tuve situaciones de estrechez económica, pero
ahora que tengo la posibilidad de ganar un poquito más no encuentro los
productos básicos y cuando sé de algún bachaquero no puedo darme el lujo de
pagar los exorbitantes precios”, dijo con resignación para rematar señalando
que el dinero no vale nada.
De
acuerdo con estimaciones del Fondo Monetario Internacional la inflación de
Venezuela este año estará cerca de 500% y en 2017 puede colocarse en 1.660%. Hace
dos semanas Ramón atendió el llamado de una cliente a la que se le había dañado
la lavadora. Mientras realizaba su trabajo, la señora le comentó que tenía
algunos productos de la cesta básica que acumulaba desde hace algunos meses en
previsión de que más adelante no pudiera conseguirlos.
Al
terminar la revisión y hacer el diagnóstico, Ramón preguntó si podía pagarle el
servicio con alguno de los alimentos que él ya no tenía en su casa. La señora
le ofreció un cuarto de café Fama de América que tiene precio regulado.
El
técnico cobra normalmente por este trabajo Bs 1.000, pero a cambio prefirió
recibir el producto, cuya presentación no regulada de medio kilo se puede
conseguir sobre los Bs 3.000 en abastos y supermercados.
Así
como Ramón, el plomero Matías González ha obtenido a cambio de sus servicios
productos ausentes en la mayoría de los anaqueles de los establecimientos
comerciales del país. Según algunas firmas privadas, la escasez ronda el 80%.
Por
colocar una manguera a una lavadora y corregir un bote de agua de la poceta, le
ofrecieron 4 rollos de papel tualé y un desodorante de bolita, que llegaron en
el momento oportuno. “No importa cuánto pagó la señora por esos artículos, yo
los necesitaba, y por lo que hice en su casa yo cobro regularmente Bs 2.500″,
dijo Matías a El Estímulo.
Ya
el trueque pasó del intercambio de bienes al de servicios por productos, lo que
pone de manifiesto que el problema más grave en la economía es la destrucción
de los precios relativos, dice Oliveros. “Lo que es caro y barato está
distorsionado y no hay equivalencia”, indicó. Estas situaciones se dan cada vez
con más frecuencia. Muchos de quienes llevan a cabo estos oficios no tienen
tiempo para perder en interminables colas y sin garantía de que al final de día
conseguirán lo que buscan.
El
costo de oportunidad es uno de los factores que explica el comportamiento del
trueque. “Acceder a un producto regulado básico es muy cuesta arriba por las
horas en cola o porque ahora se le da prioridad a los CLAP (Comités Locales de
Abastecimiento y Producción) y prefiero de alguna manera el intercambio para
ahorrar tiempo”, señala el director de Ecoanalítica.
El
presidente Hugo Chávez habló -en no pocas ocasiones- de la necesidad de activar
el trueque “para romper la maldición del capitalismo” de convertir en mercancía
toda la producción, según llegó a decir en una transmisión televisiva en la que
lo acompañaba el presidente de Bolivia, Evo Morales. “Vamos a romper esa maldición
del capitalismo, vamos a combinar un mercado que se base en el valor de cambio
con el valor de uso. Vamos a reiventar el mercado indígena, aborigen, que era
el trueque. Ellos no tenían moneda”. Hace 10 años tal posibilidad sonaba como
algo remoto, pero hoy en día es una realidad deprimente.
Otro
elemento se suma a este cuadro de descomposición y es que con el
desabastecimiento y la escasez emergió el bachaqueo (reventa de productos en el
mercado negro a precios desproporcionados). “Ahora aparece un mercado de
productos con precios estrambóticos y el bachaqueo de menudeo, de baja escala,
tiende a desaparecer”, advierte Oliveros, quien indica que ahora el bachaqueo
se hace a gran escala y es muy cuesta arriba comprar allí porque descalabra
cualquier presupuesto.
“Ese
mercado negro de bachaqueo es más restrictivo porque pasa a ser de mayoristas y
semimayoristas”, acota el director de la firma consultora. Las prácticas del
trueque aparecen en economías con graves problemas, como ocurrió en Argentina a
finales de los años 90, recuerda Oliveros, con ciclos de hiperinflación donde
el dinero pierde su valor de referencia.
En
el caso de Venezuela, es peor aún. La reticencia del gobierno de Nicolás Maduro
a cambiar el cono monetario -el billete de Bs 100, el de mayor denominación,
equivale a $0,10- ha hecho que el manejo del efectivo se torne problemático
para la gente. “¿Cuánta plata necesitas para pagar, cuánto dinero debes retirar
del banco?”, inquiere Oliveros para explicar que en una economía subterránea
cada vez son mayores los casos de personas a aceptar algo en forma de pago.
Rolando
Escalona es un ejemplo más de ello. Hizo una carrera en su taxi de Chacaíto a
El Marqués. Al ver que el pasajero llevaba 4 kilos de harina precocida de maíz,
le pidió que le cancelara con un kilo del producto. “No tengo tiempo para
buscarlos en los locales formales ni dinero para pagar los exorbitantes precios
de los bachaqueros”, argumentó al cliente que llegó a su destino con un
producto menos en su bolsa de comida.