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La Confederación Venezolana de
Industriales (Conindustria) expresó en un comunicado que “si existe sabotaje,
boicot o agresión a la economía venezolana no proviene del sector productivo”. Conindustria aseveró que a ese sector
económico “es a quien menos le conviene la realización de actos de este tipo
que perjudican sus propios intereses y, en última instancia, a la totalidad de
la población venezolana”, manifestó en la misiva.
El conglomerado de industrias hizo
pública su posición ante el acuerdo de la mesa de diálogo divulgado el pasado
fin de semana en el que participaron Gobierno y oposición, junto al
acompañamiento de lo expresidentes, Unasur y el Vaticano.
A continuación texto íntegro del
comunicado:
La Confederación Venezolana de
Industriales, Conindustria, quiere hacer pública su posición ante el acuerdo de
la Mesa de Diálogo divulgado el pasado fin de semana:
Las empresas privadas industriales
representadas por nuestra organización gremial tienen por objetivo producir
bienes para el consumidor venezolano; ésta es su razón de ser y para ello
trabajan con el mayor esfuerzo. Los factores que frenan la capacidad de
producción se encuentran en las políticas públicas equivocadas que obstaculizan
las inversiones, el acceso a materias primas, materiales de empaque y repuestos
para el mantenimiento del parque industrial.
Si existe sabotaje, boicot o agresión a
la economía venezolana no proviene del sector productivo, pues es a quien menos
le conviene la realización de actos de este tipo que perjudican sus propios
intereses y, en última instancia, a la totalidad de la población venezolana.
Por el contrario, la sistemática persecución a la actividad privada y la
instrumentación de políticas públicas erradas han ocasionado el cierre, en los
últimos 17 años, de más de 8 mil industrias. Esa es la verdad. Las mentiras,
por más que se repitan muchas veces, no pasan a ser ciertas, aún cuando sean
dichas por ingenuos bien intencionados.
Tanto las empresas privadas
industriales, como sus proveedores y sus clientes en sectores privados
comerciales de distribución, han manifestado reiteradamente propuestas en forma
de cambios a las políticas públicas, con el propósito de aumentar los niveles
de acopio, producción y distribución. Se requiere aumentar la producción de
alimentos y medicinas para satisfacer la demanda de los venezolanos, pero
también hay que incrementar las cantidades de envases plásticos, de vidrio y de
metal, tintas y pegamentos, repuestos para las máquinas, camiones y
automóviles; telas y productos de confección; cemento y cabillas para la
construcción de hogares y fábricas. La vida diaria de los venezolanos requiere
de muchos productos que las fábricas, con trabajadores venezolanos, podrían
producir si éstas no se vieran impedidas por un modelo económico signado por
políticas públicas equivocadas. En Venezuela se pueden fabricar, en cantidades
suficientes, muchos de los productos que hoy son importados. Las importaciones
prioritarias deben ser de materias primas para que sean procesadas en fábricas
establecidas en el país.
Los empresarios industriales hemos
participado en todas las reuniones de diálogo desde las mesas técnicas en el
Círculo Militar en el 2014 hasta los Consejos de Economía Productiva que este
año se han celebrado. Nuestras propuestas no han sido instrumentadas porque
chocan con un modelo de centralización y control cuyo fracaso vivimos hoy. La
arrogancia o ignorancia en insistir con un modelo fracasado ha empobrecido y
continúa empobreciendo a consumidores, trabajadores y empresas venezolanas.
Abogamos por regresar al marco
constitucional, lo cual no implica negociación, sino respeto por las leyes y
las obligaciones allí contenidas y aprobadas por los ciudadanos venezolanos.