Prensa. soldepando.com
La semana que viene en la ciudad de
Cancún, México, se realizará la Conferencia Internacional en Robots Humanoides,
“Humanoids 2016”, organizada por el Centro de Investigación y de Estudios
Avanzados (Cinestav) del Instituto Politécnico Nacional de Guadalajara. El
director del Cinestav es el científico boliviano Eduardo Bayro Corrochano.
Es la primera vez que un país
latinoamericano oficia como sede del evento científico más importante del mundo
en el fantástico ámbito de la robótica humanoide. Estarán presentes en este
encuentro los más prestigiosos biólogos cibernéticos de Estados Unidos, Japón,
Alemania, Italia, Suiza, España, Corea, Canadá, Francia, Inglaterra, China,
India, Bélgica, Brasil y México. También participarán investigadores de
universidades destacadas como la Carnegie Mellon, Stanford, el Instituto
Tecnológico de Massachusetts, la NASA y en representación de México el
Cinestav, con su humanoide “Mex-One”, creado y diseñado por el equipo que
dirige Eduardo Bayro.
El encuentro inspirado bajo el lema “De
la ficción a la realidad”, pondrá en exposición y competencia los últimos
avances en la búsqueda del humanoide perfecto cuya utilidad práctica en este
siglo abarca desde la experimentación de protesis biónicas para reemplazar
miembros y órganos lastimados del cuerpo humano, hasta el entretenimento y la
aplicación de estos aparatos en la vida doméstica cotidiana, que hasta hace
algunas décadas eran apenas esbozados en novelas e historietas de ciencia
ficción.
Durante las jornadas del 15 al 17 de
noviembre se realizará una espectacular competencia que es el mayor atractivo
de este encuentro anual. Los humanoides más desarrollados del mundo pondrán a
prueba su inteligencia desarrollada, sus habilidades motrices y su utilidad
práctica en el mundo real.
El equipo mexicano que dirige el
boliviano Bayro Corrochano pondrá a competir su humanoide “Mex One” que aspira
a figurar en el ranking de los 10 humanoides más avanzados que existen en el
mundo. El robot de Bayro, “que presentó su primera versión hace seis años”
según el boletín oficial del Cinestav, fue totalmente diseñado y construido en
este centro del Politécnico Nacional de Guadalajara, “pero ahora se ha renovado
con una propuesta más novedosa al mejorar su porte con extremidades de
aluminio, configuración de engranajes en paralelo que le dan un alto torque,
y con la incorporación de nuevos
sistemas y sensores”.
El prototipo posee cualidades
extraordinarias como la capacidad de reconocer objetos usando visión
artificial, lo que convertiría a este robot en un ultramoderno apoyo para no
videntes. Este modelo puso a México a la cabeza de Latinoamérica en esta área
de la investigación científica, no hay otro igual en el continente, y es un
aporte a la comunidad internacional por haber desarrollado un humanoide
profesional a muy bajo precio, pues su costo es menos de la mitad que el del
famoso humanoide Asimo de Honda.
Miembro de una conocida família de
profesionales que radican en Cochabamba, con nueve Hermanos —uno de ellos
desaparecido durante la ditadura militar de Banzer—, Eduardo Bayro Corrochano
nació en Oruro el año de la Revolución Nacional, 1952, y se educó desde sus
primeros años de infancia en Cochabamba, estudiando en los colegios Maryknoll y
San Agustín. Cursó sus estudios superiores en Chile graduándose como Ingeniero
Electrónico con mención en Telecomunicaciones. Fue um pioneiro de la robótica
en la Universidad Mayor de San Andrés (Umsa) y en 1979 fue becado a Alemania
para cursar una maestría, tras lo cual fundó el Instituto de Electrónica de la
Umsa. En la Universidad Juan Misael Saracho de Tarija fundó el Instituto de
Ciencia y Tecnología.
En la década de los noventa obtuvo su
doctorado en la Universidad de
Cambridge, especializándose em sistemas cognitivos, lo cual le condujo a
profundizar sus conocimientos sobre la Inteligencia Artificial y a despertar su
pasión por la robótica humanoide, materia que en Bolivia no podría desarrollar
por las condiciones precarias del pais para el fomento de esta ciencia tan
avanzada. Así llegó a México, en 1999, y año siguiente, al comenzar el siglo
XXI, publicó un libro que le abrió las puertas del Cinestav.
“En México se incentiva mucho la
investigación y no faltan recursos para ello. Es un país muy generoso, aunque
todavía el porcentaje que se otorga del PIB a la investigación, es muy bajo.
Sin embargo uno puede vivir muy bien, con un buen sueldo, estando cerca al
mundo tecnológico, a los avances, etcétera” dijo el científico en una
entrevista publicada por Los Tiempos en junio del 2011.
El pensamiento cibernético de Bayro
En el encuentro mundial que se inicia
este martes, el equipo que dirige Bayro intentará poner su robot humanoide, el
Mex-One, al nivel de la guerra de las galaxias. La nueva versión de este humaoide
es un progreso enorme en términos de diseño, estabilidad y equilibro, y se va a
presentar en el congreso para que camine, perciba objetos, los manipule y evite
obstáculos; además, la innovación en el diseño mecánico permitió contar con un
mejor modelado y control de caminado (dinámica y cinemática), explica el
boletín del Cinestav.
El desarrollo del Cinvestav Unidad
Guadalajara está considerado dentro del concepto de “robótica social” —tesis
desarrollada por Bayro Corrochano— que propone trabajar en inteligencia
artificial y diseños de robots de bajo costo
para el servicio de la sociedad.
Al diseñar robots humanoides desde la
perspectiva de investigación básica contribuye en el avance de la ciencia en
robótica humanoide, pero sobre todo se puede ofrecer a universidades que no
cuentan con recursos económicos la construcción de un robot de estas
características para investigación a un precio bajo.
“También, tenemos subproductos generados
al trabajar en robótica humanoide, desarrollamos algoritmos para que el robot
perciba el ambiente visual, camine y busque una ruta, estos mismos algoritmos
se han incorporado en un lente a fin de ser usados para guiar a ciegos y en un
año más se podrían ofrecer a bajo costo al mercado en beneficio de un sector de
bajo recursos y fuera de la cadena productiva que son los discapacitados.
También con esta experiencia se diseñan pies y manos inteligentes que podrán
emplearse en dispositivos para ayudar a personas que han sido amputadas. Estos
son ejemplos de lo que llamó el ejercicio de la robótica social”, expuso el
investigador.
Hay diferentes vertientes en el
desarrollo de robots. Una escuela diseña humanoides para entender mejor al ser
humano; otros tratan de crear un ente antropomórfico inteligente pretendiendo
crear una criatura que se asemeje a uno mismo; y hay algunos otros desarrollan
máquinas que sean útiles al hombre como es el avión, el automóvil o plantas
generadoras de energía.
Un robot humanoide tiene cualidades
parecidas a las de ser humano en sus rasgos antropomórficos, es una máquina
inteligente habilitada para moverse con libertad mediante el uso de motores y
sistemas dotados de sensores y cámaras, un tipo de cerebro artificial que le
permiten percibir el medio que lo rodea; razonar para toma de decisiones como
planificar sus movimientos, caminar o sentarse y manipular objetos y finalmente
asistir al ser humano en tareas difíciles.
Intentar desarrollar una maquina
biológica semejante al ser humano aún es inalcanzable, pero ya es posible
desarrollar una máquina, como herramienta útil al hombre, con mejor hardware y
software que le permite cierta capacidad de razonamiento, por ello se utiliza
inteligencia artificial, de tal manera que perciba su entorno, razone, planeé y
ejecute acciones como sujetar un objeto, moverse o caminar.
En los próximos 20 años los robots
usarán plásticos y fluidos para ser más flexibles e irán sustituyendo a los
pesados motores y partes de aluminio (bio-mimética); su fin último será el
servicio al ser humano.
No se busca un humanoide que se
independice, compita y emprenda acciones contra su creador, pero sí que lo
sustituyen en tareas difíciles donde se requieren mucha precisión. Hay tareas
donde una maquina inteligente podría sustituir algunas capacidades del ser
humano, como la súper-visión que permite una percepción más allá del ojo humano
o hacer cálculos a una velocidad enorme, lejana a la capacidad metal de
cualquier hombre o trabajar en ambientes hostiles o contaminados. “Entonces los
robots pueden sustituir ciertas tareas del ser humano pero jamás revelarse e ir
en contra de él”, concluiye el científico boliviano.