Prensa.
Patilla.com.
Asfixiados por la falta de insumos, los
dos mayores fabricantes de cerveza en Venezuela, Polar y Regional, reclamaron
públicamente el año pasado al Gobierno por el retraso en la asignación de
dólares, indispensables para importar lúpulo, cebada y hojalata, reseña
Reuters. El comunicado, emitido por la Cámara de
Fabricantes de Cervezas (Caveface), integrada únicamente por ambas firmas,
crispó los ánimos del Gobierno socialista de Nicolás Maduro, según fuentes de
la industria.
Semanas más tarde, tras varias reuniones
discretas con ejecutivos de Regional, representantes del Gobierno acordaron
vender a la firma de la familia Cisneros -la más rica de Venezuela- las divisas
para importar materia prima, ampliar una de sus plantas y cancelar parte de su
deuda con proveedores internacionales, según fuentes conocedoras de las
negociaciones.
Pero Polar, su mayor competidor, dijo
que, en el marco del férreo control cambiario, dejó de recibir dólares
preferenciales desde fines del año pasado y las inspecciones a sus plantas,
detenciones de gerentes y amenazas de expropiación se multiplicaron: la guerra
de las cervezas había comenzado.
“Estamos sujetos a un tema de
discriminación que es público y notorio: hemos pedido (divisas) incontables
veces en el año, todos los días, y no nos han asignado nada, ni una vez”, se
quejó Marisa Guinand, directora general de Cervecería Polar, una empresa que ha
denunciado la política económica del Gobierno.
“Seguiremos insistiendo hasta que nos
sean asignadas las divisas como se les asigna al competidor (Regional) y a
muchas otras empresas del mercado”, agregó la ejecutiva en el edificio de la
compañía en una zona industrial de Caracas, que está repleto de carteles que
dicen “Sin cebada no podemos producir”.
Reuters no pudo comprobar las denuncias
de Polar, que, a pesar de todo, controla cerca del 80 por ciento del mercado
-el segundo más grande de Sudamérica-, ya que el Gobierno no respondió a
solicitudes de comentarios. Regional niega el supuesto favoritismo,
aunque el imperio de Cisneros y el “chavismo” han tenido acercamientos en el
pasado.
Por ejemplo, a mediados del 2004, en
plena campaña para revocar a Hugo Chávez, el multimillonario Gustavo Cisneros
-tío de Andrés Cisneros, actual presidente de Regional- se reunió con el
fallecido mandatario en una base militar de Caracas, bajo el auspicio del ex
presidente estadounidense Jimmy Carter.
Pese a que Cisneros dijo que no había
pactado con Chávez, su canal de televisión, Venevisión, cesó sus críticas al
Gobierno y su principal rival, RCTV, fue sacada del aire, convirtiendo a la
emisora del magnate en la mayor del país.
“Acoso y discriminación”
A principios del 2003, Chávez implantó
el control cambiario en Venezuela, obligando a las empresas a acudir al Estado
para adquirir dólares necesarios para importar bienes o materia prima que no se
producen en casa.
Pero la crisis, agudizada tras el
desplome de los precios internacionales del petróleo, está secando las arcas
del país con las mayores reservas de crudo del mundo. Por eso, cada vez otorga
menos divisas: en lo que va del año apenas se vendieron 18 millones de dólares
diarios, un 63 por ciento menos que en el 2015, según cálculos de la firma
privada Ecoanalítica.
El administrador estatal de las divisas,
Cencoex, no ha publicado sus estadísticas desde el 2012, ni respondió a
preguntas de Reuters para este reportaje. A pesar de la falta de dólares, que ha
afectado a otros rubros como alimentos y medicinas, días después del comunicado
conjunto de las cerveceras, Regional bajó el tono al aceptar que tenía
“suficiente materia prima e insumos para el pleno abastecimiento de sus
productos”. Para Polar, esas declaraciones fueron la gota que rebosó el vaso y
las empresas, que antes se habían prestado insumos vitales para elaborar
cerveza, se enemistaron.
“Para el tamaño y las necesidades que
tenemos, hemos tenido un acceso (a dólares) medianamente regular”, confesó
Carolina Requena, gerente de marketing de Cervecería Regional. “Desde febrero
hemos recibido (divisas) para funcionar. Hemos pedido cuatro veces y nos han
dado cuatro veces, aunque menos de lo que hemos pedido”, agregó la ejecutiva de
45 años en las oficinas de la firma en Caracas.
Otras cervecerías más pequeñas dijeron a
Reuters que también han recibido puntualmente las asignaciones de divisas
estatales para importar materia prima, a pesar de que, juntas, producen menos
del 1 por ciento de la cerveza del país. Para Polar, la exclusión salta a la
vista, por lo que acudió en agosto a la Organización Internacional del Trabajo
(OIT) para denunciar al Gobierno por “acoso y discriminación”.
La firma denunció constantes conflictos
laborales con sindicatos cercanos al Gobierno. Además, asegura haber sido
objeto de casi 800 inspecciones del Ministerio del Trabajo este año y que
militares apresaron brevemente a una decena de sus gerentes de plantas y
agencias de distribución acusándolos de negarse a reponer a trabajadores
suspendidos.
En abril, incapaz de producir por la
escasez de materia prima, Polar se vio obligada a parar sus cuatro plantas,
dejando a Regional a sus anchas. Hoy, a pesar de haber obtenido un préstamo del
banco español BBVA por 35 millones de dólares para adquirir materia prima
importada, sólo ha podido reactivar la mitad de sus fábricas en un alicaído
mercado golpeado por la grave crisis económica.
En esas condiciones, trabajando al 40
por ciento de su capacidad instalada, Polar contará con materia prima hasta
enero del 2017. Más allá de esa fecha, el futuro luce sombrío, aunque ellos no
pierden el optimismo: “estamos seguros que algún día nos las darán (las
divisas)”, dijo Guinand.
Golpe al bolsillo
Maduro suele señalar al jerarca de
Polar, el multimillonario Lorenzo Mendoza, como uno de los principales responsables
de la crisis económica y de desabastecimiento que afecta al país. “Si no puedes
con tus empresas, entrégaselas al pueblo que el pueblo sí puede. Bandido,
ladrón, oligarca, traidor”, le dijo Maduro meses atrás al ingeniero educado en
Estados Unidos ante una multitud que pedía “que lo expropien, que lo
expropien”.
Pese a todo, la expropiación no
pareciera estar en los planes que se estudian desde el palacio presidencial de
Miraflores, según fuentes de la industria cervecera. En Venezuela se toma más
cerveza que leche: con 89 litros per cápita al año, el país petrolero es el
mayor consumidor de Latinoamérica, según la Organización Mundial de la Salud
(OMS).
La bebida es un negocio tan rentable que
incluso en plena crisis económica, Cervecería Polar subsidia a las otras firmas
de Empresas Polar, el conglomerado privado más grande del país que también
produce Pepsi, Gatorade y el maíz para las populares arepas. Incapaz de producir a toda su capacidad,
Polar ha cedido terreno ante Regional que, con sólo el 15 por ciento del
mercado, ha logrado que sus cuatro tipos de cerveza sean los que más fácilmente
se encuentren, según pudo comprobar Reuters en un recorrido por licorerías,
supermercados y tabernas de Caracas.
“Parece haber una intención clara de que
Polar quiebre”, dijo un ejecutivo de Empresas Polar que solicitó el anonimato,
pues no está autorizado a hablar del tema. “Parece que hay una decisión de
estrangular con las divisas. El negocio cervecero es un buen negocio, es el que
más dinero gana. (Por lo tanto) es una buena forma de estrangular a toda la
corporación”.
Según fuentes de la industria, la
estrategia diseñada desde Miraflores no incluiría sólo el cerco con divisas. Parte
del acuerdo al que habría llegado el Gobierno de Maduro fue entregarle a
Regional el contrato de auspicio de los equipos de béisbol Tigres de Aragua y
Tiburones de La Guaira, ambos manejados por cercanos aliados del chavismo.
Es así que para la temporada 2015-2016
Regional pasó de auspiciar uno a tres de los ocho equipos de béisbol
venezolano, asegurándose una importante presencia en la temporada que arranca
en octubre, cuando más cerveza se vende en el país. “Lo que está a la vista es que en un sector
donde prácticamente somos dos participantes, una tiene un trato y otra tiene
otro”, se quejó Guinand, directora de Cervecería Polar. “Nosotros tenemos una
forma de hacer las cosas y Regional tiene la suya (…) la respetamos”.