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elperiodicodeldelta.com
Para nadie es un secreto que el estado
Delta Amacuro es uno de los más señalados como territorio venezolano que se
presta para traficar diversos materiales que naturalmente se desarrollan en el
país, pues al ser un estado fronterizo la situación se vuelve complicada.
Incluso ha sido mencionado por el mismo
presidente de la República, Nicolás Maduro, con la creación de la Gran Misión a
Toda Vida Venezuela, en donde la Ejecutivo nacional ha agregado hacerle frente
al narcotráfico, paramilitarismo y tráfico de sustancias usando al estado venezolano
como un puente.
UN PROBLEMA
El conflicto en el Delta es que sus
entramadas comunidades por la parte fluvial hacen que de alguna manera el
control por los cuerpos de seguridad no sea tan preciso. Como todos saben en el
puerto de la comunidad de Volcán el año pasado se vivieron situaciones
desesperantes por los indígenas, más de dos semanas y hasta un mes llegaron a
esperar los waraos para retornar a Antonio Díaz por falta de gasolina, estos
venían a Tucupita a hacer diligencias.
Para ese momento el llenado de tambores
para ellos dependía de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), pero que
posteriormente pasó a manos de la Milicia Bolivariana. Aparentemente la
problemática no persistió.
No obstante los procedimientos en los
que indígenas han estado inmiscuidos son preocupantes. El año pasado fueron
detenidos más de 20 en un solo procedimiento por presunto tráfico de
combustible, este año también se han realizado detenciones similares.
LA RUTA
Lo cierto es que quienes aparecen como
responsables de este hecho ilícito en el que se vende el combustible a cambio
de dólares, son los indígenas, sin embargo, estos siguen durmiendo en
chinchorros, comiendo moriche y vendiendo artesanías. De manera extraoficial se
ha conocido que actualmente se continúa llevando a cabo este delito, teniendo
como ruta el puerto de Volcán hacia Curiapo, municipio Antonio Díaz, y desde
Tucupita hacia Pedernales.
También se supo que están saliendo
semanalmente 114 mil litros de gasolina, equivalente a tres gandolas, y 38 mil
de gasoil, todo esto con destino hacia Pedernales, presuntamente para ser
distribuidas en este territorio fluvial. Afirman que el combustible sale en una
embarcación grande y es pasado a otro más pequeño, pero el destino final se
desconoce.