Prensa.
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El Comité para la Protección de los
Periodistas (CPJ) publicó este martes su reporte “Ataques contra la prensa” en
el que denuncia como las nuevas tecnologías de la información que se suponía
debían convertir en obsoleta la censura, en lugar de ello, “simplemente la han vuelto
más compleja”.
El CPJ denuncia que “las mismas
tecnologías que han generado el auge global de la información” —la Internet
global e interconectada; las omnipresentes plataformas de medios sociales; los
teléfonos inteligentes con cámaras— sirven para que los gobiernos puedan
acallar a la disidencia, monitorear y vigilar a los críticos, bloquear sitios
web y utilizar troles cibernéticos para silenciar voces críticas.
“Lo más insidioso de todo es sembrar la
confusión mediante la propaganda y las noticias falsas”, dice el resumen
ejecutivo del informe que lleva como tema “La nueva cara de la censura”,
firmado por Joel Simon, director ejecutivo del Comité.
“Estas estrategias han contribuido al
aumento de los asesinatos y encarcelamientos de periodistas en todo el mundo.
De hecho, a finales de 2016 había 259 periodistas encarcelados, la mayor cifra
jamás documentada por el CPJ”, dice el informe.
La organización señala además que
“fuerzas violentas —desde islamistas radicales hasta los carteles del
narcotráfico— han explotado las nuevas tecnologías de la información para
eludir a los medios y comunicarse directamente con el público, y a menudo han
utilizado videos de violencia explícita para transmitir un mensaje de terror y
crueldad”.
Si bien el informe critica “el auge de
las noticias falsas y el ambiente hostil e intimidatorio creado por la
acalorada retórica” del presidente Donald Trump en Estados Unidos, apunta que
son más preocupantes todavía las tendencias para controlar y administrar la
información alrededor del mundo.
El informe señala especialmente a
Turquía, “un gobierno que encarcela a más periodistas que cualquier otro”; a
México, que afirma tiene un “casi perfecto historial en materia de impunidad
por el asesinato de periodistas"; y a Ecuador, donde “ha habido
violaciones de los términos de servicio y de los derechos de autor para
presionar a Twitter y a Facebook a que retiren vínculos a documentos sensibles
que denuncian la corrupción”.
La lucha contra la impunidad en México
La periodista Elizabeth Malik,
corresponsal del diario The New York Times en Ciudad de México, escribe en el
informe del CPJ sobre el desesperado caso de los periodistas mexicanos, amenazados
y censurados por los carteles de la droga.
"La impunidad es el denominador
común de muchos de los intentos por censurar a los medios en México",
afirma Malik, indicando que esto se aplica a los ataques que provienen del
crimen organizado como a los del gobierno.
Adrián López Ortíz, director general del
grupo Noroeste, propietario del diario del mismo nombre en el estado
noroccidental de Culiacán, cuyo caso se destaca en el reporte por los ataques
sufridos por su diario y su persona, afirma que "Matar a los periodistas
sale gratis en México".
La Comisión Nacional de Derechos Humanos
de México declaró en noviembre de 2016 que 119 periodistas habían sido
asesinados desde el comienzo de la década del 2000 y que otros 20 habían
desaparecido entre 2005 y 2015.
Ha habido 50 ataques contra las
redacciones periodísticas en el último decenio, y en el 90 % de los casos, los
crímenes han permanecido impunes, sostuvo la comisión, que además afirma que la
amenaza es más grave contra los medios independientes del interior de México.
Las dificultades económicas llevan
también a otro tipo de censura, indica el informe del CPJ, en relación a los
intentos gubernamentales de simplemente comprar a los medios gastando dinero en
publicidad que en el caso de los medios nacionales significa un 30% de sus
ingresos y en el de los medios audiovisuales y periódicos regionales hasta un
80%.
Ana Cristina Ruelas, directora de
Artículo 19 para México y Centroamérica, dice que en México los políticos se
comportan como si "fuera más barato comprar a los medios que ejercer un
buen gobierno".
A todo esto se añade, indica el reporte
de CPJ, otras formas sutiles de censura como el amiguismo entre autoridades y
propietarios de medios que muchas veces lleva al retraso o suspensión definitiva
de la publicación de artículos.
El caso de Cuba
En un apartado escrito por Carlos
Lauría, director de programa y coordinador sénior del programa de las Américas
del CPJ, se resalta la apertura del panorama mediático cubano
"transformado por una animada blogosfera, un número cada vez mayor de sitios
web noticiosos que contienen investigaciones periodísticas y opiniones
noticiosas, y una innovadora generación de periodistas independientes que son
críticos de las ideas socialistas y, no obstante, las siguen apoyando”.
Pero periodistas oficiales y académicos
de La Habana reconocen la necesidad de que la prensa oficial sea más crítica, y
algunos han reclamado una ley de acceso a la información pública.
“Laura Blanco Betancourt, reportera del
diario provincial estatal Vanguardia, admitió que la ausencia de una
"cultura de debate" había impedido sostener conversaciones con
franqueza dentro de la prensa oficial", apunta Lauría.
"José Ramón Vidal, exeditor del
diario Juventud Rebelde, fue más allá en una entrevista publicada en la edición
de diciembre 2015-marzo 2016 de la revista mexicana Razón y Palabra, en la que
argumentó que Cuba debía cambiar su "modelo comunicacional" porque
"importantes cuestiones sociales" se estaban dejando de lado",
agrega. "Vidal, en la actualidad profesor
de Comunicación en la Universidad de La Habana, señaló que el modelo mediático
centrado en la propaganda estaba en crisis y que los cubanos ya no le prestaban
atención”.
Sin perder el objetivo
El informe sin embargo señala que “de
ningún modo” la lucha de los periodistas “carece de esperanza”. “Es importante tener en cuenta que el
repunte de la violencia y la represión contra los medios, y la creación de
nuevas estrategias represivas, son respuestas al poder liberador de la
información independiente”, dice. “La tecnología continúa sirviendo a las voces
de la disidencia crítica”.
“Los periodistas no pueden permitirse
sentirse desmoralizados. Necesitan seguir su vocación y buscar la verdad con
integridad, y creer con honestidad que los retrocesos, aunque reales, son
temporales”, subraya el informe. El CPJ urge a los periodistas “a
informar sobre los temas con rigor, con apego a los hechos y con
imparcialidad" y resistirse a ser “catalogados de corruptos, mentirosos o
fracasados”. “Esta es la mejor y más importante manera de defenderse contra la
nueva censura”, finaliza.