Prensa.
Vía William Fernández.
Intervención de Costa Rica en el Consejo
Permanente convocado por el Secretario General de la Organización de los
Estados Americanos, Luis Almagro, conforme al procedimiento establecido en el
Artículo 20 de la Carta Democrática Interamericana.
Lunes 3 de abril.
Salón de las Américas, Organización de
los Estados Americanos,
Washington D.C, Estados Unidos de
América.
Muchas gracias, señor Presidente,
La semana pasada se dieron hechos
sumamente graves en la institucionalidad de la hermana República Bolivariana de
Venezuela. De previo a reseñarlos, conviene recordar algunos acontecimientos
previos que han llamado insistentemente la atención de la comunidad
internacional y su clamor por encontrar una solución adecuada a la grave crisis
en ese país.
A pesar del llamado de la comunidad
internacional, para que se reconozca la legitimidad de las decisiones de la
Asamblea Nacional Venezolana; se establezca un calendario electoral que incluya
las elecciones pospuestas y, se atienda prioritariamente la liberación de
presos políticos; más bien se comprometió gravemente el orden constitucional y
democrático en la República Bolivariana de Venezuela, al asumir el Tribunal
Supremo de Justicia (TSJ) las atribuciones legislativas de la Asamblea
Nacional.
Se han dado múltiples exhortaciones al
diálogo nacional oportuno, abierto, incluyente y eficaz para atender las
necesidades inmediatas del pueblo venezolano, garantizar el pleno respeto y
protección de los derechos humanos y la consolidación de la democracia
representativa; sin embargo, no han logrado traducirse en acuerdos políticos ni
políticas públicas.
Hemos manifestado la seria preocupación
por la orden del Consejo Nacional Electoral de postergar el proceso de
recolección de firmas del 20% del padrón electoral para activar el referéndum
revocatorio; y que se continúe dilatando la celebración de los comicios
programados originalmente para diciembre del 2016. Lamentamos también que desde
el 2006, organizaciones regionales como la OEA y la Unión Europea, no han
podido participar en condición de observadores de las elecciones en Venezuela.
Igualmente, preocupa que a pesar de
nuestro respaldo al proceso de diálogo nacional entre el Gobierno y la
Oposición, con el acompañamiento del Vaticano y de los ex Presidentes Zapatero,
Fernández y Torrijos; no contemos con resultados positivos en un tiempo
razonable, ni que se respetaran ni se cumplieran los acuerdos de las mesas de
diálogo.
Costa Rica lamenta que Venezuela
abandonara formalmente el Sistema Interamericano de Derechos Humanos desde el
2013; que las sentencias y resoluciones de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, que son vinculantes y de obligatorio cumplimiento, no hayan sido
acatadas y que suman ya 13 años desde que se impide el ingreso a la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos a ese país.
Lamentamos también que no se valoren ni
discutan abiertamente los serios señalamientos de la Comisión Interamericana y
su Relatoría Especial para la Libertad de Expresión, sobre amenazas,
detenciones, allanamientos y apertura de procesos penales contra miembros de
partidos políticos opositores, manifestantes pacíficos y periodistas, las
restricciones al ejercicio de derechos fundamentales de quienes expresaron su
apoyo a la promoción de un referéndum revocatorio presidencial.
No es posible ignorar ni ser
indiferentes tampoco ante los llamados del Alto Comisionado de las Naciones
Unidas para los Derechos Humanos, que condenan la represión de la Oposición y
de los grupos de la sociedad civil, los arrestos arbitrarios, el uso excesivo
de la fuerza contra manifestantes pacíficos, la erosión de la independencia de
las instituciones y el Estado de Derecho, el dramático declive de los derechos
económicos y sociales, con una escasez de alimentos y un deterioro del sistema
de salud pública.
Señor Presidente,
Costa Rica urge al gobierno de la
República Bolivariana de Venezuela a garantizar, la efectiva separación e
independencia de los poderes y, en particular, la legitimidad y cumplimiento de
las decisiones de la Asamblea Nacional, cuyos miembros fueron legítimamente
electos por la vía del sufragio, así como a garantizar la supremacía de la Ley,
la plena vigencia del Estado de Derecho y el disfrute de los derechos y
garantías fundamentales.
Insistimos en la necesidad de contar con
un acuerdo nacional que le devuelva al país la tranquilidad y la esperanza. Ese
acuerdo nacional es urgente y requiere una hoja de ruta verificable, con
medidas concretas y plazos que se respeten. Atender las profundas crisis que
enfrenta Venezuela, establecer un calendario electoral que incluya las
elecciones pospuestas y liberar de manera prioritaria a los presos políticos,
es impostergable.
Ha llegado el momento de convocar a un
período extraordinario de sesiones de la Asamblea General para que, con la
presencia de los señores Ministros de Relaciones Exteriores, podamos acordar
desde el sistema interamericano, un proceso de “acompañamiento y búsqueda de
soluciones,” para que el gobierno de la República Bolivariana de Venezuela
encause su rumbo en la senda democrática.
La democracia, gracias a la Carta
Democrática Interamericana, no es “un privilegio” de unos pocos sino una
condición indispensable para el ejercicio efectivo de las libertades
fundamentales y los derechos humanos de quienes vivimos en este hemisferio.
Nuestra responsabilidad colectiva es,
por ende, promoverla, protegerla y resguardarla.
Muchas gracias.