El
enfrentamiento del presidente Donald Trump ha provocado "ansiedad" e
"incertidumbre" en el periodismo por el futuro de la libertad de
expresión, uno de los pilares fundamentales de la democracia estadounidense.
Prensa.
SIP.
El informe semestral sobre la situación
de la prensa en Estados Unidos fue el más extenso de los 23 informes nacionales
presentados durante la Reunión de Medio Año de la Sociedad Interamericana de
Prensa (SIP) que concluyó el lunes 3 de abril en Antigua Guatemala, Guatemala.
La relación, que fue leída en el pleno
de la reunión por Katie Townsend de la organización Reporters Committee for
Freedom of the Press (Comité de Reporteros por la Libertad de Expresión), es el
siguiente:
La reciente elección del Presidente
Donald J. Trump ha modificado el entorno para los medios de comunicación. Como
candidato, Trump, entre otras cosas, amenazó con demandar a The New York Times
en respuesta a uno de sus artículos. Y después de las elecciones criticó
públicamente al sitio de noticias BuzzFeed calificándolo de "pila de
basura". Como Presidente, se negó a responder una pregunta formulada
durante una conferencia de prensa por Jim Acosta, de CNN, y etiquetó la red
como "noticias muy falsas", y pidió una investigación de
"filtraciones" a la prensa desde la Casa Blanca y otras partes del
gobierno federal.
Por provenir del líder de Estados
Unidos, dichas declaraciones son motivo de preocupación sobre el futuro de la
circulación de noticias y de la libertad de prensa. El "cuarto
estado" es uno de los sellos de la democracia estadounidense; una prensa
libre funciona como control sobre el poder gubernamental y protección contra la
conducta impropia de los funcionarios públicos.
Si bien resulta común que exista tensión
entre la prensa y la Casa Blanca, la retórica del gobierno de Trump no tiene
precedentes y amenaza con socavar la capacidad de los medios de comunicación de
informar al público sobre las actividades del nuevo gobierno y sus planes para
el futuro del país. A la vez, la falta de transparencia ha impedido la
cobertura de noticias y restringido la capacidad de los periodistas para
informar sobre las políticas que afectan directamente a los ciudadanos.
En meses recientes, los medios de
comunicación se han visto forzados a lidiar con la aparición de "noticias
falsas" y un presidente que ha cooptado ese término para desacreditar y
atacar los informes legítimos y veraces que estima desfavorables. Asimismo,
hemos visto cómo reporteros acreditados fueron excluidos de las sesiones
informativas con el secretario de prensa de la Casa Blanca. Un crítico de las
protecciones "escudos" para periodistas fue confirmado como nuevo
fiscal general y, de inmediato, aprobó la citación de un periodista para
declarar. Los medios también detectamos nueva evidencia de la preocupante
tendencia de financiar e impulsar pleitos civiles contra la prensa.
La elección de Trump ha creado una
atmósfera de ansiedad e incertidumbre respecto del futuro de la libertad de
prensa. Ya antes de su toma de posesión, amenazó a los periodistas con demandas
judiciales, prometió "abrir" las leyes de difamación que protegen a
las organizaciones de medios de comunicación cuando informan sobre figuras
públicas; Trump se burló de un reportero discapacitado de The New York Times e
insultó a medios específicos por criticarlo. Negó credenciales de prensa para
eventos de la campaña a The Washington Post, Político, The Huffington Post, The
Daily Beast, The Des Moines Register y Univision.
Durante su campaña, un reportero de
Univisión, Jorge Ramos, fue expulsado de una conferencia de prensa. Trump también
calificó públicamente a los periodistas de "deshonestos" y
"escoria".
Los ataques verbales de Trump contra los
medios no han disminuido desde que asumió el cargo. Describió a varias
organizaciones noticiosas como "noticias falsas", un término que originalmente
se usó para definir aquellas falsas historias inventadas y colocadas
deliberadamente en sitios de medios sociales con el propósito de engañar a
posibles votantes durante las elecciones. Tras haber adoptado ese término,
Trump llamó a cadenas como NBC, ABC, CBS, CNN y al diario The New York Times
"medios de noticias falsas", así como "enemigos del pueblo
estadounidense". El estratega principal del Presidente, Stephen Bannon, se
hizo eco de los sentimientos de Trump y llamó a los medios "el partido de
la oposición" y declaró que "deberían ser avergonzados y humillados y
mantenerse en silencio". La crítica parece calculada para socavar la
credibilidad de las organizaciones de noticias que informan sobre las
actividades del gobierno, lo que haría más difícil que este rindiera cuentas
sobre su gestión.
Poco después de que el presidente Trump
asumiera el cargo, comenzaron a desaparecer datos públicos en sitios web del
gobierno. Gran parte del contenido del sitio web que el gobierno de Barack
Obama había puesto en marcha para aumentar la transparencia
(open.whitehouse.gov) fue eliminado sin notificación alguna. El sitio, que
proporcionaba la lista de visitantes de la Casa Blanca, revelaba tendencias en
el gasto del gobierno y adelantaba un compromiso con la transparencia, ahora
simplemente dice a los visitantes que "vuelvan pronto a buscar nuevos
datos". La eliminación de contenido de open.whitehouse.gov se hizo
efectivo después del 8 de febrero de 2017, pero no está clara la fecha exacta
en que se suprimió el material.
El gobierno de Obama inauguró el sitio
web en 2009 para ofrecer al público más información sobre el funcionamiento del
gobierno e intentaba sentar un precedente para futuras presidencias. La
Administración Nacional de Archivos y Registros (NARA, por sus siglas en
inglés) archiva los conjuntos de datos de la Administración Obama de acuerdo
con la ley de open.obamawhitehouse.archives.gov, pero el sitio web actual del
gobierno de Trump no proporciona enlaces a esos datos.
El sitio web open.whitehouse.gov no es
el único afectado. Fueron eliminadas circulares sobre tecnología y políticas de
privacidad del actual sitio web de la Oficina de Gestión y Presupuesto. El 3 de
febrero de 2017, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus
siglas en inglés) también eliminó la información de su sitio web, incluidos los
informes de inspección sobre el tratamiento de los animales en laboratorios,
parques zoológicos y criaderos de perros. El Servicio de Inspección Sanitaria
Animal y Vegetal (APHIS, por sus siglas en inglés) señaló que la remoción se
debió a preocupaciones de privacidad y a una demanda relacionada con
información en el sitio web de APHIS, aunque también indicó que "se
podrían realizar ajustes a la información para su publicación".
Los documentos eliminados, incluidas las
medidas adoptadas contra infractores de la Ley de Protección de Caballos y la
Ley de Bienestar de los Animales, ahora sólo están disponibles mediante
solicitudes bajo la Ley de Libertad de Información. Los periodistas han
utilizado previamente los archivos para informar, entre otras cosas, acerca de
violaciones a la Ley del Bienestar Animal en universidades, y el público los
usaba para tener información sobre criaderos de perros aprobados por la USDA.
Se ignora qué motivó la remoción de esta información y si esto es permanente.
El presidente Trump también rompió la
tradición tocante a las conferencias de prensa. Como presidente electo, solo
celebró una. Programada originalmente para el 15 de diciembre, la primera fue
cancelada, y Trump esperó 167 días, o sea, el 11 de enero, para celebrarla.
Desde 1976, los presidentes electos a menudo celebraron una conferencia de
prensa en los primeros tres días de la elección. Desde su toma de posesión,
Trump también celebró solo una rueda de prensa y esperó hasta el 16 de febrero
para hacerlo.
En esa ocaión se burló de los medios de
comunicación que, según su opinión, son "tan deshonestos",
"hablan... para los intereses especiales y para los que se benefician de
un sistema tan quebrado" y "tratan de atacar su gobierno". Trump
continuó criticando a los periodistas por, supuestamente, informar sobre el
caos dentro de su gobierno cuando, según sus palabras, todo se estaba
desarrollando "como una máquina perfeccionada".
Otros miembros de su gobierno también
han tratado de evitar que los medios de comunicación les hagan preguntas. El
secretario de Estado Rex Tillerson solo permitió que una organización noticiosa
lo acompañara en un reciente viaje a Asia, el sitio de noticias conservador
Independent Journal Review (IJR), propiedad parcial de uno de los asesores del
vicepresidente Mike Pence. El Departamento de Estado había informado
anteriormente a los medios de comunicación de que el secretario Tillerson no
viajaría con un grupo de prensa. La Asociación de Corresponsales del
Departamento de Estado emitió una declaración en la que criticaba su decisión
de invitar a un reportero en solitario: "Después de decir que no podía
acomodar a la prensa en el avión debido a limitaciones de espacio y
presupuesto, el Departamento de Estado ofreció un asiento unilateral a un solo
reportero".
Exsecretarios de Estado, desde James
Baker a Condoleezza Rice, viajaron a menudo con 10 o más periodistas. En
respuesta a las quejas, el secretario Tillerson declaró: "No soy persona
de fácil acceso para la gran prensa. Personalmente, no la necesito ... No nos
escondemos de ninguna cobertura acerca de lo que hacemos. Ellos tienen gente
allí ... Lo único que falta es tener la oportunidad de hablar más en el
aire". Como resultado de lo anterior, los medios de Estados Unidos no
pudieron confirmar o negar los informes acerca de que Tillerson "acortó
consultas diplomáticas y eventos públicos en Seúl, Corea del Sur, debido a la
fatiga". Más tarde, Tillerson rechazó tal información.
Recientemente, el gobierno bloqueó la
asistencia a una rueda de prensa a reporteros acreditados pertenecientes a The
New York Times, BuzzFeed, CNN, Los Angeles Times, Politico, BBC, The Guardian,
The Daily Mail y The Huffington Post el 24 de febrero de 2017. The New York
Times hizo varios intentos por asistir a la reunión con el secretario de prensa
Sean Spicer: primero envió un correo electrónico a la oficina de prensa, que
quedó sin respuesta, y luego un representante se personó en la oficina de
Spicer, pero se le negó la entrada.
Al respecto, Spicer manifestó que
deseaba incluir a medios que normalmente no son invitados a esas reuniones, y
alegó que no podía permitir que todas las organizaciones de noticias asistieran
debido al espacio, afirmación refutada por un reportero presente. Los medios
conservadores que han dado una cobertura favorable al gobierno, como Breitbart
News (cuyo expresidente ejecutivo es Stephen Bannon, estratega principal)
asistieron. El subsecretario de prensa de la Casa Blanca señaló que el
reportero designado para informar a los ausentes, sí participó.
En las últimas semanas, el presidente y
personal de la Casa Blanca han sido particularmente críticos con los medios de
comunicación basándose en fuentes anónimas y pidieron repetidamente que la
policía investigue "filtraciones" de información desde el interior
del gobierno. En un discurso pronunciado en la Conferencia de Acción Política
Conservadora (CPAC, por sus siglas en inglés), el 24 de febrero, el Presidente
declaró que los periodistas "no tienen fuentes" y "simplemente
las inventan cuando no existen". Y añadió que "no debe permitirse a
los medios que utilicen fuentes a menos que revelen sus nombres".
Funcionarios han criticado las noticias
basadas en fuentes anónimas, entre ellas una de The New York Times sobre los
contactos entre miembros de la campaña Trump y Rusia. El jefe de gabinete de la
Casa Blanca, Reince Priebus, dijo en el programa de la NBC "Meet The
Press" que la historia era "extremadamente exagerada, inexacta y
totalmente equivocada". Calificó el informe de "noticias falsas"
y declaró que The New York Times no tenía "una sola fuente" que
demostrara que "la campaña [de Trump] tenía contactos permanentes"
con funcionarios de inteligencia rusos.
Después de que el FBI se negó a apoyar
públicamente la afirmación de Priebus sobre dichas "noticias falsas",
Trump tuiteó que el "FBI es totalmente incapaz de detener las filtraciones
sobre seguridad nacional". Y continuó: "Hallen a los responsables en
el propio FBI. Están entregando a los medios información clasificada que podría
tener un efecto devastador. BÚSQUENLOS YA". Paradójicamente, el Presidente
habló de filtraciones "reales" y, al mismo tiempo, etiqueta las
noticias sobre estas como "falsas": "Las noticias son
falsas", dijo en una conferencia de prensa en la Casa Blanca, porque
"la mayor parte de esta es falsa".
En un esfuerzo por detener las
filtraciones provenientes de la Casa Blanca, Spicer llevó a cabo controles
aleatorios de teléfonos personales y de trabajo de empleados de la Casa Blanca
con abogados presentes. Spicer también dijo a los empleados que el uso de
aplicaciones de mensajería cifrada como Confide o Signal infringe la Ley de
Registros Presidenciales, que requiere la preservación de todos los registros
oficiales presidenciales y vicepresidenciales. Anteriormente culpó a los
ayudantes por filtraciones que condujeron a los que consideró informes
desfavorables sobre el gobierno de Trump.
El 8 de febrero, el Senado confirmó al
exsenador Jeff Sessions como Fiscal General, jefe del Departamento de Justicia.
Sessions es ampliamente conocido como alguien dispuesto a investigar
filtraciones y enjuiciar a sus responsables. Durante la audiencia de
confirmación, Sessions declaró que no había estudiado las directrices revisadas
sobre citaciones a medios de comunicación del Departamento de Justicia que,
entre otras cosas, sólo permiten a los fiscales federales buscar testimonios de
periodistas y presenta sus archivos cuando ello sea totalmente necesario.
En respuesta a si se comprometería a
seguir estos estándares, Sessions declaró que cuando era Fiscal por el Distrito
Sur de Alabama, "todo el mundo sabía que no se podía citar a un testigo o
entrevistarlo sin la aprobación de altos niveles del Departamento de Justicia,
si era miembro de los medios de comunicación. Eso fue en la década de 1980. Y,
por tanto, creo que el Departamento de Justicia es sensible ante este
tema". Durante su testimonio, Sessions identificó una situación específica
en la que favorecería citar a un periodista: cuando "obtiene información
de inteligencia de manera ilegal".
El 16 de febrero, durante la primera
semana como Fiscal General, Sessions autorizó una citación a John Sepulvado,
exreportero de Oregon Public Broadcasting, a fin de que testificara sobre
ciertas fuentes para una historia. El Comité de Reporteros presentó un
documento para anular la citación de Sepulvado. Posteriormente esta fue
anulada. Así, mientras que Sessions supuestamente decidió que el testimonio del
periodista era esencial para la acusación, un juez federal estimó lo contrario.
Como senador, Sessions fue un crítico de
la Ley sobre Libre Flujo de Información, que propuso una ley "escudo"
que crearía privilegios federales para reporteros, y respaldó políticas de vigilancia
que comprometen relaciones confidenciales entre reportero y fuente. Por
ejemplo, se opuso a la Ley de Libertad de EE.UU. que puso fin a la recopilación
a granel por parte de la Agencia Nacional de Seguridad de los registros
telefónicos de estadounidenses. Como miembro del Comité Judicial del Senado,
expresó su inconformidad con el proyecto de Ley escudo federal, declarando que
"protegería a aquellos que usan los medios de comunicación para exponer
ilegalmente los secretos de seguridad nacional de Estados Unidos mediante la
creación de un privilegio de la corte federal que puede impedir la ejecución de
citaciones gubernamentales dirigidas a encontrar las personas que pierdan
información confidencial".
Señaló que el privilegio del reportero
era "no sólo una protección para los periodistas, sino un escudo para
aquellos que violan la ley federal y ponen en peligro la vida de los
estadounidenses". El entonces senador no se refirió al hecho de que el
proyecto de ley considerado por el Senado ya contenía excepciones por razones
de seguridad nacional. Sessions también cuestionó la necesidad de que los
periodistas necesitaran una ley de escudo porque no piensa que "el
problema es. . . tan grande como la gente cree, y la solución propuesta [ley de
escudo federal] causará más problemas". El senador Sessions explicó su
opinión: "Realmente, se trata de la persona que hace la filtración. Esto
presuntamente es un crimen. La información que tal persona ofrece a un
reportero es un delito que se supone que juzgue el Departamento de
Justicia".
En 2013, cuando el Comité Judicial votó
para enviar al Senado el proyecto de ley, se introdujeron nuevas excepciones y
exenciones. Sin embargo, Sessions todavía se negó a apoyarlo: "Tenemos que
dejar claro, para que un reportero pueda decir 'no, esa información no es el
tipo de información que puedo tomar y publicar y luego proteger a quien está
filtrando, en un acto delictivo, información de seguridad'... Esa es la forma
en que traes alguna claridad a nuestra legislación. No intentamos procesar a un
periodista. Tratamos de decirle al periodista exactamente qué puede decirle a
una persona que filtra información, potencial informante, espía, traidor.... Un
traidor de sangre fría con quien pudiera estar tratando", indicó Sessions.
Una demanda de privacidad de alto perfil
de Terry Bollea, exluchador profesional conocido como Hulk Hogan, en contra del
sitio de noticias en línea Gawker ha despertado la preocupación de que una
nueva generación de demandas civiles respaldadas por multimillonarios pudieran
utilizarse para intimidar y silenciar a los medios de comunicación. La demanda
contra Gawker fue financiada de manera encubierta por Peter Thiel, cofundador
multimillonario de PayPal, con el fin de dañar a Gawker, cuyo sitio web ValleyWag
había informado con precisión en 2007 acerca de que Thiel era gay.
El objetivo de Thiel al financiar la
demanda, se basó en que Gawker había publicado parte de una cinta de contenido
sexual de Bollea, y ello se hizo evidente cuando el abogado de Bollea dejó de
repente una de las demandas que habría permitido a Gawker pagar su defensa. A
fin de cuentas, la demanda provocó que Gawker se declarara en quiebra en agosto
de 2016 después de una batalla legal de cuatro años que resultó en un veredicto
de varios millones de dólares a favor de Bollea.
En el capítulo 11 de su petición de
bancarrota, Gawker enumeró más de $ 100 millones en pasivos, incluido un pago
de $ 31 millones a Bollea, así como los costos de otras demandas pendientes. En
una entrevista con The New York Times, Thiel dijo que financiar la demanda de
Gawker era "uno de las mayores actos filantrópicos" que ha hecho y
admitió que no era el único caso que había financiado.
Individuos adinerados o bien conectados,
con acceso a financiación financiera sustancial y motivación para destruir a una
organización noticiosa, podrían forzar a otros medios de comunicación a
terminar su existencia bajo este mismo modelo.
Además del caso de Bollea, el mismo
abogado, Charles J. Harder, presentó otras demandas contra Gawker también
financiadas por Thiel. Durante el litigio Bollea / Gawker, Harder rechazó
ofertas de transacciones y presentó cientos de mociones que requerían el uso de
recursos legales sustanciales y costosos, lo que llevó a la especulación de que
el litigio se había desarrollado para dañar a Gawker más que para obtener
restitución legal. Otro de los casos del abogado contra Gawker fue presentado
en nombre de un demandante, Shiva Ayyadurai, quien afirmó haber inventado el
correo electrónico; Gawker ridiculizó la afirmación.
Un blog de la industria tecnológica,
Techdirt, también había informado sobre la afirmación de Ayyadurai, apoyando su
artículo con pruebas de que el correo electrónico había existido antes de que
él creara su software. La plataforma de noticias en línea está luchando actualmente
contra una demanda presentada por Ayyadurai, y lo hace con menos recursos
financieros que Gawker. Techdirt ha declarado que tiene la intención de
defenderse plenamente contra el litigio que amenaza su propia existencia. Se
desconoce si Thiel también está financiando la demanda de Techdirt.
Harder está también detrás de una
demanda por difamación de 150 millones de dólares contra el Daily Mail y
recientemente resolvió un caso contra un blogger independiente a nombre de la
Primera Dama Melania Trump. Un artículo del blog se refería a ella como una
acompañante de alquiler. El blogger, que tomó información de un artículo de
Daily Mail, publicó previamente una retractación y eliminado el artículo de su
sitio web. Aunque el abogado Harder no representa actualmente al Presidente, ha
dicho que coincide con Trump en que debe eliminarse el estándar de real malicia
establecido en el caso The New York Times contra Sullivan.
Como multimillonario patrocinador de
litigios contra organizaciones noticiosas, Thiel no está solo. Frank
VanderSloot, multimillonario donante republicano, ha prometido ayudar a
financiar demandas por difamación contra la compañía de medios Mother Jones, e
incluso prometió $ 1 millón por el esfuerzo. Mother Jones ganó una demanda de
difamación presentada por VanderSloot en 2015.
Thiel es también un resuelto partidario
del presidente Trump y ha desempeñado un papel central en la transición de su
gobierno. Ha sido descrito como una versión de Stephen Bannon, perteneciente al
círculo íntimo del Presidente, quien abogó por la colocación de sus colegas en
cargos dentro del gobierno.