Agentes
antimotines impidieron este miércoles con bombas lacrimógenas el avance de una
gigantesca marcha contra el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en
Caracas, en los primeros brotes de violencia que dejan varios heridos y dos
fallecidos a manos de irregulares por herida de bala.
Prensa.
AFP
Los enfrentamientos entre la policía y
manifestantes que les tiraban piedras estallaron en una estratégica autopista y
en varios sectores del oeste de Caracas, así como en ciudades de los estados de
Zulia, Carabobo, Táchira, Mérida y Anzoátegui. Cuando se acercaba, con las
manos en alto, a la barrera con que militares bloqueaban el paso en la avenida
Francisco Fajardo, el líder opositor Henrique Capriles recibió una lluvia de
gases lacrimógenos. Varios manifestantes huyeron lanzándose al río Guaire (con
aguas negras).
En San Bernardino, noroeste de Caracas,
un manifestante de 17 años resultó herido de bala en la cabeza, alcanzado por
disparos de hombres en moto que también lanzaron bombas lacrimógenas contra una
concentración opositora, relataron testigos a la AFP. Otros lesionados se
reportan en otros puntos del país. Por su parte, Paola Andreina Ramírez Gómez
de 23 años fue asesinada este miércoles a manos de presuntos colectivos en la
Plaza de Las Palomas San Cristóbal estado Táchira.
En lo que la oposición prometió como “la
madre de todas las marchas”, la sexta en abril, miles de manifestantes exigen
en Caracas y otras ciudades del país elecciones generales y respeto al
Parlamento, único de los poderes públicos que no controla el chavismo. “Hay que
salir de esta dictadura. Estamos cansados, queremos elecciones para que salga
Maduro del gobierno porque tiene al país destruido. ¡No tengo miedo!”, dijo a
AFP Ingrid Chacón, de 54 años, quien asistió a la marcha ondeando una gran
bandera venezolana.
Los opositores salieron de una veintena
de puntos de concentración y pretendían confluir en el centro histórico de
Caracas, bastión chavista, donde ya miles de seguidores de Maduro vestidos de
rojos se manifiestan. Pero contingentes militares y policías bloquearon el paso
en puntos estratégicos de Caracas como en las cinco protestas anteriores, que
derivaron en choques con saldo de cinco muertos, decenas de heridos y más de
200 detenidos.
“Estamos resteados (firmes) con Maduro
por lealtad a nuestro comandante eterno”, dijo a la AFP desde la manifestación
oficialista Nancy Guzmán, docente de 50 años, al referirse al expresidente Hugo
Chávez, fallecido en 2013. En lo que la oposición calificó como un plan para
“intimidar” a la gente, Maduro activó un operativo militar y policial para
“derrotar el golpe de Estado”, del que acusa a la “derecha apátrida venezolana”
y a Estados Unidos.
– Inquietud internacional –
Once países latinoamericanos pidieron a
Maduro garantizar el derecho a protestar pacíficamente, lo que fue secundado
este miércoles por la fiscal venezolana Luisa Ortega. Estados Unidos, por su
parte, lanzó una dura advertencia a los funcionarios públicos venezolanos de
desistir de la represión.
“Estamos enfrentando una arremetida
internacional (…) Estados Unidos ha dado la luz verde para un proceso golpista
de escalada para la intervención de Venezuela”, reaccionó Maduro. Cientos de
personas se han manifestado contra el gobierno chavista en los últimos días en
varios países -como este miércoles en Madrid-.
Pero en una demostración de fuerza, el
gobernante encabezó el lunes un acto militar en el que recibió de la Fuerza
Armada, su aliado con enorme poder político y económico, la promesa de
“lealtad”, al tiempo que anunció la ampliación de las milicias a 500.000
civiles, cada uno con un fusil.
El jefe legislativo Julio Borges pidió
entonces a los militares ser “leales” sólo a la Constitución, tras lo que Maduro
lo acusó de liderar el “llamado golpista” y lo amenazó con procesarlo
judicialmente. “Estamos convencidos de que el país sabe quiénes son los
golpistas”, respondió la oposición.
El jefe de la Organización de Estados
Americanos (OEA), Luis Almagro, aseguró que el gobierno prepara una “acción
represiva homicida” al armar a civiles; en tanto que Colombia pidió a la ONU
atender “la preocupante militarización” de Venezuela.
“Venezuela dará la batalla frente a este
grupo minoritario de gobiernos que pretenden promover una vergonzosa
intervención, con la OEA”, dijo la canciller Delcy Rodríguez.
– La fuerza de la calle –
Los opositores volvieron a la calle el 1
de abril luego de que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) asumiera las
competencias del Parlamento, desatando una protesta diplomática internacional
que dos días después lo hizo dar marcha atrás. La propia fiscal Ortega, cercana
al chavismo, lo consideró una “ruptura del hilo constitucional”.
La oposición denunció esos fallos como
un “golpe de Estado”, pero ese episodio la reanimó, recobrando cohesión y apoyo
popular que perdió tras fracasar su plan de revocar a Maduro en un referendo. “Esta
marcha pondrá de relieve la fuerza que la oposición es capaz de convocar y los
costos que potencialmente le puede generar al gobierno si persiste en evitar
elecciones en el corto plazo”, afirmó a AFP el politólogo John Magdaleno.
Analistas estiman que Maduro, cuyo
mandato concluye en enero de 2019, evita a toda costa unas elecciones. Siete de
cada diez venezolanos reprueban su gobierno, cansados de la escasez y una
brutal inflación que el FMI estima en 720,5% este año.