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elestimulo.com.
Lejos
de ser una medida que promueva por el momento la paz entre dos sectores
antagónicos, la convocatoria a un proceso Constituyente en Venezuela ha
aumentado la crispación política entre el chavismo y la oposición, en el marco
de escenarios de protestas antigubernamentales que ya han dejado 47 muertos.
El
presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha dicho que la Constituyente es su
única opción para “defender la Constitución”, cuya redacción impulsó el
fallecido Hugo Chávez hace 17 años, y garantizar la paz en la nación
suramericana.
Además,
Maduro ha asegurado que la modificación de la Carta Magna permitirá
“perfeccionar el sistema económico, social y político” de Venezuela y adaptarlo
a los nuevos tiempos, en los que el volátil petróleo debe dejar de ser la base
de la economía del país caribeño.
Pero
en el seno de la oposición, agrupada bajo la plataforma Mesa de la Unidad
Democrática (MUD), el rechazo a la propuesta del presidente venezolano surgió
de inmediato. Los
opositores critican la pertinencia de la convocatoria, y alegan que las
elecciones de gobernadores están vencidas desde diciembre pasado.
También
rechazan el proceso por las condiciones con las que Maduro lo planteó: sin
referendo consultivo previo y con elecciones sectoriales. El
presidente asegura que la consulta previa no es necesaria para solicitar la
Constituyente, y que la Constitución venezolana, en sus artículos 347, 348 y
349, permite la omisión del referendo previo.
El
artículo 347 establece que “el pueblo de Venezuela es el depositario del poder
constituyente originario” y que en ejercicio de dicho poder “puede convocar a
una Asamblea Nacional Constituyente”. Mientras
que el artículo 348 señala que el presidente venezolano podrá tomar “la
iniciativa” de convocar ese instrumento.
Los
opositores consideran, sin embargo, que Maduro no está facultado para iniciar
el proceso y que este solo podría activarse con la anuencia de los venezolanos
mediante un referendo consultivo, como ocurrió con el proceso de 1999, que le
brindó a Venezuela una nueva Constitución.
El
sistema sectorial de elección de constituyentistas garantizaría la nominación
de entre 200 y 250 de los cerca de 500 miembros que Maduro ha dicho que desea
participen del proceso.
Estos
serían seleccionados en “la base de la clase obrera, de las comunas, de las
misiones (y) de los indígenas”, anulando el carácter secreto, universal y
directo establecido para el sufragio en Venezuela, según denuncia la oposición.
Esta
arista del proceso llevó a Luis Emilio Rondón, el único de los 5 rectores del
poder electoral afín a la oposición, a alertar que Venezuela está “frente a una
posible amenaza importante al sistema democrático y al régimen constitucional”.
Así,
las modificaciones que se harían a la Constitución venezolana han pasado por
debajo de la mesa, en parte porque el presidente Maduro solo ha hecho
generalizaciones sobre sus intenciones.
Para
el analista político y director de la encuestadora Datanálisis, Luis Vicente
León, es “difícil” imaginar a la oposición participando del proceso
Constituyente si las reglas son las que ha anunciado el presidente venezolano.
“Maduro
no convoca a una constituyente como la conocemos”, dijo León a Efe, en
referencia al proceso que se vivió en Venezuela en el año 1999.
Según
el analista, las condiciones de la convocatoria de Maduro le permitirán al
presidente socialista retener el Gobierno pese a ser “minoría”, así como evitar
que los opositores se abran paso hacia el poder a través de elecciones.
En
tal sentido, León prevé dos escenarios en caso de que el llamado a
Constituyente prospere y se modifique la Constitución venezolana.
Uno
sería la “cubanización” del sistema político venezolano, bajo una “democracia
ficticia” que otorgaría al Gobierno la capacidad de “reconstruir” los poderes y
echar a funcionarios incómodos, como la titular de la Fiscalía, Luisa Ortega
Díaz, así como dejar sin efecto a las instancias controladas por la oposición,
como el Parlamento.
El
otro escenario que contempla León sería la revuelta de la mayoría de los
venezolanos que haría ingobernable el país, obligando a una negociación
política y al llamado de elecciones libres, universales y secretas.
El
pasado viernes la titular de la Fiscalía, Luisa Ortega Díaz, ofreció una nueva
señal de la ruptura que ha significado para el chavismo este proceso al señalar
que la Constituyente “aceleraría la crisis” institucional en Venezuela.
“Para
resolver la crisis indudable y sin precedentes que atraviesa el país no es
necesario, pertinente, ni conveniente llevar a cabo una transformación del
Estado”, dijo la fiscal en una misiva dirigida al jefe de la comisión
presidencial para el proceso constituyente, Elías Jaua, reproducida por los
medios venezolanos.
Quien
sí ofreció su respaldo a la Constituyente ha sido el titular del Ministerio de
Defensa, Vladimir Padrino, aunque también destacó la necesidad de elecciones
limpias.
Padrino
dijo en una entrevista con Efe a principios de mayo que la Fuerza Armada está
del lado de la Constituyente, siempre y cuando esta cumpla con los principios
que establece la Constitución venezolana: elecciones libres, universales y
secretas.