Opinión. Héctor Ignacio Escandell Marcano
En
medio de un acto verdaderamente cínico, el presidente Nicolás Maduro pidió un
voto de confianza a quienes lo respaldan y a quienes lo adversan. Sonaba como un
niño que cometió una travesura y “mingonea” para que la mamá lo deje seguir
jugando. Con total impunidad.
A
estas alturas del partido, después de 46 asesinatos, después de repartir palo a
diestra y siniestra, después de apresar a más de dos mil personas en las
protestas. ¿En serio?, después de llamar terroristas a los que protestan y
jurar cárcel para todo el mundo, señor presidente, usted pide un voto de
confianza. No hay derecho.
Solo
imaginen ustedes la escena:
La
mamá de Juan Pernalete sentada frente al televisor y el Presidente dice: “tú,
que no me apoyas, te hablo a ti, ¡dame un voto de confianza para alcanzar la
paz!
Solo
imaginen la reacción de esa seňora, o la de la mamá de “Pedreyshon” -joven
arrollado por una tanqueta-. Solo por un segundo imaginen la cara de estas
mujeres.
Hoy
más que nunca la justicia precede al perdón y a la paz, compañero presidente.
Mientras usted dirija el Estado será muy complejo perdonar tanta maldad. Para
darle un voto de confianza habría que perdonarlo y eso, por ahora, creo que no
es humanamente posible. Quizás, cuando asuma la responsabilidad del desastre de
país y deje de culpar a los demás, quizás y solo cuando eso suceda se podrá
pensar en el voto de confianza.
Mientras
tanto, la historia la sigue escribiendo usted a punta de balas, perdigones, gas
y maltrato a la mayoría del país que dirije. Por ahora, la pelota sigue estando
en su cancha.
Constituyente
inconveniente
Esta
última semana, señor presidente, tanto la Conferencia Episcopal Venezolana como
la Fiscal General de la República dijeron que el proceso constituyente no
conviene al país. Mucho menos en la forma que se plantea.
La
Fiscal dice que la Constitución de 1999 es inmejorable y que modificarla
agravaría la crisis. Por su parte, los obispos consideran que antes de
modificar la ley suprema, hay otras prioridades para la gente. Comida y
medicinas. Lo demás es secundario.
De
mi parte, creo que ese As bajo la manga que usted sacó, no es más que otra gran
estafa para atornillarse en la silla heredada. El país necesita, en principio,
que se cumplan las leyes electorales. Ordene al CNE que convoque a elecciones regionales.
Comicios vencidos hace varios meses. Ordene, estoy seguro que los rectores
harán caso.
Las
elecciones serían un gran voto de confianza.
El
país tiene seis semanas en un hervidero político y social, no es como fijó
Diosdado Cabello: el chavismo no se ha sentido en peligro en ningún momento. Si
así fuera, el Presidente no estuviera pidiendo cacao.
Las
últimas semanas nos perfilan al país indeseable, a la sociedad que no
pertenecemos. No es de nosotros aplicar el “escrache”; no está en nuestro ADN
perseguir y maltratar a los compatriotas que andan por el mundo. No y no, ni
Lucía, ni la hermana, ni el papá, ni el primo del primo tienen la culpa de lo
que está pasando. Cada quien es responsable de lo que hizo y hace en la
administración pública. Sus familias no.
Negociación
América
Latina, casi en su conjunto, es un espejo para Venezuela. Las experiencias
totalitarias y dictatoriales terminaron después de mucha sangre y negociación.
Pinochet es un claro ejemplo de lo que aquí pudiera ocurrir.
La
presencia del chavismo en una transición es absolutamente necesaria. Garantizar
los mínimos a los que hoy gobiernan es sinónimo de estabilidad y viabilidad
para cualquier proyecto de reconstrucción nacional.
Mientras
más tardes en irte, menos probabilidades tendrás de volver. La Revolución
Bolivariana pasó de ser una inspiración a un problema para la izquierda
latinoamericana.
Después
de Allende, a la izquierda le tomó más de 20 años para volver a gobernar, para
volver a convencer y el madurismo está enterrando la palabra socialismo.
Venezuela
representa hoy para la derecha en América, lo que Cuba representaba para la
izquierda en los años 70. De ese tamaño es el desastre del socialismo del siglo
veintiuno, de esa envergadura es el problema hoy representa este modelo de
gestión venezolano para el socialismo del continente.
Pd:
¿Todavía quieres pedir un voto de confianza?, ¿En serio?
Héctor Ignacio
Escandell Marcano
https://cronicadelviernes.wordpress.com/2017/05/21/un-voto-de-confianza-en-serio/