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Joed Osorio empezó a consumir
estupefacientes ilegales cuando tenía apenas 10 años de edad y crecía en San
Lucas Sacatepéquez (Guatemala). No tardó mucho en formar parte de un grupo que
vendía drogas. Dice que Coaliciones Comunitarias Antidrogas de América (CADCA)
le hizo cambiar de vida. El grupo, que ha recibido el apoyo de la Embajada de
Estados Unidos, trabaja con líderes comunitarios y agencias gubernamentales
locales para identificar las causas del abuso de drogas en los barrios y
adaptar programas para combatirlos.
Osorio supo instantáneamente que había
encontrado su vocación cuando asistió a una reunión de la coalición en 2015.
Comentó que conectaba con otros jóvenes y mujeres con historias similares.
Un joven habla ante un público (Embajada
de Estados Unidos en Guatemala)
Joed Osorio (Embajada de Estados Unidos
en Guatemala)
Desde entonces, ha compartido su
historia de esperanza y recuperación con más de 2.500 familias. Hoy, Osorio, de
19 años de edad, trabaja con la Coalición Comunitaria Antidrogas de San Lucas
Sacatepéquez y es un estudiante universitario que tiene la esperanza de
trabajar algún día para la Embajada de Guatemala o las Naciones Unidas.
Los partidarios del programa de la
coalición dicen que este funciona porque es creado y puesto en práctica a nivel
comunitario. Líderes locales; dueños de negocios, funcionarios gubernamentales,
maestros, autoridades policiales y religiosas, son reclutados para identificar
los factores que conducen al consumo de drogas en sus comunidades, a menudo van
de puerta en puerta para recopilar información.
En las Tierras Altas del Oeste de
Guatemala, por ejemplo, los líderes comunitarios identificaron al menos dos
causas para el problema de la marihuana en la zona: (1) Los jóvenes podían
obtener fácilmente la droga y (2) muchos desconocían que el consumo de
marihuana tenía consecuencias negativas. La comunidad respondió organizando
conferencistas para ir a las escuelas y hablar con los estudiantes sobre los
peligros de las drogas. Los líderes también consideraron crear actividades para
mantener a los estudiantes ocupados y alejados del atractivo y la tentación de
las drogas.
Los miembros de las coaliciones
antidrogas locales son voluntarios y se reúnen mensualmente. Las reuniones
están abiertas al público y sirven de foro para discutir los problemas causados
por las drogas y posibles soluciones. A menudo, maestros, médicos e incluso la
policía envían a los jóvenes atrapados usando drogas a las reuniones de la
coalición como una forma de ayudarlos. Osorio insta a los jóvenes a “participar
más en grupos y organizaciones que pretenden ayudar a sus comunidades, porque
sólo entonces podemos cambiar el futuro de nuestra sociedad”.