Prensa.
Prototipo: Octavio Estrada
El 14 de junio de 1987 se disputaba en
el circuito de Rijeka, en la antigua Yugoslavia, la sexta válida del Campeonato
Mundial de Motociclismo en la categoría 250cc, carrera que tuvo como vencedor
al venezolano Carlos Lavado Jones en una Yamaha del equipo Venemotos, éxito que
a la postre se convertiría en el último de su brillante trayectoria tanto para
el doble campeón mundial del cuarto de litro como para la escudería venezolana.
El inicio de la temporada no había
comenzado de la mejor manera para el flamante monarca de la clase 250cc.
Durante unos entrenamientos efectuados en Venezuela antes del arranque del
torneo, Carlos Lavado sufrió una caída en San Carlos al romperse el
amortiguador trasero de su YZR oficial, percance que le provocaría una fractura
en su muñeca izquierda y tibia derecha.
El campeón logró llegar a tiempo para la
apertura del torneo en Suzuka, Japón, pero en las prácticas sufrió la doble
fractura en una de sus clavículas que le impidió competir. Lavado, de 30 años
de edad, recién pudo volver a las pistas para la segunda fecha en Jerez,
España, donde arribó décimo, mientras cumplido el primer tercio del torneo,
apenas exhibía un par de sextos lugares como mejores figuraciones, en un
certamen marcado por el aplastante dominio de la casa Honda que buscaba
recuperar el cetro que precisamente Carlos Lavado en la Yamaha del equipo
Venemotos le había arrebatado en la edición anterior.
Llegó entonces la fecha yugoslava, en
Rijeka (hoy Croacia), a orillas del mar Adriático, un sinuoso veloz en el que
el bigotudo caraqueño ya había festejado en lo más alto del podio en su
triunfal temporada 1983, mientras en 1986, brindó una de las más asombrosas
demostraciones de superioridad que recuerde la categoría, al partir al frente
del pelotón, escaparse en solitario para poco después sufrir una caída que lo
dejó al fondo de la fila; sin sufrir mayores daños en la máquina, volvió sobre
su montura e inició una antológica recuperación que le permitió asumir
nuevamente la vanguardia antes de cumplir las últimas vueltas, para una vez más
terminar en el piso, aunque en esta ocasión sin posibilidad de retornar al
asfalto.
Durante las clasificaciones, Lavado
consiguió ubicarse en la primera línea de salida, en la tercera colocación, en
el medio de las Honda oficiales de Dominique Sarron, Anton Mang y Jacques
Cornú, además de la Aprilia de Loris Reggiani. Al darse la señal de largada -
ese año 1987 quedaron archivadas las partidas empujando las motos para arrancar
el motor, aplicándose por motivos de seguridad el nuevo reglamento que exigía
hacerlo con los propulsores encendidos -, fue el español Sito Pons en otra de
las Honda de fábrica la que asumió la punta, mientras Carlos Lavado completaba
la primera de las veintiséis vueltas en la octava colocación entre los treinta
y seis que partieron.
En una jornada soleada y calurosa,
Lavado, en la máquina con el carenado amarillo y blanco identificado con el
número 1, progresivamente fue superando a los que le precedían, pelotón de
motos Honda que tenía al líder del certamen, Anton Mang, al frente de la
jauría. El teutón venía de imponerse de manera consecutiva en su tierra
(Hockenheim), en Italia (Monza) y en Austria (Salzburgring), pero en Rijeka no
pudo contener la embestida del venezolano, que antes de cumplir el primer
tercio de la ruta asumió la punta tras superar al final de la recta principal
al suizo Jacques Cornú, cómo no, en otra Honda de fábrica.
El fortísimo ritmo impuesto por el
vigente monarca resultó irresistible para sus oponentes, lo que le permitió
recibir la bandera a cuadros en solitario, con casi 5 segundos de ventaja
frente a su más cercano perseguidor, el italiano Loris Reggiani (Aprilia),
podio que completó el compañero de colores de Lavado, el germano Reinhold Roth
(Honda). Camino a la victoria, Carlos Lavado se adjudicó además el récord de
vuelta, al fijar 1’34”09 a un promedio de 159.4 kmsh.
No menos excepcional fue también la
presentación del otro venezolano en la pista, Iván Palazzese, quien con una
Yamaha YZ preparada por él mismo, arribó en la décima casilla que el brindó su
primer punto en el año de su regreso a los escenarios mundialistas. Iván,
entonces con 25 años de edad, concluía en el mismo segundo de los españoles
Sito Pons y Joan Garriga, octavo y noveno con sus monturas oficiales Honda y
Yamaha, respectivamente.
Cumplida la sexta de las quince rondas
del año 1987 en la división 250cc, Anton Mang se mantenía al tope con 53
puntos, camino hacia lo que sería su quinto y último título mundial en el que
contabilizaría hasta 8 victorias, mientras para Carlos Lavado la cita balcánica
fue la única satisfacción que disfrutó en esa campaña, porque no volvería
siquiera a subir al podio, para concluir en una discreta décima plaza al
concluir la contienda.
ESTADÍSTICAS PARA LA HISTORIA
La de Yugoslavia fue la décima novena y
última victoria de Carlos Lavado en una válida mundialista. Se trató de la
número diecisiete en la división 250cc, mientras las otras dos las alcanzó en
350cc. Todos sus éxitos los obtuvo con máquinas atendidas por la formación
Venemotos-Yamaha. En Rijeka lo hizo con el número 1 en el carenado, y tal como
aconteció en 1984 - tras la obtención de la primera corona en el cuarto de
litro en 1983 - la escudería venezolana apenas consiguió imponerse en una
válida, el Gran Premio de Holanda en Assen, pista en la que Lavado supo
festejar hasta en cuatro oportunidades.
En la lista de ganadores de todos los
tiempos en los mundiales de motovelocidad, Carlos Lavado ocupa el trigésimo
noveno peldaño, recientemente superado por el español Maverick Viñales, quien
llegó a veinte conquistas, clasificación que mantiene el italiano Giácomo
Agostini con 122 triunfos. En el ránking de la clase 250cc que se disputó entre
1949 y 2010, Lavado quedó inmortalizado entre los diez mayores ganadores con 17
victorias, igualado con el surafricano Kork Ballington, los japoneses Daijiro
Katoh y Tetsuya Harada, además del español Jorge Lorenzo, tabla liderada por el
germano Anton Mang con 33.
En cuanto al equipo Venemotos, arribaba
a su trigésima conquista desde que lo hiciera por partida doble en su estreno
mundialista, en el Gran Premio de Francia de 1975 celebrado en el circuito de
Paul Ricard, cuando el también debutante Johnny Cecotto, de 19 años de edad, se
imponía de manera sensacional en las clases 350 y 250cc. En sus seis temporadas
en el motomundial, Cecotto facturaría 9 victorias en 350cc y sumó un par más en
250cc, mientras las tres que registró en 500cc, lo hizo con máquinas atendidas
oficialmente por la casa japonesa Yamaha.
En 1987 la escudería Venemotos, entonces
dirigida por Vito Ippolito - hoy presidente de la Federación Internacional de
Motociclismo -, tenía como responsable técnico principal a uno de los
fundadores de esa estructura deportiva, Ferrucio Dalle Fusine. El estreno en
las pistas del equipo con base en La Bandera, en Caracas, se registró en 1964,
encabezado por el corredor y flamante importador de la firma Yamaha para
Venezuela, Andrea Ippolito, y su arribo a los mundiales de motovelocidad en
1975 conmocionó al Continental Circus.
Desde el momento de su creación, el
equipo Venemotos-Yamaha inició una cadena de triunfos en los escenarios
nacionales que inmediatamente extendió a los eventos regionales de
motovelocidad y motocross, convirtiéndose en la escudería privada de mayor
antigüedad en las competencias de motociclismo internacional. Sus tres títulos
mundiales (Johnny Cecotto 350cc 1975 y Carlos Lavado 250cc 1983-1986), 30
victorias en válidas mundialistas, más de medio centenar de podios, sumado a
resonantes conquistas como las 200 Millas de Daytona en 1976, la transformaron
en la estructura deportiva del continente americano de mayor éxito en las
pistas de todo el planeta.