Prensa. ABC de España
El
presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana no ve factible un nuevo
diálogo entre el Gobierno y la oposición mientras «se recrudece la represión»
contra las protestas, publica.
Por
LUDMILA VINOGRADOFF – ludmilavino /Corresponsal en Caracas
La Iglesia católica de Venezuela ha
asumido un papel importante y activo en la defensa de la libertad y la
democracia después de 18 años de chavismo. El presidente de la Conferencia
Episcopal Venezolana (CEV), monseñor Diego Padrón, advierte de que los
ciudadanos no necesitan una nueva Constitución, como amenaza el Gobierno de
Nicolás Maduro, sino que «se cumpla la actual» y, sobre todo, «alimentos,
medicinas, seguridad y elecciones». Poco dado a conceder entrevistas, Padrón
explicó a ABC cómo ve la grave crisis política, social y económica que
atraviesa Venezuela. Después de dos meses de manifestaciones opositoras, el
arzobispo de Cumaná precisa que la Iglesia no ha hecho un llamamiento a las
movilizaciones, sino que «reconoce la protesta como un derecho ciudadano
constitucional».
-¿Cuál es su percepción sobre la crisis
que atraviesa Venezuela?
-Es de un gran desaliento por el
sufrimiento global de la población, preocupada por las carencias: comida,
medicinas, seguridad y caminos de solución. Ante una situación tan dura, el
Gobierno solo presenta una (Asamblea Nacional) Constituyente que no se
corresponde con necesidades importantes, como la apertura de un canal
humanitario.
-¿Cuánto va a durar esta situación?
¿Hacia dónde vamos?
-No tenemos buenas noticias. Los
venezolanos perciben que hay un gran deterioro de un sistema que no gobierna.
El Gobierno hoy tiene menos dinero y no está importando ni produciendo nada.
Cada día hay menos libertad.
-¿Qué debería hacer la coalición
opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD)?
-La MUD ha sido muy buena en ganar
elecciones, como las legislativas del 6 de diciembre de 2015. Pero no tiene un
proyecto orgánico de país.
-Se critica a la oposición por no tener
un proyecto de país. ¿El chavismo lo tiene?
-Sí lo tiene, se llama el Plan de la
Patria, que está en marcha con la Constituyente. El peligro es que con la
Constituyente, Venezuela sería comunista y perderíamos la democracia.
-¿Cuál es el trasfondo de la crisis?
-En Venezuela mueren personas por falta
de alimentos y medicinas. La gente come de la basura. Hay un 11% de
desnutrición infantil, según Cáritas. El Gobierno no atiende a la población
infantil menor de 5 años. La desnutrición es un fenómeno irreversible.
-¿Pero el chavismo no ha afirmado que su
norte son los pobres?
-La idea de reivindicar a los pobres es
pura teoría porque hoy los pobres son más pobres. Los venezolanos no tienen
comida ni medicinas, pero además deben humillarse para conseguir el pan, tienen
que hacer largas filas con pérdida de tiempo, no hay garantías para la salud ni
seguridad. Los peligros son muchos. No se puede salir a la calle a ninguna
hora, hay mucha más inseguridad y delincuencia.
-¿Por qué fracasó el año pasado el
diálogo con la oposición, que contó con la mediación del Vaticano?
-En primer lugar, el Vaticano no fue
mediador, sino un facilitador del diálogo. Por lo tanto, no se le puede
atribuir a un facilitador ninguna responsabilidad más allá de sentar en una
mesa a las dos partes. De manera que cuando se le atribuye al nuncio, Claudio
María Celli, la responsabilidad del diálogo no es exacto. El resultado de eso
son los acuerdos sobre el canal humanitario, los presos políticos, el respeto a
las instituciones, incluida la Asamblea Nacional, y el camino electoral. Nada
de eso se ha cumplido.
-¿La Conferencia Episcopal rechaza la
Constituyente?
-Por supuesto, por dos motivos. Es
innecesaria porque en estos 18 años el Gobierno ha proclamado que tenemos la
mejor Constitución del mundo. Y, ciertamente, desde el punto de vista teórico
es buena, pero nada de eso se cumple en la práctica. El problema es cumplir la
actual. No hay ninguna necesidad de una nueva. En caso de necesitar una reforma
está la enmienda que forma parte del debate parlamentario. En segundo lugar, el
pueblo no necesita una nueva Constitución. Lo que le hace falta es comida,
medicina, seguridad y un camino electoral, respeto a la soberanía del pueblo.
-¿Entonces tampoco es necesario el
referéndum consultivo como lo plantea la Asamblea Nacional?
-La Constitución establece que a mitad
del mandato presidencial se puede celebrar un referéndum revocatorio. Esa fue
la propuesta de la Asamblea Nacional el año pasado. El Gobierno impidió un
derecho constitucional, entonces automáticamente se convirtió en una dictadura.
-¿La Conferencia Episcopal tiene el aval
del Vaticano cuando hace un llamamiento a la protesta?
-Permítame aclarar que la Conferencia
Episcopal Venezolana no ha llamado a la protesta, sino a reconocerla como un
derecho ciudadano constitucional de manera pacífica. Yo no puedo llamar a la
protesta directamente.
-¿Se dan las condiciones para un nuevo
diálogo?
-En estos momentos no se ve factible.
-¿Por qué no?
-El Gobierno debe bajar la represión,
mientras se recrudece no hay posibilidad de diálogo. Tenemos una represión
brutal y asesina que ha producido unas 60 muertes. Son muchos en solo dos meses
de protestas. Esto no tiene fin. El Gobierno ha importado más armas para
reprimir las marchas.
-¿Teme un aumento de la represión?
-Sí, por supuesto, tememos que se
produzca más violencia, que viene de parte del Gobierno porque es el que tiene
las armas y los elementos de la represión. Las bombas lacrimógenas son mortales.
El estudiante (Juan Carlos) Pernalete murió por una bomba lacrimógena, lo dijo
la fiscal general.
-¿Habrá elección de gobernadores con la
Constituyente de Maduro?
-Las elecciones de gobernadores fueron
pospuestas para finales de 2017. Llevamos un año de atraso. Y no hay un camino
claro todavía. Se interpone la Constituyente porque, cuando se apruebe, dirá
que no hacen falta las elecciones de gobernadores y el Ejecutivo los nombrará
directamente.
-¿La Iglesia ha hecho alguna propuesta
para el canal humanitario?
-Cáritas ha hecho una oferta: poner a
disposición su infraestructura para distribuir de medicinas y comida.
-¿Cuál ha sido la respuesta del Gobierno
de Nicolás Maduro?
-Ha puesto dos objeciones. Primero, la
crisis humanitaria es ir contra la dignidad del pueblo, toman al pueblo como
excusa. La segunda objeción es que no se puede hablar de crisis humanitaria
para no mostrar que el Gobierno no está haciendo nada. El Ejecutivo afirma que
está tomando medidas… Se limita a cuidar la imagen de Venezuela y del Gobierno.
Pero la realidad se impone.
-¿La solución pasa por Cuba?
-La problemática de Venezuela pasa por
Cuba, pero la solución es netamente venezolana y no necesita de la intervención
cubana.