El
presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski (Lima 1938), está a punto de cumplir
un año de mandato. Cuando asumió el cargo, en julio de 2016, prometió “una
revolución social” que, asegura, sigue siendo uno de los objetivos centrales de
la legislatura.
Prensa.
lapatilla.com
El acrónimo de su nombre, PPK —como se
le conoce popularmente— es el mismo que el del partido que fundó, Peruanos Por
el Kambio. Kuczynski, execonomista del Banco Mundial y formado en Oxford y
Princeton, recibió a Francesco Manetto, periodista del diario El País
(España) en el Palacio de Gobierno de
Lima hace dos semanas. En la entrevista, se refirió entre otras cosas a la
situación venezolana.
Un arbitraje para la crisis venezolana
Reseña el periodista Manetto que el
presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, se muestra especialmente duro con el
Gobierno de Nicolás Maduro y preocupado por la situación de crisis
institucional que atraviesa Venezuela. En su opinión, “el tema fundamental es
que se liberen todos los presos políticos”. “Si no se hace eso no hay diálogo
posible”, considera.
“Si se hiciera eso, que es una altísima
prioridad, creo yo, entonces se puede hacer que tres países amigos de la
democracia nombren a unos asesores y tres países del otro lado nombren también
a gente. Cuba, Nicaragua, Bolivia, y Perú, Chile, Colombia o Brasil. Y que se
haga como un arbitraje. Tres de un lado y tres de otro. Tendría que ser gente
de altísimo prestigio que esté dispuesta a sentarse por meses o semanas a
tratar de buscar un entendimiento y una transición. Obviamente no se van a
sentar en Venezuela. Se pueden sentar en Curazao”.
Esta es la propuesta del presidente
peruano, quien ve en Unasur “un grupo demasiado sesgado hacia un lado”, al igual
que el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG). “Yo creo”,
resalta, “que hay que hacer algo porque el barrio [en referencia a la región]
no puede tener a un país importante que se está hundiendo estrepitosamente, y
es el país que tiene las reservas petroleras más grandes del mundo”.