Prensa. EFE
El empeoramiento de la situación
política y la crisis de la economía venezolana disparó en 2016 el número de
solicitantes de asilo de esa nacionalidad en España, al pasar de los 596 de
2015 a 3.960, principalmente personas de clase media contrarias a las posturas
gubernamentales de ese país latinoamericano. Así lo asegura el informe anual “Las
personas refugiadas en España y Europa” presentado hoy por la Comisión Española
de Ayuda al Refugiado (CEAR), que destaca que España registró en 2016 un total
de 15.755 solicitudes de asilo (874 más que en 2015), el mayor número desde la
aprobación de la primera Ley de Asilo en 1984.
El pasado año estuvo marcado por el
acusado ascenso de solicitantes procedentes de Venezuela, país que pasó de 19
demandantes en 2010 a 52 en 2011, 28 en 2012, 35 en 2013, 124 en 2014, 596 en
2015 y 3.960 en 2016. Fueron principalmente las personas de
clase media (docentes, periodistas, funcionarios y empresarios), que
generalmente alegan una posición política contraria al Gobierno o persecución
por motivo de la orientación sexual.
CEAR explica este éxodo en el
“recrudecimiento de la convulsa situación política y la crisis de la economía
nacional”, unas circunstancias que también se han notado en Estados Unidos,
donde igualmente los venezolanos encabezaron la demanda de protección
internacional en 2016. De esta forma, y de acuerdo con los
datos del Servicio de Ciudadanía e Inmigración estadounidense, 18.155
venezolanos solicitaron asilo el año pasado, un aumento del 150 % respecto a
2015 y del 600 % en relación a 2014.
Por contra, la cifra de demandantes
naturales de Siria se redujo a casi a la mitad, al pasar de 5.724 de 2015 a
2.975, debido a la disminución de las solicitudes formalizadas en Melilla,
ciudad española en el norte de África, que alcanzó 2.440 solicitudes frente a
las casi 6.000 del año anterior. Esta bajada, según CEAR, es fruto de
“las crecientes dificultades” para llegar a la oficina de asilo del puesto
fronterizo melillense de Beni Enzar y a la ausencia de otras vías legales y
seguras de acceso.
El tercer país de origen en peticiones
de asilo fue Ucrania, con 2.570 peticiones frente a las 3.420 de 2015,
especialmente procedentes de familias monoparentales y de personas originarias
de las regiones de Donetsk y Lugansk, que alegan temor a ser reclutadas tanto
por el Gobierno como por las fuerzas opositoras. Argelia experimentó un ligero aumento y
pasó de 675 solicitantes a 740, parte de las cuales se formalizaron en Ceuta,
ciudad española en el norte de África, argumentando sobre todo discriminación
por razones de género y orientación sexual.
En quinto lugar, y a pesar de la
culminación del proceso de paz, se situó Colombia, cuyas peticiones aumentaron
de 129 a 615. Los solicitantes colombianos son
principalmente personas desplazadas que fueron objeto de extorsión por grupos
criminales y por los actores del conflicto y sin protección por parte de las
autoridades de su país. Después figura El Salvador, con 425
solicitudes, y Honduras, con 385, países que se colocaron por primera vez entre
los diez primeros debido a la violencia de las maras (pandillas violentas) y
otros grupos organizados.