“No
queremos ser Cuba”, se lee en uno de los carteles que grupos de opositores
venezolanos pegaron en las fachadas de algunos recintos electorales, en una
marcha contrarreloj para frenar la elección, el domingo, de la Asamblea
Constituyente convocada por el presidente Nicolás Maduro.
Prensa. AFP
En el inicio de una semana decisiva para
la crisis política venezolana, la oposición realiza un recorrido por colegios
donde serán instaladas las urnas, algunos de los cuales ya empezaron a ser
custodiados por los militares en un operativo especial para los comicios.
Quemando los últimos cartuchos, convocó
a una huelga de 48 horas el miércoles y el jueves con bloqueos de calles -tras
un paro de 24 horas la semana pasada-, que será respaldada por importantes
centrales obreras. No obstante, el gobierno controla la estratégica industria
petrolera.
Para el viernes, la coalición opositora
Mesa de la Unidad Democrática (MUD) llamó a una gran marcha en Caracas, bajo la
advertencia de que si Maduro insiste en la elección, tomará acciones más
contundentes el sábado y domingo en lo que llama un “boicot cívico electoral”.
“Deberíamos de estar trancado calles
desde ya. Quedan pocos días y no podemos entregar el país”, declaró a la AFP
Alveres Vargas, una comerciante pensionada de 76 años, en un colegio de Chacao
(este), bastión opositor, cuya fachada fue cubierta de letreros contra el
gobierno.
Desatando temores de más caos y
violencia, la estrategia contra la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) escala
aún más las protestas que iniciaron hace cuatro meses para exigir la salida de
Maduro, con saldo de más de un centenar de muertos.
En medio de esa convulsión y una economía
devastada, Maduro asegura que la Constituyente traerá paz y estabilidad,
mientras que la oposición asegura que reformará la Carta Magna para imponer un “sistema
comunista”.
“La Constituyente no va”
Argumentando que no quiere legitimar un
fraude, la MUD rechazó participar en la Constituyente pues no fue convocada en
referendo y el sistema de elección de los 545 asambleístas fue diseñado por
territorios y sectores, lo que, asegura, garantiza el control del gobierno.
“En mi centro electoral, la
Constituyente no va”, “La ANC es dictadura”, “Mi voto es no votar”, “Queremos
una Venezuela libre y sin hambre”, “Maduro dictador”, se leía en los carteles.
En Las Palmas, este de Caracas, varios
efectivos del ejército los quitaban de la fachada del colegio La Consolación.
A ellos iban dirigidos parte de los
carteles, por ser la Fuerza Armada Nacional, a la que Maduro ha dado enorme
poder político y económico, el sostén clave del gobierno. “FAN honra tu
uniforme”, se leía en otros letreros.
El ministro de Defensa, general Vladimir
Padrino, tildó las acciones opositoras de irresponsabilidad que “rayan en
apología al delito”.
El poder electoral, acusado por la
oposición de servir al gobierno, anunció “el cierre permanente” de centros de
votación donde haya disturbios el domingo y habilitó otros de contingencia para
que acudan los votantes de sitios conflictivos, como Chacao.
“Des-pa-cito”
Pero el gobierno puso a toda marcha la
maquinaria del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PUSV) para
garantizar una votación masiva.
Según el analista Benigno Alarcón, un
alta abstención afectaría la legitimidad de la Constituyente, frente a los 7,6
millones de votos que según la MUD obtuvo en el plebiscito simbólico que realizó
el 16 de abril contra la Constituyente, considerado ilegal por el poder
electoral y el gobierno.
Esa legitimidad está también afectada
por un creciente llamado de gobiernos de América Latina y Europa para que
Maduro aborte su proyecto. El presidente estadounidense, Donald Trump, fue más
allá al amenazar con sanciones económicas.
“La derecha imperial cree que puede dar órdenes
en Venezuela”, dijo el domingo el presidente, quien acusa a sus adversarios de
orquestar un golpe de Estado con apoyo de Estados Unidos.
Pero Maduro asegura que el domingo dará
una “paliza” a “la oposición fascista” y al “imperialismo”, para lo cual echó a
andar una intensa campaña de propaganda, mitines y organización comunal. Ordenó
que el transporte público sea gratis el día de votación.
Como parte de una campaña con canciones
pegajosas, el domingo lanzó incluso una versión del hit “Despacito”, original
de los cantantes Luis Fonsi y Daddy Yankee, para promover la Constituyente.
Analistas abogan por una negociación
para buscar una salida al conflicto. Pero la oposición exige que antes de
hablar se anule la elección, mientras que Maduro aseguró que “la Constituyente
ya es un hecho”.