Más
que un informe de gestión, el contralor general de la República, Manuel
Galindo, solo puede presentarle al país un inventario de irregularidades. No
solo se trata del nepotismo, desviación que caracteriza a su gestión, sino de
una serie de fallas que impiden desarrollar una lucha efectiva contra la corrupción.
Prensa.
Transparencia Venezuela.
Galindo ha incurrido en negligencia al
ignorar las denuncias que desde 2014 han trascendido sobre los contratos y el
retraso de las obras de la constructora brasileña Odebrecht, protagonista de un
escándalo mundial por el pago de sobornos a funcionarios públicos. El contralor
también se ha hecho de la vista gorda en los casos de los milmillonarios
convenios repartidos a dedo por Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y el Ejecutivo
nacional para atender la crisis eléctrica.
Mientras los venezolanos padecen la
escasez de comida y medicamentos, Galindo guarda silencio acerca de los vicios
que han penetrado a los ministerios de Alimentación y Salud. Tampoco ha dicho
nada sobre el desempeño de las carteras de Servicios Penitenciarios, Finanzas,
e Interior y Justicia, así como del Banco Central de Venezuela, a pesar de la
crisis económica, el aumento de la delincuencia y la entronización de los
“pranes” en el país.
El clamor de los ciudadanos que
reclamaban sus documentos de identidad ha sido desatendido por el contralor
general, que no ha investigado los múltiples señalamientos públicos que
cuestionan el funcionamiento del Servicio Administrativo de Identificación,
Migración y Extranjería (Saime).
Puede que Galindo no sea muy
transparente, pero hay algo que jamás ha ocultado: su obediencia a la línea del
Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Quien fuera el consultor jurídico
de la Asamblea Nacional durante la presidencia de la primera dama de la
República, Cilia Flores, ha pretendido anular políticamente mediante sus
inhabilitaciones a los gobernadores Henrique Capriles Radonski (Miranda) y
Liborio Guarulla (Amazonas), así como a los alcaldes Enzo Scarano (San Diego,
Carabobo), y Daniel Ceballos (San Cristóbal, Táchira).