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Una encuesta entre los operadores de las
gandolas que trasportan el combustible desde El Vigía hasta San Cristóbal,
determinó que cada cisterna demora 10 horas más de lo normal entre la planta de
llenado y la estación de servicio, producto de las trancas, obstáculos y
amenazas a estas unidades.
Braulio Romero, uno de los tantos
operadores de la Empresa Nacional de Transporte (ETN), explicó que normalmente
una gandola con combustible debe demorar entre 8 y 9 horas para cubrir la ruta
entre la planta de llenado de El Vigía y la capital tachirense.
“Eso es lo que debe ocurrir, pero la
realidad es otra –dice Romero-. Estamos gastando entre 18 y 20 horas en cubrir
el trayecto, producto de las trancas y obstáculos que conseguimos en la vía, a
causa de las manifestaciones de la oposición”.
El operador señala, además, que la
empresa tiene unos estándares de seguridad que debe cumplir para evitar
problemas, debido a que transporta un producto inflamable: “Eso quiere decir
que si nos alertan de una tranca o una guarimba, debemos permanecer bajo
resguardo mientras se despeja la vía y en muchos casos debemos permanecer un día
o más sin transitar”.
22 millones de litros de gasolina han
llegado al Táchira
Representantes de Fenegas informaron
sobre la cantidad de combustible que ha llegado al Táchira en los últimos días.
Desde el primero de julio, hasta el día 11 del mismo mes, se logró despachar,
pese a todos los obstáculos, la cantidad de 22 millones, 600 mil litros de
combustible.
Para transportar dicha cantidad, la
Empresa Nacional de Transporte despachó 596 viajes, es decir, gandolas, para
abastecer unas 80 estaciones de servicio. La empresa señala, por otra parte,
que los retrasos en el cronograma de despacho, producto de las trancas de la
oposición y los viajes que se suspenden por la misma razón, impidieron que
llegaran al Táchira 5 millones de litros de gasolina, solamente entre el 30 de
junio y el 7 de julio de este año.
La conclusión es que no sólo el traslado
de los alimentos y la mercancía se ven afectados por las trancas y manifestaciones
opositoras. El transporte de combustible es uno de los más perjudicados, por
cuanto se trata de un producto delicado, inflamable, que amerita unos estándares
de seguridad que deben cumplirse para evitar tragedias y problemas mayores.