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El embajador de Venezuela ante la
Naciones Unidas, Rafael Ramírez, lanzó una crítica directa a la estrategia
cambiaria del gobierno del presidente Nicolás Maduro, pues considera que está
causando “daño a la población”.
“Algunos piensan que mantener un cambio
fijo, anclado muy bajo, es una medida revolucionaria. Yo pienso, y lo dije en
su momento, donde me correspondía discutir esto, que al contrario, un dólar muy
barato, lo convierte en la mercancía más buscada por todos los operadores económicos
e incluso la población”, dijo Ramírez, que entre octubre de 2013 y septiembre
de 2014, ejerció como vicepresidente para el área económica.
El gobierno venezolano instauró un
control de cambio en el año 2003, que en algunos lapsos ha tenido dos o tres
tasas oficiales, diferenciadas por el uso de las divisas. El Banco Central de
Venezuela sufre para surtir al mercado ante la estrepitosa caída de los
ingresos petroleros.
Actualmente hay dos tipos de cambio
oficiales. Uno para bienes prioritarios, a Bs 10 por dólar (fijado desde
febrero de 2016) y otra de Bs 2.640 por dólar para todo lo demás.
“Dejar el tipo de cambio fijo no tiene
nada que ver con un precepto revolucionario, el Estado debe proteger al pueblo
defendiendo la economía nacional, más en un Estado como el nuestro que es, y
seguirá siendo, el administrador y dueño de Pdvsa y del petróleo”, afirma en un
artículo publicado en Aporrea.
En los últimos cuatro años el tipo de
cambio para productos esenciales pasó de Bs/$ 4,30 a Bs/$ 6,30 en febrero de
2013 y luego a Bs/$ 10 en febrero de 2016. En contraste, el dólar paralelo pasó
de un promedio de Bs/$ 21,28 en febrero de 2013 a un promedio de Bs/$ 7.520,33
en junio de 2017.
Ramírez rememora su tiempo en el
gabinete, recordando propuestas fallidas y planes que no cumplieron su
objetivo. Asegura que le faltó “apoyo y comprensión política” para “pulverizar
el dólar paralelo”. No hay mención en el artículo a la
Constituyente, que el presidente Maduro promueve desde mayo como una estrategia
para superar la crisis económica y defiende su propuesta de 2014 de unificar el
tipo de cambio.
Para Ramírez, hay debates que el
gobierno no está dando: “Hay que sentarse, discutir y echar a andar en el
camino trazado por el comandante Chávez. Ahora está el imperativo de la paz y
de mantener el poder en manos del pueblo, la estabilidad del país. Pero hay que
atajar el tema económico”.
“Siempre se ha temido, y con razón, a
las consecuencias políticas y sociales de las decisiones económicas, pero
lamentablemente ya se ha causado un daño a la población, porque son los
especuladores los que han mantenido la ofensiva en estos últimos años”,
asegura.