Prensa. lanacionweb.com
Cumplidos dos años del cese del tránsito de carbón
colombiano por carreteras venezolanas, rumbo a los puertos de La Ceiba y
Maracaibo, debido al cierre de frontera implementado el 19 de agosto de 2015,
transportistas de la zona limítrofe mantienen la esperanza de que el Ejecutivo nacional
revierta esta medida y permita la reanudación de esta operación comercial, que
durante años generó empleo para un sinnúmero de personas de esta parte del país.
Tras el cierre de la frontera y luego de la
reanudación del tránsito de mercancías entre Colombia y Venezuela por los
puentes internacionales Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander, los
conductores y propietarios de gandolas y volquetas que transportaban el mineral
desde las minas de Cúcuta hasta Ureña y luego hacia los puertos, han insistido
en la necesidad de que se restablezca esta actividad.
Sin embargo, a pesar de que ha habido algunos
anuncios favorables al restablecimiento del tránsito de carbón, por parte de
voceros gubernamentales, nada se ha concretado. Transportistas que se muestran
preocupados por la situación, por cuanto se quedaron sin empleo, lamentaron que
el posible restablecimiento de la operación “se ha quedado solo en palabras y
en la tinta, porque en los hechos no se ha logrado materializar nada”.
“Ha habido un aliciente, pero cumplidos dos años
del cierre no se ha podido materializar el paso del carbón, ni siquiera la
salida hacia el puerto del carbón que está en los almacenes de Ureña. Eso
casusa preocupación, sobre todo debido a la difícil situación económica que
estamos padeciendo los transportistas y nuestro grupo familiar, por falta de
trabajo”.
Recordaron los transportistas que semanas atrás se
informó, de manera verbal, que el Gobierno venezolano iba a permitir la salida
del carbón que está almacenado en Ureña, pero no se ha oficializado nada.
Igualmente se ha especulado sobre la apertura del paso del carbón por la
frontera colombo-venezolana; sin embargo, no se ha materializado nada, por el
contrario, parece haberse “enfriado” el asunto, sobre todo debido a la tensa
relación que por razones políticas hay entre los Gobiernos de ambos países.
Falta de entendimiento
Los transportistas de carbón creen que la tranca
está en la falta de entendimiento entre el alto gobierno. Pese a que para
Colombia representa una operación de exportación del Departamento Norte de
Santander, que genera ingresos importantes, las negociaciones por parte de la
cancillería para reanudar el tránsito “han sido muy tibias, no ha habido el
coraje para tomar la decisión de abrir y generar trabajo en ambos lados de la
frontera. Vemos esto cerrado por falta de entendimiento entre los dos Gobiernos”,
sostienen.
En el desinterés de reanudar el tránsito por
carreteras venezolanas también puede incidir el hecho de que el carbón de Norte
de Santander está saliendo por los puertos de Barranquilla, aunque no en el
mismo volumen que salía por Venezuela. El Gobierno neogranadino igualmente dio
algunos incentivos en materia de costos de combustibles y peaje para que los
exportadores y transportadores utilizaran esa ruta.
1,5 millones de toneladas pasaron por Venezuela.
En el mejor momento de la operación, por
territorio venezolano fueron movilizadas 1,5 millones de toneladas anuales de
carbón colombiano. La actividad generaba empleo, de manera directa e indirecta,
para un importante número de personas de la frontera venezolana.
Después del cierre de la frontera, que llevó la
operación a cero, 90 por ciento de los transportistas que se dedicaban al
acarreo y traslado de carbón hasta los puertos están parados. Algunos se
dedican a hacer transporte nacional con la poca carga que sale o llega a la
zona de frontera. Las operación de intercambio comercial binacional que se dan
en horario de la noche también son bajas y, por consiguiente, la oferta de
empleo para los transportistas es muy baja.
Los transportadores reiteraron el llamado al
Gobierno nacional y regional para que se reactive nuevamente esta gran fuente
de trabajo, que beneficiaba no solamente a la gente de la frontera tachirense
sino también de gran parte del occidente del país. Transportistas de Maracaibo,
Trujillo, Mérida y El Vigía dependían de esta operación, al igual que las
personas que están en el puerto de La Ceiba.
José G. Hernández
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