Los mercados estadounidenses de crudo se preparaban el lunes para las
consecuencias de las posibles sanciones de Estados Unidos contra el sector petrolero
venezolano, tras la elección de una Asamblea Constituyente en el país
sudamericano que funcionarios de Estados Unidos calificaron como una “farsa”.
Prensa. Reuters
El lunes, el presidente venezolano Nicolás Maduro
celebró la elección de un nuevo organismo legislativo que tendrá facultades
para reescribir la Constitución y disolver instituciones como el Congreso.
Numerosos países denunciaron y desconocieron el proceso.
Temprano en la sesión, los futuros del crudo en
Estados Unidos saltaron sobre los 50 dólares el barril por primera vez en casi
dos meses, luego de que funcionarios estadounidense dijeron que el lunes se
podrían anunciar sanciones. Los precios posteriormente cedieron terreno.
Aún no está claro cuáles podrían ser las medidas,
pero no se espera que incluyan una prohibición a los envíos de crudo venezolano
a Estados Unidos. Se considera más probable que se impidan envíos desde Estados
Unidos de crudo ligero, los que Venezuela mezcla con su crudo pesado para
prepararlo para la venta.
“Sanciones que prohíban las exportaciones de crudo
y productos estadounidenses obligarían a Venezuela a comprar a otros
productores con una prima, lo que tensaría más la situación fiscal de
Venezuela, que tiene problemas para cubrir sus obligaciones”, dijo Jason Bordoff,
director del Center on Global Energy Policy de la Universidad de Columbia.
Otras opciones en consideración incluyen sanciones
individuales o varias medidas para restringir el acceso del gobierno venezolano
y de la estatal petrolera PDVSA al sistema bancario estadounidense.
Venezuela es una fuente clave de suministros de
crudo pesado sulfuroso para las refinerías estadounidenses. Las importaciones
de Estados Unidos de crudo venezolano en los primeros cuatro meses de este año
promediaron 724.000 barriles por día (bpd), o cerca de un 9 por ciento de todas
las importaciones de crudo.
El país sudamericano se ha vuelto más dependiente
de las importaciones para mezclas debido a problemas en sus refinerías, que están
operando muy por debajo de su capacidad.
En lo que va del año, Venezuela recibió en
promedio casi 87.000 bpd de combustibles producidos en Estados Unidos. PDVSA
compra crudo ligero estadounidense a través de su terminal Bullenbay en
Curazao.
Refinerías estadounidenses como Valero Energy Corp
y Marathon Petroleum Corp han estado reduciendo su procesamiento de crudo
pesado como el que suministran Venezuela y otros productores de la OPEP, por lo
que el impacto en sus negocios posiblemente sería menor.
Por Devika Krishna Kumar/Reuters