Prensa. EFE.
Una
versión gráfica y en “spanglish” de “Don Quijote de la Mancha” muestra la
creciente presencia y relevancia de esta mezcla de inglés y español en la vida
diaria de Estados Unidos, donde cerca de 40 millones de personas hablan este
“tercer idioma” “In
un placete de La Mancha of which nombre no quiero remembrearme, vivía, not so
long ago, uno de esos gentlemen who always tienen una lanza in the rack, una
buckler antigua, a skinny caballo y un grayhound para el chase…”, arranca la
particular traducción de “El Quijote” de Ilan Stavans, profesor de Cultura
Latina en el Amherst College, de Massachusetts.
Stavans,
que en el pasado ya tradujo al “spanglish” títulos universales como “El
Principito”, del escritor francés Antoine de Saint-Exupéry, y “Hamlet”, de
William Shakespeare, se animó a esta aventura al considerar que “el
‘spanglish’, como lengua, es irreversible”. “No
es una fuerza que exista por un sueño, sino por una necesidad”, sostiene el
catedrático, cuya versión para cómic de la obra maestra de Cervantes saldrá a
la venta el próximo año con ilustraciones del venezolano Roberto Weil y estará
a cargo de la editorial PSUP (Pennsylvania State University Press).
Y
no está solo. Este mexicano-estadounidense explica a Efe que hay numerosas
editoriales estadounidenses como Haper Collins “lanzándose a publicar” en ese
“idioma encantador” que es el “spanglish”. Stavans
opina que vivimos en un “momento de transición de la oralidad de los años 70 y
80 a una manifestación escrita mucho más sólida, con estrategias narrativas y
lexicográficas distintas”. “Hay libros que se escriben directamente en
‘spanglish’ y hay que buscar una estrategia morfosintáctica para ellos”,
argumenta.
“A
pesar de ciertas políticas nefastas del actual gobierno estadounidense”,
manifiesta Stavans en referencia al encendido discurso del presidente Donald
Trump sobre la comunidad inmigrante, “vivimos un momento importante de
multilingüismo a nivel de ofertas de trabajo”. “En
los años 70 no se hablaba del ‘spanglish’ como un término abarcador de las
comunidades latinas; no se hablaba de una lengua colectiva. Los 80 es el
momento en el que los hispanos adquieren una gran presencia y, a partir de los
90, se identifica el ‘spanglish’ como algo trasnacional y a la vez nacional”,
apuntala el también ensayista.
En
contrapunto, el lingüista Andrew Lynch, profesor de la Universidad de Miami (UM),
donde trabaja desde 1999 y dirige el Programa de Herencia de la Lengua Hispana,
afirma que el “spanglish” no se “trata de una lengua como tal”. “Desde
un punto de vista socio-lingüístico no existe el ‘spanglish‘. Lo que
popularmente se concibe así es una forma de hablar que se da en los registros
informales, coloquiales y en el plano oral”, manifiesta Lynch y apunta
seguidamente:
“Se
trata”, dice, de “una alternancia de códigos, préstamos o calcos que también se
dan en otras sociedades donde conviven dos lenguas”. Y pone como ejemplo el
“chinglish”, que parte del chino en contacto con el inglés en San Francisco, o
el “quechuañol”, en Perú. Lo
que parece indudable es que la creciente comunidad hispana en EEUU, con cerca
de 60 millones de personas, ha empujado con fuerza al español en el país. Sin
embargo, mientras los inmigrantes de primera generación se comunican en su
mayoría en castellano, sus hijos son bilingües y la tercera generación tiene
serios problemas para expresarse en español, y ahí llega el papel cada vez más
relevante del “spanglish”.