Opinión. Augusto Guevara.
Innecesario
y contraproducente contestar insultos, denuestos, ofensas, calumnias, bajezas. Esas campañas
suelen descalificar a quienes las
profieren y, más bien, enaltecen a la víctima. Aunque se les puede recomendar a
los agresores que a una acción política se le puede criticar incluso en forma
vehemente, pero con argumentos políticos. La concurrencia de los cuatro
gobernadores al cadalso de la Prostituyente cuenta con tantos argumentos a su favor,
como el que no lo hizo. Busquen en su sesera, señores radicales, el
razonamiento político y expóngalo que yo expongo el mío. En efecto, los
gobernadores fueron elegidos para gobernar, no para inhibirse y, por argumento
en contrario, cabe preguntar a los de la
campaña ¿qué ganamos cuando nos abstuvimos en 2015? Nada. No ganamos nada y,
por el contrario, le entregamos a Chávez el cien por ciento de la Asamblea
Nacional. ¿Qué nos quedó de que tres millones de demócratas hayan dejado de
votar el domingo 15O? Nada.
Y,
por el contrario, si hubiesen desatendido el llamado a abstenerse, hoy Andrés
Velásquez y Carlos Ocaríz, para citar solo a dos, serían los gobernadores de
Bolívar y Miranda y 18 o 20 más en el resto del país. Eso sin contar que en el
puesto de los abstenidos se metieron un millón seiscientos mil avispados que
fraudulentamente votaron por los
candidatos de Maduro. Sumemos las dos cifras y tendremos que cuatro millones
seiscientos mil hicieron la diferencia. He ahí el resultado de esa campaña
hábil y dispendiosa contra el voto y ahora, no conformes con lo sucedido, la
emprenden contra los cuatro gobernadores quienes, en función de no dejarse
revocar sus mandatos y, con “un pañuelo en la nariz” concurrieron a las horcas
caudinas de la señora Rodríguez.
Contentos
debemos estar que esos gobernadores hayan salvado sus mandatos, porque ellos
fueron elegidos para gobernar, no para abstenerse. Ya es suficiente, creo, con
lo que han ofendido. Dediquémonos ahora a pensar. Concedamos un descansito a la
necedad y debatamos, porque el salvamento de cuatro gobernaciones vale la pena
y hubiese sido mejor que fueran cinco y, mucho mejor, dieciocho o veinte.
Debatamos entonces, pero, eso sí, políticamente, conscientemente, educadamente,
porque Venezuela nos quiere y, más importante aún, nos necesita unidos.
Debatamos por el bien de todos y no por el de unos pocos. Por una Venezuela
libre. Prosigamos.
@aguevaraanzola