Prensa. (IPS) –
Mauricio
Macri vive su tiempo de mayor poderío político desde que asumió la presidencia
argentina, en diciembre de 2015, y parece dispuesto a aprovecharlo. El gobierno
busca poner en marcha un paquete de importantes reformas a la economía
argentina, en la que se destacan controvertidos cambios en la legislación
laboral.
Esas
modificaciones bajarán costos a las empresas y recortarán la protección de la
que gozan los trabajadores, pero el gobierno argumenta que con ellas busca
favorecer la generación de empleo privado y dinamizar la economía.
Se
trata de “construir previsibilidad y confianza para generar inversiones y
puestos de trabajo”, con el fin último de sacar “a muchos argentinos de la
pobreza”, según explicó el ministro de Trabajo, Empleo y Seguridad Social,
Jorge Triaca.
"La
experiencia en Argentina y en otros lugares del mundo indica que los avances
sobre los derechos de los trabajadores nunca dan resultado en materia de
creación de empleo, que depende de la marcha de la macroeconomía”: Luis Enrique
Ramírez.
Sin
embargo, mientras el proyecto ha sido recibido calurosamente por las más
importantes cámaras empresariales del país, sindicalistas y dirigentes
políticos opositores han reaccionado de manera dispar frente al anuncio de un
gobierno que hoy es el dueño de la iniciativa política.
En
ese contexto, hay una tensa expectativa ante el inicio del debate sobre la
reforma laboral en el legislativo Congreso Nacional, previsto para el 28 de
noviembre.
Entre
otras cuestiones, el proyecto oficial reduce el monto de las indemnizaciones
por despido, limita la responsabilidad frente a los trabajadores de las
empresas que tomen personal a través de terceros y abre la puerta a cambios en
la modalidad de la prestación del trabajo que hoy no están permitidos.
Además,
la iniciativa condona deudas a empleadores que registren a sus trabajadores, de
manera de incentivar el empleo formal.
La
alianza gobernante de centroderecha Cambiemos obtuvo un amplio respaldo de la
ciudadanía el 22 de octubre, en las
elecciones legislativas de medio término.
Cambiemos
no tiene actualmente mayoría propia en ninguna de las dos cámaras legislativas,
ni tampoco la tendrá a partir del 10 de
diciembre, cuando asuman los diputados y senadores recién elegidos. Pero la
alianza se ve favorecida por la falta de
liderazgo en la oposición, que se acentuó luego de la derrota en las urnas el
mes pasado.
El
grado de confusión fuera del gobierno se hizo evidente luego del 15 de noviembre, cuando el Ministerio de
Trabajo informó en un sorpresivo comunicado que había alcanzado “el nivel de
consenso necesario para enviar el proyecto de ordenamiento laboral al
Congreso”.
Fue
al cabo de una reunión del ministro Triaca con el trío de dirigentes que
conduce la Confederación General de Trabajo (CGT), la histórica y poderosa
central sindical argentina.
El
presidente Mauricio Macri (centro) y el ministro de Trabajo, Jorge Triaca (en
silla de ruedas), junto a líderes sindicales y funcionarios de organismos
internacionales, en la Conferencia Mundial sobre Trabajo Infantil celebrada en
Buenos Aires este mes. Allí se cerró el apoyo de la principal central sindical
a la reforma laboral. Crédito: Presidencia de la Nación.
El
presidente Mauricio Macri (centro) y el ministro de Trabajo, Jorge Triaca (en
silla de ruedas), junto a líderes sindicales y funcionarios de organismos internacionales,
en la Conferencia Mundial sobre Trabajo Infantil celebrada en Buenos Aires este
mes. Allí se cerró el apoyo de la principal central sindical a la reforma
laboral. Crédito: Presidencia de la Nación.
Sin
embargo, luego de rotundos cuestionamientos de otros jefes sindicales, el
Partido Justicialista (peronista), que es el bloque de mayor peso numérico en
el Senado y tiene un fuerte arraigo sindical, dejó en claro que por ahora mide
la reacción social con cautela y no está dispuesto a asumir todo el costo
político.
“Que
vengan ellos (por los líderes de la CGT) a defender y avalar el acuerdo en el
Senado si quieren que el bloque los apoye”, avisó el jefe de la bancada, Miguel
Pichetto.
El
mundo del trabajo
El
telón de fondo es una situación muy difícil del mercado laboral en Argentina
que se arrastra desde hace años, acompañada por una frágil situación social,
con un 28,6 por ciento de pobreza de acuerdo al último dato oficial.
En
este país de 44 millones de personas, uno de cada tres trabajadores cumple
tareas en la informalidad, sin acceso a la seguridad social y con sueldos que
generalmente pierden la carrera contra la elevada inflación.
La
tasa de desempleo, si bien alcanza a 8,7 por ciento, no resulta alarmante si se
la compara con otras épocas de la Argentina.
Pero
la situación es mucho más delicada entre los jóvenes. Según las estadísticas
oficiales, el desempleo alcanza a 25 por ciento de la población de entre 18 y
24 años.
Otro
mal síntoma es que, desde 2011, la población del país viene creciendo a un
ritmo promedio de 1,1 por ciento anual, mientras que el empleo registrado lo
hace a solo 0,7 por ciento, de acuerdo al Ministerio de Trabajo.
Defensa
de viejos derechos reaviva protagonismo sindical en Brasil
“La
legislación laboral argentina está hecho para la primera y la segunda
revolución industrial y ya vamos por la cuarta. Empresarios y trabajadores
estamos frente a un desafío común, que es adaptarnos a las nuevas tecnologías”,
dijo Daniel Funes de Rioja, especialista en derecho laboral desde la
perspectiva empresarial.
Para
Funes de Rioja, hasta hace poco presidente la Organización Internacional de
Empleadores, “un trabajador que se
empecina en que está para ajustar un tornillo y se niega a hacer otra tarea no
puede existir más”.
“En
la Argentina hay apenas 10.700.000 de trabajadores formales, de los cuales más
de 30 por ciento son empleados del Estado. ¿De qué desmantelamiento de los
derechos de los trabajadores me hablan? Tenemos que ver cómo hacemos para que
entren los que están afuera”, agregó el experto con una larga experiencia en el
sector privado.
En
cambio, para Luis Enrique Ramírez, vicepresidente de la Asociación de Abogados
Laboralistas, “la experiencia en Argentina y en otros lugares del mundo indica
que los avances sobre los derechos de los trabajadores nunca dan resultado en
materia de creación de empleo, que depende de la marcha de la macroeconomía”.
“Ningún
empresario va a tomar trabajadores si no confía en el crecimiento económico. Lo que aquí estamos viendo es un intento del poder económico y
financiero por recuperar, a costa de los trabajadores, la rentabilidad que
perdieron a partir de 1974, cuando se sancionó en el país la Ley de Contrato de
Trabajo”, afirmó Ramírez.
El
especialista reconoce que “el nivel de protección de los derechos laborales en
Argentina es muy bueno si se lo compara con otros países de la región y se
compara con el de algunos países europeos”.
Justamente
en esa cuestión está una de las claves del debate.
Los
dirigentes de los empresarios vienen llamando la atención desde hace tiempo
sobre la falta de la competitividad argentina.
La
afirmación se vio reforzada por un informe de la consultora Abeceb, conocido el
mes pasado, que aseguró que Argentina que tiene costos laborales unitarios de
manufactura más altos entre un grupo de 25 países que incluyen industrializados
(como Estados Unidos y Alemania), emergentes (como Polonia y Filipinas) y
vecinos regionales (como Brasil, Chile y México).
Brasil
es el principal socio comercial de la Argentina e hizo este año una profunda
reforma flexibilizó las relaciones
laborales y preocupó a los empresarios argentinos.
Abeceb
indicó que los costos laborales argentinos hacen cada vez más difícil competir
con Brasil, con una brecha que es de 25 por ciento en maquinaria agrícola, de
35 en la industria automotriz y de 50 en la fabricación de calzado.
Los
empresarios argentinos también han sido críticos con la justicia laboral y su
tendencia a fallar a favor a favor de los trabajadores.
El
presidente Macri se puso este año al frente de esa batalla y habló de una
“mafia de los juicios laborales”, que, según su argumento, provoca que pequeñas
y medianas empresas se vayan a la quiebra por el peso de las indemnizaciones
que son condenadas a pagar por conflictos con sus empleados.
El
mandatario pertenece a una familia que controla el Grupo Macri, uno de los más
poderosos del país, y él mismo ha sido presidente de una compañía automotriz
del grupo y ha tenido otras actividades empresariales.
Editado por
Estrella Gutiérrez
http://www.ipsnoticias.net/2017/11/macri-impulsa-controvertida-reforma-laboral-argentina/