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efectococuyo.com
Los
cierres técnicos han marcado el año 2017 en el hospital oncológico Dr. Luis
Razetti, en Cotiza. Los galenos pasaron cuatro meses sin operar porque hubo una
falla con una planta eléctrica que surte energía al quirófano en casos de
emergencia. La situación volvió a la normalidad, pero desde hace cuatro semanas
se volvieron a paralizar las salas de operaciones. Esta vez porque falta lo más
básico para intervenir a los pacientes: suturas y relajantes musculares.
“Estamos
en paro técnico“, aseguró a Efecto Cocuyo un galeno que prefirió mantener su
nombre en reserva por temor a represalias. Espera que pronto lleguen los
insumos para volver a operar; sin embargo, sabe que lo que recibirán no será
más que un “pañito caliente” y que el desabastecimiento volverá a estar
presente en cuestión de días.
“Eso
que llega es muy poco. Alcanza para operar una semana o semana y media ¿y
después? Volvemos a lo mismo”, lamentó el doctor. Las
suturas y los relajantes musculares son dos de los insumos más básicos que
están ausentes, pero la lista es diversa. En el centro de oncológico, de más 80
años de fundado, conseguir fármacos para las quimioterapias es un verdadero
milagro. “En la farmacia de aquí solo hay unos cuantos tratamientos”, añadió.
Los
pacientes que necesitan radioterapia están desamparados y deben volverse a los
centros privados. Hace aproximadamente un año la máquina del Luis Razetti se
dañó. Aplicar este tratamiento en una clínica sobrepasa los 100 millones de
bolívares. La
falta de insumos es algo que los galenos ven con extrema preocupación y
lamentan que precisamente los pacientes con menores recursos sean los que se
ven mayormente afectados por la crisis de salud.
“Ahora
se le ha empezado a pedir a la gente que traiga lo que el Estado tiene que dar
para que puedan operarse. Eso es una discriminación hacia las personas que no
tienen dinero y los expone a los bachaqueros de la salud, que venden insumos
médicos con el sello del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (Ivss) a
precios exorbitantes”, denunció el médico que prefirió no revelar su identidad.
Para
ejercer presión sobre las autoridades sanitarias, varios servicios del hospital
están paralizados por la falta de medicamentos y se niegan a atender a los
pacientes hasta que no haya los insumos. “Yo no vengo a trabajar aquí para
pedirles a los pacientes una lista de mercado”, aseguró.
Sin
inversión y con cementerios de equipos
Hace
más de 8 años que se hizo la última inversión importante de equipos al
oncológico Luis Razetti. El deterioro de la infraestructura muestra las
costuras de un hospital que el Estado dejó a su suerte. “En la época del boom
petrolero se hacía inversiones al hospital”, recordó el galeno. Cuando el
precio de los barriles de crudo superaba los 100 dólares, el hospital pedía y
las autoridades respondían. Hoy la realidad es otra.
“Muchas
de estas respuestas estaban atadas a convenios con Argentina, España y China
para traer equipos. Hubo inversiones que se hicieron y fueron irresponsables”,
añadió. Algunas
de esas inversiones “perdidas” reposan en sus cajas en medio de los pasillos
del hospital. Por ejemplo, dentro de una caja de cartón de dos metros de altura
reposa un esterilizador traído de China en el año 2011. Nunca se pudo instalar
y permanece en la entrada de los quirófanos.
Los
médicos incluso se quejan de la calidad de algunos equipos, como sillas y camas
médicas, importados a través de convenios con otros Estados y que no son de la
calidad requerida. “Nunca hubo un plan y nos llenaron el hospital de peroles
inservibles”, lamentó el médico.
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