El presidente de
Venezuela, Nicolás Maduro, buscará la reelección en 2018, anunció su
vicepresidente, confirmando un secreto a voces que refuerza el escenario de un
adelanto de los comicios.
Prensa. AFP
En
2018 “vamos a tener, Dios mediante, pueblo mediante, la reelección de nuestro
hermano Nicolás Maduro como presidente de la República”, dijo el
vicepresidente, Tareck El Aissami, durante un mitin del gobernante Partido
Socialista Unido de Venezuela (PSUV). En medio de aplausos y ovaciones, el
funcionario señaló que la eventual reelección de Maduro será la respuesta al
“golpismo” de la oposición y a la “persecución financiera y las sanciones” de
Estados Unidos.
El
anuncio fue criticado por líderes opositores. “Si Maduro quiere que se resuelva
la crisis económica en 2018, lo único que debe hacer es irse y permitir que
Venezuela elija un gobierno honesto y eficiente”, escribió en Twitter el
diputado Henry Ramos Allup. La aspiración de Maduro era previsible, pues aun
con su baja popularidad (de un 15% a 20% según encuestas), es el líder chavista
con mayor aprobación, señaló a la AFP la politóloga Francine Jácome.
“Es
el menos malo”, comentó por su parte a la AFP el analista Luis Salamanca. El
mandatario también estaría buscando tomar la delantera frente a otros
candidatos del oficialismo, como parte de una pugna en el PSUV. “Había una
carrera interna entre aspirantes y esto puede ser una manera de poner ‘una pica
en Flandes’ (hito) y adelantarse”, expresó Salamanca.
Pero
incluso si surgen nuevas postulaciones, Jacóme ve poco probable unas primarias
en el partido gobernante. “Se resolverá internamente”, sostiene. El anuncio de
El Aissami también alimenta la posibilidad de que las elecciones sean
adelantadas.Dirigentes opositores como Andrés Velásquez y Yon Goicoechea así
como la consultora Eurasia Group advierten que el gobierno planea realizar el
comicio en el primer trimestre de 2018 para sacar ventaja de los reveses
electorales y las fracturas de la oposición.
La
coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) está dividida en torno
a las negociaciones con el gobierno y la participación en las elecciones de
alcaldes, de las cuales se marginaron los principales partidos alegando que no
hay garantías.
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Elecciones anticipadas –
La
grave crisis económica y el oscuro panorama para 2018 también llevarían al
gobierno a celebrar los comicios antes de que la situación empeore. “Pensar en
diciembre de 2018 no es realista. Van a tratar de adelantarlas porque todos los
pronósticos económicos son devastadores”, apuntó Jácome. Tras
la caída de los precios del petróleo en 2014, el gobierno redujo drásticamente
las importaciones -de las que ha dependido históricamente el país-, generándose
una severa escasez de alimentos y medicinas.
El
colapso económico llevó a que Venezuela y su petrolera PDVSA -que aporta 96% de
las divisas- fueran declaradas recientemente en default por un grupo de
acreedores y calificadoras de riesgo, ante retrasos en el pago de intereses de
deuda. Maduro
busca renegociar el pasivo, que se estima en unos 150.000 millones de dólares,
mientras lidia con cuatro años consecutivos de recesión y una inflación que
según el FMI pasará de 2.300% en 2018. Expertos
aseguran que el mandatario podría optar por un default selectivo para financiar
su campaña y proyectar una imagen de recuperación, lo que sin embargo expondría
al país a embargos y demandas.