El nominado del
Gobierno de EEUU para embajador en la OEA, Carlos Trujillo, se comprometió este
jueves ante el Senado a persuadir a los países caribeños para que retiren su
apoyo al Gobierno de Nicolás Maduro en la organización continental.
Prensa.
EFE
Trujillo,
legislador en la Cámara de Representantes de Florida desde 2010, considera esa
cuestión “el mayor reto” que le espera si finalmente le confirman como
representante permanente ante la Organización de los Estados Americanos (OEA). El
joven político, de 34 años, cree que es “extremadamente importante” que los
países del Caribe “entiendan la importancia” de la situación humanitaria y
política que vive Venezuela, la crisis regional que más preocupa a EEUU.
El
senador republicano por Florida Marco Rubio, también de origen cubano, fue
quien más se interesó por su plan para convencer a al menos una parte de los
países caribeños de que voten en la OEA con el bloque de más de 10 naciones
-entre ellas EEUU y México- que buscan aprobar una condena a Maduro en el seno
del organismo. Rubio
subrayó que “es muy frustrante” que en la última Asamblea General de la OEA,
celebrada en junio en Cancún (México), un grupo de 14 países que suman más del
90 % de población de América no pudieran aprobar una resolución sobre la crisis
venezolana porque cuatro pequeñas naciones caribeñas les retiraron su apoyo a
última hora.
El
senador le preguntó a Trujillo cómo hará para “lograr el equilibrio” entre no
parecer que “amenaza” a los países caribeños para conseguir ese respaldo y, al
mismo tiempo, explicar a los contribuyentes de EEUU por qué se siguen dando
fondos a naciones como Haití y República Dominicana “que apoyan” al Gobierno de
Maduro. “Si
la OEA no puede tomar acciones colectivas contra las claras violaciones de
derechos humanos en Venezuela, ¿para qué tenemos la OEA?”, dijo Rubio, el gran
promotor de las sanciones de EEUU contra las autoridades venezolanas y que
recurre a esa frase siempre que habla de la actuación de la OEA en la crisis
venezolana.
Por
su parte, el senador demócrata Bob Menéndez criticó que el secretario de
Estado, Rex Tillerson, no haya asistido en casi un año en el cargo a ninguna
reunión de la OEA, tampoco su gran cita anual, la Asamblea General, a la que
tradicionalmente acude el titular de exteriores de cada país miembro. “Espero
que, si es confirmado en el cargo, le recomiende que participe en las reuniones
clave de la OEA”, le pidió Menéndez, también de origen cubano, a Trujillo,
quien se comprometió a hacerlo.
El
también senador demócrata Kim Kaine le preguntó por cómo apoyará los “intentos
de algunos Estados, como Venezuela, de minar” la capacidad de acción de la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), órgano autónomo de la OEA. Trujillo
se comprometió a defender la CIDH y consideró que asegurarle una financiación
adecuada es lo fundamental.
El
joven legislador defendió el trabajo del secretario general de la OEA, Luis
Almagro, y en concreto las audiencias que ha impulsado para determinar si hay
base para denunciar a las autoridades venezolanas ante la Corte Penal
Internacional (CPI). “Es
un paso adelante excepcional para la OEA”, subrayó, aunque no mencionó que la
gran mayoría de los Estados miembros han dado la espalda a esta iniciativa y no
han asistido a ninguna de las sesiones.
Sobre
la estrategia de EEUU para presionar a Maduro, dijo que “las sanciones a altos
oficiales son muy efectivas” y destacó la necesidad de “proporcionar ayuda
humanitaria” a los venezolanos, aunque recordó que el Gobierno se niega a
recibirla y a aceptar que haya una crisis de ese tipo.