Prensa. ipsnoticias.net
La
recuperación del suelo no es un “tema glamoroso, aun cuando se ofrecen todos
los datos”, reconoció Monique Barbut, secretaria ejecutiva de la Convención de
las Naciones Unidas para la Lucha contra la Desertificación. Para
2050, la población mundial llegará a 10.000 millones de personas, y para
alimentar a esas 2.400 millones más, la producción de alimentos tendrá que
aumentar 75 por ciento respecto de la actual.
“Para
ello será necesario agregar desde ahora hasta 2050, (más de 1,6 millones de
hectáreas) de nuevas tierras cada año”, indicó en entrevista con IPS en el
marco de la 23 Conferencia de las Partes (COP23) de la Convención Marco de las
Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC), realizada en noviembre en esta
ciudad alemana de Bonn.
“Para
2045, 130 millones de personas habrán emigrado por la desertificación, de las
cuales, 60 millones procederán del sur del Sahel y del resto de África”.
“A
menos que se tomen medidas urgentes para recuperar las tierras degradadas, al
mundo le espera un futuro de inseguridad alimentaria”, alertó.
Tierras
versus energía, ¿una competencia de popularidad?
La
conferencia se dedicó a diseñar una hoja de ruta para hacer frente al cambio
climático, y los debates se concentraron en poner fin al uso del carbón, de
energías renovables y en que las tecnologías verdes sean más accesibles, pero
los problemas relacionados con el suelo quedaron prácticamente relegados, salvó
por grupos indígenas, quienes subrayaron la necesidad de preservar la
fertilidad.
Pero
la gestión del suelo forma parte de las políticas y acciones climáticas tomadas
en el ámbito de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y a escala
nacional.
“En
las CPDN (Contribuciones Previstas y Determinadas a Nivel Nacional o recortes
de emisiones de los Estados), más de 140 países dijeron que la tierra era parte
de la solución o de sus problemas en términos de cambio climático”, señaló.
Uno
de los países es India, donde se estima que 30 por ciento del suelo ya se
degradó. Según el informe de 2016 “Día Mundial de la Lucha contra la
Desertificación”, de la Organización India de Investigación Espacial, la zona
degradada aumentó más de 0,5 por ciento a 29,3 millones de hectáreas en la
década pasada.
La
desertificación también aumentó 1,16 millones de hectáreas y se mantuvo en
82,64 millones de hectáreas entre 2011 y 2013, indica el documento.
Como
signatario de la CMNUCC, India se comprometió a combatir la desertificación y
la degradación del suelo y lograr la degradación neutral para 2030. En términos
simples, quiere decir un equilibrio entre la proporción de pérdidas y de
ganancias.
Es
un objetivo ambicioso del que apenas hablan las autoridades. En flagrante
contraste, las otras acciones ambientales de ese país, en especial la Misión
Solar, que se propone producir 175 gigavatios a partir de fuentes renovables
para 2022, recibe muchos elogios.
El
ministro de Nuevas Energías Renovables, Anand Kumar, se apuró a indicar que la
Alianza Solar Internacional, un grupo de 44 países comprometidos a producir
1.000 gigavatios de energía solar, prometió invertir un billón (millón de
millones) de dólares para 2030.
Ninguna
iniciativa de recuperación tiene posibilidades de reunir ese tipo de inversión
privada, reconoció Barbut, porque es un trabajo más intensivo.
“Aun
la tierra más degrada puede recuperarse con una pequeña inversión de 300
dólares por hectárea. Lo que se necesita no es una gran suma de dinero, sino
mucho trabajo manual. Quizá no haya espacio para grandes inversiones y
ganancias”, observó.
Las
buenas noticias, según comentó, es que la Convención de las Naciones Unidas
para la Lucha contra la Desertificación (UNCCD, en inglés), junto con Mirova,
los gobiernos de Francia, Luxemburgo, Noruega y la Fundación Rockefeller, lanzó
un fondo especial para recuperar tierras degradadas y luchar contra la
desertificación.
El
Fondo para la Degradación Neutral de Tierras es el nuevo instrumento financiero
lanzado el 12 de septiembre de este año, durante la 13 Conferencia de las
Partes de la UNCCD, de Ordos, China.
“Lanzamos
el mayor fondo de impacto sobre la tierra, gestionado por Natistix, un fondo
público-privado. A principios del año próximo, esperamos contar con una
capitalización de 300 millones de dólares”, explicó Barbut.
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