Prensa. bancaynegocios.com
/ Francisco Sanabria Rotondaro
El
enfrentarse a un año que luce extremo como el 2018 es un desafío gerencial y
profesional de primer orden, por lo que hay que procurar la mejor disposición y
las mejores herramientas ejecutivas que impacten favorablemente en la creación
de valor dentro de la empresa.
1.-
Procure utilizar con la mayor rapidez el efectivo disponible
La
gerencia del efectivo, entendiendo por esto desde la cobranza hasta la
disposición del mismo, donde la rápida pérdida de valor continuamente a lo largo
del día lleva a tener que contar con una planificación muy precisa, un eficaz
uso de los medios bancarios utilizando todos los disponibles especialmente los
digitales, estableciendo la máxima flexibilidad para que los clientes puedan
pagar. No debe dejarse de usar ningún medio que permita cobrar: abrir cuenta en
varios bancos incluyendo los productos digitales como el pago móvil, dinero
electrónico en moneda local; así como las cuentas en moneda extranjera en las
que progresivamente pueda realizar transacciones financieras. Para ello deben
blindarse los procesos desde el punto de vista legal y cubrir las formalidades
de cada caso.
2.-
Endéudese en moneda local, períodos cortos de hasta tres meses y gestione
líneas de crédito revisables incrementales con manejo de garantías en moneda
dura. La banca local se enfrenta con un
reto de suma importancia: mantener capitalizada la institución para abordar las
crecientes necesidades de los clientes. Por tanto, el manejo coordinado de
cuentas en moneda local y moneda dura es clave para aprovechar el ambiente de
pérdida continua de valor de la moneda local. Por su parte, los clientes que
logren reducir los ciclos del efectivo se verán beneficiados con el
aprovechamiento de los mayores márgenes de intermediación nacionales. En el
mismo sentido, la relación con bancos con mayor profundidad (que tengan la
posibilidad de coordinar el manejo corporativo del dinero) es clave para
aprovechar ventajas del amplio arbitraje comercial nacional ya su vez
fortalecer la posición con activos en moneda dura.
3.-
Trabajar y desarrollar marcas locales ofreciendo un producto o servicio
diferenciado
En
el pasado reciente la globalización nos condujo a un proceso de incorporación
de marcas mundiales en lo cotidiano. Ante la pérdida estrepitosa de valor de
nuestra moneda resulta que lo pertinente es trabajar en nuevas formas de
ofrecer los productos y lograr que los clientes puedan acceder a los mismos.
Desarrollar nuevas marcas deslindándose de las tradicionales, procura
establecer nuevos vínculos en la relación con los clientes: nuevos empaques
(tanto más grandes para vender a menor costo unitario como más pequeños
accesibles a la masa y con mejores márgenes), nuevos canales que incluyan
ventas directas a grupos de consumidores, en condominios, calles de
urbanizaciones, en oficinas, centros comerciales en espacios no permanentes,
entre otros.
4.-
Coordinar el consumo ya que se necesita reducir el consumo de cosas que
aumentan rápidamente de precio sin tener que reducir el consumo de bienes que
suben con menor rapidez o incluso disminuyen de precio .
Dentro
de la inteligencia comercial que se debe fomentar en momentos de restricción,
una clave importante es identificar aquellos productos o servicios cuya
variación de precios se produce con mayor frecuencia. Para ello se recomienda
un registro inteligente que muestre tanto variación de precio como de tiempo de
cambio, digamos de la duplicación del precio. De esta forma se puede programar
mejor el uso del dinero y no dejar de comprar lo que incluso hay que aprovechar
en virtud del arbitraje comercial temporal.
5-
Establecer vínculos comerciales y financieros con la diáspora
La
realidad de la emigración venezolana a tan diversos y distantes destinos tiene
estupendas ventajas desde el punto de vista empresarial que pueden y deben
explotarse. Quizás la más importante es que la vinculación personal, familiar e
incluso laboral puede ser el camino para procurar el abordaje de mercados
externos de productos locales nacionales o bien del emprendimiento de las
mismas operaciones en escalas reducidas fuera, con alianzas o tercerizaciones
para acceder a nacionales que demandan productos venezolanos fuera o la
introducción de productos que por los bajos costos laborales internos sean
competitivos en el exterior.
Esto
fenómeno se está materializando desde hace algunos meses en mecanismos formales
de exportación, o bien por contrabando de extracción. Es decir, el desarrollo
de mercados foráneos está replicando la gestión formal e informal de la
economía venezolana, tal cual como ocurre en muchas naciones. Lo recomendable
es que en orden estratégico, el desarrollo de mercados no es simplemente
aprovechar oportunidades de corto plazo sino más bien el crear estrechos lazos
de actividad permanente y recurrente.
Por
otra parte, el establecer vínculos con la diáspora puede servir para canalizar
oportunidades de obtener financiamiento para nuevos emprendimientos o la
adquisición de algunos que se estén abandonando o liquidando. Con ello se
aprovecha la presencia local y la inversión “extranjera de nacionales” logra
entrar en donde haya mayor rentabilidad.
6-
Entender el convivir con una economía de guerra con bajo perfil en cuanto a
inversiones y líneas de abastecimiento. En estos tiempos convulsionados es
interesante revisar los conceptos de economía de guerra que dicen son:
“periodos de extrema autarquía y que tiene por objeto mantener el
funcionamiento de las actividades económicas indispensables para un país,
procurar el autoabastecimiento, desincentivar el consumo privado, garantizar la
producción de alimentos y controlar la economía nacional desde el Estado”.
En
ese orden de ideas, esas prioridades seguirán marcando el entorno, por lo que
limitar las inversiones a lo indispensable que conlleve el mantenimiento de la
operación en marcha, establecer alianzas o convenios que garanticen los insumos
para autoabastecerse, el capturar el pedazo de mercado nacional que seguirá
vivo, y el sortear la creciente presión por el control de todo de parte del
Estado. Ese es un enorme reto que con innovación y astucia puede superarse.
7.-
Acuerdos con el personal que anticipen pago contra trabajo a futuro, para
apalancar su poder de compra efectivo. Quizás la dificultad mayor del próximo
año será la continua rotación de personal. Por tanto, deben procurarse formas
más efectivas para lograr retener al personal clave en las organizaciones
dentro de los rígidos y asfixiantes parámetros de la legislación laboral
vigente. Una de ellas en pagar cada vez más porciones de salario en moneda dura
(en concordancia con el manejo del ciclo de efectivo moneda local y dura antes
descrito), que en muchos casos están eludiendo los compromisos legales
asociados.
Igualmente
se pueden realizar planes recurrentes de abastecimiento de productos donde el
poder de compra de la empresa atraiga a los proveedores y de esta forma ofrecer
cubrir parte de las necesidades de los empleados. Igualmente el asumir como
programa de becas el pago de educación para los mismos o sus familiares, de
transporte en convenios directos con líneas y servicios en línea, o de salud
directamente con centros de salud donde se adquiera equivalente de medicina
prepagada, o de turismo en convenios con operadores turísticos locales.
Como
consejo final compre solo lo que necesita, especialmente aquellos objetos que
sirvan para más de una función, y privilegie la adquisición de los que se
consideran bienes duraderos, con moneda local y sincronizando la frecuencia de
compra en virtud del arbitraje comercial y financiero del entorno actúa.