Prensa. turismovenezuela.info
El
templo de Santa Rosa del Cerrito es el hogar sagrado de la Virgen de la Divina
Pastora, patrona espiritual de Barquisimeto, ciudad que celebra cada 14 de
enero el día de la Virgen con una multitudinaria peregrinación en la que los
fieles agradecen los favores concedidos. La marcha llega hasta la Catedral
Metropolitana de Barquisimeto, lugar en el que descansa la imagen hasta el
próximo Sábado de Concilio «día antes del Domingo de Ramos de la Semana Santa»
cuando regresa a su templo de Santa Rosa.
Prensa.
«Tú eres, madre, divino consuelo
del que lleva en el alma el pesar;
Tú le ofreces las dichas del cielo
al que siempre te sabe alabar…»
(Del Himno a la Divina Pastora)
Entre
tantos hechos memorables apuntados en las crónicas de la advocación mariana,
destaca la fervorosa veneración a la Virgen de la Divina Pastora de las Almas.
Esta efeméride patrimonial tiene sus orígenes en un revelador episodio onírico
de Fray Isidoro, monje capuchino que, en una madrugada del año 1703, soñó con
una virgencita que pastoreaba su rebaño de ovejas sobre un verde pastizal,
mientras un lobo malvado la acechaba desde su escondite en medio de los
arbustos.
La
virgen de rostro angelical llevaba en su regazo un niño pequeño, larga túnica
color púrpura, mantilla azul, sombrero acicalado y cayado pastoril. Ese era
todo su atavío. Y así fue como Miguel Alonso de Tovar «pintor español de la
escuela sevillana» recreó la estampa virginal sobre un lienzo que Fray Isidoro,
a dos años de su premonitoria quimera, paseó por la Alameda de Hércules de
Sevilla, el jardín más antiguo de Europa, durante la fiesta de cumpleaños de la
Virgen María. Entonces, el sacerdote no sabía que este acto de Fe era el preludio
de la veneración de la Divina Pastora, patrona celestial de la ciudad de
Barquisimeto, en el estado Lara.
El
porqué de su veneración
Los
registros históricos no siempre son muy precisos. En todos se lee que los
misioneros capuchinos entraron a tierras venezolanas por la costa oriental en
1650. Algunos ubican la llegada de la primera imagen de la Divina Pastora de
las Almas en 1720. Otros, sin embargo, documentan el inicio del culto en Nueva
Segovia de Barquisimeto en el año 1740, gracias a una singular eventualidad que
podría considerarse como el primer milagro de la Virgen de la Divina Pastora en
la capital larense.
Se
dice que el vicario de la iglesia de la Inmaculada Concepción quería una imagen
de la Divina Pastora para su templo, mientras el párroco de la iglesia de Santa
Rosa del Cerrito deseaba una talla de la Inmaculada Concepción para su altar.
Los religiosos hicieron sendos encargos al mismo escultor, pero a la postre las
órdenes llegaron alteradas. Se procuró hacer el cambio, pero el cajón que contenía
la imagen de la Divina Pastora se puso tan pesado, que ni toda la fuerza del
pueblo indígena pudo levantarlo del suelo. Así, laInmaculada Concepción
permanece en el templo que lleva su nombre, y la Virgen de la Divina Pastora se
quedó para siempre en hogar sagrado donde se le venera desde entonces.
Milagros,
fe y peregrinación
El
terremoto del 26 de marzo de 1812 destruyó el templo de Santa Rosa del Cerrito,
donde los fieles rendían culto a la Virgen de la Divina Pastora. Pero,
milagrosamente intacta, entre sus ruinas, se encontró la talla sagrada de la
inspiración onírica de Fray Isidoro. Años más tarde, en 1855, una epidemia de
cólera se empeñó en castigar a familias enteras en Barquisimeto. No había cura
para sanar semejante mal, solo la inmensa fe del pueblo larense pudo contra
aquella plaga mortal.
Cuenta
la historia que los feligreses, desesperados, sacaron en procesión a la Virgen
de la Divina Pastora implorando misericordia. Macario Yépez «párroco de la
Iglesia de la Inmaculada Concepción» en medio de tan sentida ceremonia pública
ofreció su vida pidiendo «¡Que sea yo la última víctima del cólera!». Aquel 14
de enero de 1856 comenzó a mermar la epidemia. Cien años más tarde, el 14 de
enero de 1956, el Papa Pío XII autorizó la coronación canónica de la Divina
Pastora. Merece destacar que, tal como lo imploró a la patrona de los
barquisimetanos, el vicario Macario fue la última víctima de la epidemia de
cólera; los cronistas registran su muerte el 16 de junio de 1856.
Desde
entonces la Virgen de la Divina Pastora peregrina cada 14 de enero, sale de su
templo y, desde allí, recorre más de siete kilómetros y medio hasta la Catedral
Metropolitana de Barquisimeto donde se celebra la tradicional Santa Misa.
Acompañada de una multitud de feligreses que moldean una de las más
significativas procesiones marianas, la imagen divina regresa a su hogar cada
sábado de concilio, en vísperas del Domingo de Ramos de la Semana Santa.
Durante tan emotiva celebración se escuchan a los fieles cantar el himno de la
Divina Pastora. Este canto de alabanza con letra de Andrés Delgado y música de
Simón Wohsiedler, fue interpretado por primera vez en la procesión mariana del
14 de enero de 1906.
Aunque
los enigmáticos hechos del terremoto de 1812 y la peste del cólera de 1855
marcaron la historia de milagros de esta figura mariana, la devoción por la
patrona de Barquisimeto se ha expandido a un sinfín de almas que, entre
peticiones y muestras de gratitud infinita, mantienen renovado el Museo
Arquidiocesano de la Divina Pastora. Ese espacio sagrado que se alza al lado
del templo de Santa Rosa del Cerrito mantiene bajo custodia tanto los
espléndidos trajes y los vistosos accesorios utilizados a lo largo de las
décadas por la amada virgencita, como los más diversos objetos que apuntan
letras de agradecimiento por los favores concedidos.