Prensa. La
Patilla.com
La
Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) se pronunció este lunes a través de un comunicado acerca de las
elecciones presidenciales convocadas por la ANC.
“Estamos
ante un hecho de extralimitación y desnaturalización de las funciones de la
ANC. Tenemos una Constitución Nacional y unas leyes que estipulan claramente el
procedimiento de las elecciones. Sencillamente, se desconocen y omiten estas
disposiciones, para legislar según los intereses propios del poder”, reza el
comunicado.
A
continuación el texto íntegro:
1.-
Ante la decisión de la Asamblea Nacional Constituyente -ANC-, y su “imposición”
al Consejo Nacional Electoral -CNE- de realizar elecciones presidenciales
adelantadas para el primer cuatrienio del año 2018, en comunión con nuestros
hermanos Obispos de Venezuela, llamamos a la comunidad nacional a reflexionar
serena y seriamente sobre lo que ello significa.
2.-
En primer lugar, ratificamos lo dicho en la Exhortación Pastoral “Dios consolará
a su Pueblo”, del pasado 12 de enero 2018: “La Asamblea Nacional Constituyente
es inconstitucional e ilegítima en su origen y en su desempeño. En vez de
limitarse a redactar una nueva Constitución pretende erigirse en un supra poder
con funciones ejecutivas y judiciales” (n.4). Demostración de esto es el
mandato dado al CNE por parte de la ANC para que convoque elecciones
presidenciales adelantadas, contraviniendo el marco legal vigente.
3.-En
segundo lugar, estamos ante un hecho de extralimitación y desnaturalización de
las funciones de la ANC. Tenemos una Constitución Nacional y unas leyes que
estipulan claramente el procedimiento de las elecciones. Sencillamente, se
desconocen y omiten estas disposiciones, para legislar según los intereses
propios del poder.
4.-
En tercer lugar, es, además, un despropósito ético y humano, un verdadero
crimen que clama al cielo, que en medio de una situación de penuria, hambre,
parálisis de servicios, muerte y colapso nacional, se privilegie un espectáculo
de distracción y alienación, en condiciones desiguales, contra todo sentido de
equidad y servicio a la población. En Democracia la primera responsabilidad de
todo gobernante es atender las necesidades básicas de la gente, que por
desgracia hoy está obligada a pasar hambre, a no contar con los servicios
mínimos indispensables para la vida, en ocasiones hasta morir, y en otras, a
emigrar ante la necesidad de sobrevivir.
5.-
Debemos recordar lo que dice la Constitución Nacional: “La soberanía reside
intransferiblemente en el pueblo…” (Art. 5), por tanto, es el pueblo el que
debe asumir “su vocación de ser sujeto social con sus capacidades de realizar
iniciativas como, por ejemplo, que la sociedad civil lleve adelante una
consulta para señalar el rumbo que quiere dar a la nación como prevé nuestra
Carta Magna (Cfr. Art. 71)” (n.6). Es el propio pueblo, y no una instancia
espúrea el que sitúe las cosas en su justo lugar.
6.-
Para ello se necesitan instituciones del Estado que respeten la voluntad del
pueblo. El CNE es la institución llamada a velar por las garantías electorales
de los ciudadanos, de ahí la necesidad de su reestructuración para que “cumpla
con la imparcialidad que le pide la Constitución vigente. Solo así actuará con
transparencia y equidad en sus funciones y garantizará el respeto a las
decisiones del pueblo” (n.7). Aunado a esto debemos recordar que si realmente
vivimos en democracia, la institución electoral –CNE- debe mantener su
autonomía y servir al pueblo elector.
7.-
La dirigencia política debe asumir responsablemente la difícil y real
situación: la comunidad internacional ha declarado abiertamente su convicción
de que la actuación del gobierno es inaceptable. La dirigencia de los partidos
políticos ha sido en muchas circunstancias deficiente e incoherente. Deben
abrirse a buscar un consenso con los diferentes sectores de la sociedad, pues
una condición imprescindible es el reconocerse y lograr una unidad política que
va mucho más allá de las alianzas electorales.
8.-
La situación y el momento que estamos padeciendo los Venezolanos ante esta
crisis global, “requiere de una gran dosis de esperanza junto a acciones
concretas que contribuyan a mejorar las condiciones de vida, a dignificar a las
personas, y a fortalecer a las familias y comunidades a las que pertenecemos”
(n. 9). En ello estamos dispuestos a colaborar para que encontremos el rumbo de
una Venezuela fraterna y de todos. “Lo positivo y lo eficaz es el compromiso,
la esperanza y la solidaridad. ¡Despierta y reacciona, es el momento!, lema de
la segunda visita de san Juan Pablo II a Venezuela (1996), resuena en esta hora
aciaga de la vida nacional. Despertar y reaccionar es percatarse de que el
poder del pueblo supera cualquier otro poder” (n. 8).
Que
el Espíritu nos ilumine y nos dé fuerzas para servir a nuestro pueblo.
Con
nuestra bendición.
+José
Luis Azuaje Ayala
Obispo
de Barinas
Presidente
de la CEV
+Mario
Moronta Rodríguez
Obispo
de San Cristóbal
1°
Vicepresidente de la CEV
+Raúl
Biord Castillo
Obispo
de La Guaira
2°
Vicepresidente de la CEV
+José
Trinidad Fernández Angulo
Obispo
Auxiliar de Caracas
Secretario
General de la CEV
+Jorge
Cardenal Uorsa S.
Arzobispo
de Caracas
Presidente
honorario de la CEV
+Baltazar
Cardenal Porras C.
Arzobispo
de Mérida
Presidente
honorario de la CEV