Más de dos
millones de venezolanos dejaron el país en los últimos años por la crisis
política y económica, publica Infobae
Prensa. Infobae
/ Marcos Stupenengo
mstupenengo@infobae.com
La
escena se repite y es desgarradora. Miles de familias se despiden de sus seres
queridos en busca de un futuro que no encuentran en su Venezuela natal. Es que
la histórica crisis que vive el país caribeño provoca que miles de personas
dejen Venezuela para conseguir oportunidades de progreso en algunos casos, y en
otros más extremo, la posibilidad de comer y sobrevivir.
Quienes
se quedan, lo hacen con la angustia de no saber cuál será su futuro. Los que se
van, deben comenzar una nueva vida en países como Colombia, Argentina o Estados
Unidos.
Desplazados
por la crisis financiera y social, además del aumento vertiginoso de los
niveles de delincuencia y una recesión paralizante, cada vez más venezolanos
toman la misma decisión todos los días. Al huir del que alguna vez fue el país
más rico de América Latina, personas que antes trabajaban como médicos e
ingenieros, choferes de camión y fisioterapeutas, ahora se ganan la vida en
supermercados de Londres, como mucamas en Madrid, conducen para Uber en Miami,
pintan casas en Bogotá, limpian mesas en Buenos Aires o lavan ventanas en San
Pablo.
Los
jóvenes parecen ser quienes se van en mayor cantidad. En las terminales de
ómnibus -el medio más utilizado por quienes emigran- la escena se repite:
madres, hermanos, familiares y amigos que, en medio de la angustia y desesperación,
despiden a sus seres queridos.
Por
ejemplo, el secretario de educación del estado Miranda en el litoral del país,
Juan Maragall, dijo que solo en esa entidad unos 10.000 menores abandonaron las
aulas este año: un 9 % de la matrícula de primaria y un 13 % de la secundaria.
El
primer día de clases, el promedio de asistencia de alumnos en Miranda fue del
17%. En todo el país, el año escolar comenzó con 251.180 alumnos de inicial,
primaria y secundaria menos, de acuerdo con la cifra ofrecida por el ministro
de Educación, Elías Jaua, que ubicó en 7.195.335 el número de inscriptos, y que
contrasta con los 7.446.515 reportados en enero por su antecesor, Rodulfo
Pérez.
El
panorama en las universidades es similar. La Universidad Central de Venezuela
produce cerca de 400 documentos diarios como notas certificadas a estudiantes
que planean emigrar y probar suerte en otros países.
El
éxodo es la dimensión humanitaria internacional de las diversas crisis internas
de Venezuela. Hasta 2.2 millones de venezolanos, de un total de 30 millones,
hoy viven en el extranjero y las cifras aumentan con rapidez a medida que el
país se hunde en la hiperinflación, la crisis de la deuda y el autoritarismo.
La
Organización de las Naciones Unidas documentó que las políticas del gobierno
buscan “reprimir sistemáticamente… e infundir temor” a casi 80,000 venezolanos
quienes solicitaron formalmente asilo en 2017.
Escapan
a todos lados. En Estados Unidos, ahora los venezolanos se encuentran en el
tope de la lista de personas que solicitan asilo, por delante de México, China,
Guatemala y El Salvador. En España, las solicitudes de venezolanos superan a
las de Siria y Ucrania.
La
economía de Venezuela, desgarrada por una gravísima escasez, se redujo en un
tercio en cinco años, una contracción peor que la que sufrió EEUU durante la
Gran Depresión. Este año, el Fondo Monetario Internacional pronostica una nueva
contracción de 6% y una inflación de 2,000%.
La
migración es un claro cambio para Venezuela, un país que tuvo y mantiene las
reservas de energía más extensas del mundo. Un país tradicionalmente de
inmigrantes, sobre todo de Europa.
El
cambio es en especial duro para los ciudadanos colombianos que vivían en
Venezuela. Muchos de ellos alguna vez escaparon del conflicto civil en su país
impulsado por las drogas y la violencia, para buscar la prosperidad en
Venezuela, una nación rica gracias al petróleo. Ahora regresan desesperados.