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Hispánico.
El
mercado laboral del siglo 21 requiere cada vez más conocimientos, sobre todo de
alta tecnología. Pero considere esto: Casi la mitad de los empleos que el
gobierno de Estados Unidos pronostica se van a crear de aquí al 2026 requerirán
apenas un título de secundaria. Y a veces ni eso.
Esos
empleos tienen algo más en común: Cientos de miles serán ocupados seguramente
por inmigrantes dispuestos a hacer trabajos que muchos estadounidenses
desdeñan.
Poco
se habla en el debate en torno a la inmigración ilegal del papel vital que
desempeñan en la economía los inmigrantes sin educación formal ni los
conocimientos que el gobierno de Donald Trump y muchos legisladores consideran
deben ser un pre-requisito para ser admitidos en el país.
Los
economistas dicen que con un desempleo que está en su nivel más bajo en 17 años
y el limitado crecimiento de la fuerza laboral, los inmigrantes, con educación
y sin ella, son clave para la economía.
“Esta
noción de que solo necesitamos gente con ciertos títulos… nunca ha sido cierta
en Estados Unidos, y menos ahora”, afirmó Michael Clemens, economista del
Centro para el Desarrollo Global, una grupo investigador de Washington.
El
63 por ciento de los empleos, y el 46 por ciento de los trabajos que se espera
se creen entre el 2016 y el 2026, requieren no más que un título de secundaria,
de acuerdo con el Departamento de Trabajo.
Las
nuevas plazas incluyen empleos con sueldos bajos que la mayoría de los nativos
se niegan a hacer: unas 778,000 plazas para acompañantes de ancianos y otros
enfermos (sueldo promedio en el 2016: 21,920 dólares), 580,000 empleados de
restaurantes (19,400) y 431,000 asistentes que ayudan a enfermos en sus casas. Muchas
de esas plazas, dice Clemens, “serán tomadas por inmigrantes o si no esos
trabajos no se harán”.
Extranjeros
ya representan el 17 por ciento de la fuerza laboral y el 52 por ciento de las
mucamas, el 47 por ciento de los que reparan o cambian techos y el 40 por
ciento de los obreros de la construcción y los empleados de lavaderos y
tintorerías.Los inmigrantes se hacen cargo de las cosechas de batatas y pepinos
en Carolina del Norte. Asisten a pacientes con demencia en los asilos de
ancianos. Aspiran las oficinas. Son meseros, cocineros y se hacen cargo de la
limpieza en el resort Mar-a-Lago de Trump en la Florida.
El
gobierno de Trump y muchos legisladores republicanos quieren reducir la
cantidad de extranjeros que ingresan al país y crear un sistema de admisión
basado en el nivel de educación de la gente. Dicen que las restricciones a la
inmigración legal e ilegal protegerán a la población de potenciales
delincuentes y evitarán que se rebajen los sueldos.
Trump
“sabe lo que no funciona con nuestro sistema de inmigración y lo que hace que
bajen los sueldos de los estadounidenses”, sostuvo el senador republicano Tom
Cotton. “Estoy listo para trabajar con él y con mis colegas para crear un
sistema inmigratorio que apoye al trabajador estadounidense e impulse nuestra
economía”.
La
propuesta inmigratoria del presidente, que fue rechazada junto con otras
medidas similares por el Senado este mes, impediría a los inmigrantes
patrocinar a hermanos, padres e hijos adultos y acabaría con un sorteo de visas
que busca aumentar la diversidad. Apartaría asimismo 25,000 millones de dólares
para un muro en la frontera con México.
Fuente: The
Associated Press