Prensa. Efecto
Cocuyo.
El
Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS) Venezuela presentó este martes 27 de
febrero su estudio “Navegación a la mínima expresión“, que realizó entre
finales de enero y principios de febrero en 23 estados del país, para medir la
calidad del servicio de Internet con el que cuentan los venezolanos.
La
medición se logró gracias a un test de
velocidad “desarrollado de manera conjunta con la metodología de Measurement
Lab (MLAB), un laboratorio de medición de internet abierto, asociada al New
America’s Open Technology Institute, Google Open Source Research y Princeton
University’s Planet Lab”, explicaron este martes.
Esto
les permitió concluir que en el país desde el año 2012 ha venido en descenso en
calidad del servicio, pues de acuerdo con el MLAB el país se ubica en el
“último lugar en el análisis de 10 países a los que le hace seguimiento este
laboratorio de internet. Este país,
incluso, tiene promedios de conexión justo debajo de Bolivia (1,78 mbps) y
Surinam (2,42mbps)”.
Es
decir que “la navegación en Venezuela fue diez veces menor que la de Costa
Rica, y estuvo por debajo a la calidad del servicio que ofrecen países como
Panamá, Perú, Guyana, Colombia y Ecuador“, a pesar de que hace seis años según
la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), se ubicaba en el
sexto puesto en la región, pero desde 2015 entró en lo que se conoce como
“niveles de precariedad”.
La
investigación de IPYS se realizó entre el 23 de enero y el 6 de febrero, con el
apoyo de la red nacional de corresponsales de la ONG y los ciudadanos que de
manera libre y anónima participaron, jornada de medición que contabilizó 360
horas ininterrumpidas de monitoreo con
6.181 pruebas recabadas.
La
ONG, conformada por periodistas que se dedican a la promoción del periodismo de
investigación, defensa de la libertad de expresión e información y acceso a la
información destacó que “los venezolanos navegan diariamente a un promedio de
1,61 Mbps (megabits por segundo) en la
Banda Ancha fija (BAF), es decir desde las conexiones tradicionales de casas,
oficinas y otros centros de conexiones, mientras que solo pueden alcanzar 2,3
Mbps desde celulares y dispositivos, que se conectan a través de la Banda Ancha Móvil (BAM)”.
Esto
no representa ni siquiera el 50 % del promedio de navegación en América Latina,
que para el primer trimestre de 2017 se ubicó en 5,6 Mbps, recoge IPYS. “En
comparación con el historial de la velocidad promedio venezolana durante los
últimos años, las pruebas fueron analizadas bajo el criterio de tres
categorías: buena conexión: por encima de 4 Mbps; conexión media: entre 1 y 4 Mbps; limitada o
baja conexión: inferior a 1 Mbps. De total evaluado se obtuvo que 10,5%
presentó buena conexión, 67,64% presentó una conexión media, mientras que 21,86
% limitada/baja conexión”, resume el Instituto.
Lo
peor es que 3 de cada 10 usuarios en el país se conectan “en condiciones que no
son aceptables según los estándares internacionales“, como lo demostró la
medición en la que 2,86% de las conexiones registraron una velocidad menor a
256 kilobytes por segundo (kbps).
En
cuanto a los estados del país, durante el desarrollo del test de velocidad se
constató que hubo mayores deficiencias de conectividad en las zonas rurales de
los estados Trujillo, Lara y Zulia, mientras que las conexiones “consideradas
óptimas que oscilaron entre más de 5 y 15 megabits por segundo, fueron
selectivas”. Estuvieron diseminadas
entre el Área Metropolitana de Caracas, Diego Ibarra (Carabobo), Maracaibo
(Zulia), Maturín (Monagas), Ciudad Bolívar (Bolívar), Mérida (Mérida),
municipio Girardot (Maracay-Aragua) y
municipio Jáuregui (Táchira).
IPYS
Venezuela también alertó que “la libertad de la red se ha visto amenazada en
los últimos años por disminución de la velocidad de internet, bloqueos de
portales web y restricciones en plataformas de redes sociales en períodos de
conflictividad política y social”.
A
su vez recordaron que “el que el gobierno venezolano ha reaccionado a la
migración de las audiencias que han dejado de lado los medios tradicionales
como fuente primaria de información, para refugiarse en la web buscando sortear
las medidas de censura y autocensura”, al imponer más controles, bloquear webs
e incluso añadir más requisitos al momento de adquirir una línea de telefonía
móvil en el país.
No
dejaron pasar por alto que “la profundización de la crisis económica de
Venezuela durante 2017 limitó aún más la libertad en la red. El control de
cambio y las restricciones económicas, así como los índices inflacionarios y la
deuda que acumula el Estado con proveedores
internacionales del sector de telecomunicaciones, ha ocasionado el
aceleramiento del declive de la industria y, por consiguiente, de la calidad
del acceso y calidad de las conexiones”.
Ilustración
principal: Camila Agelvis Pons (para Ipys Venezuela)