Prensa. Efecto
Cocuyo.
Los
asesinos sabían lo que hacían. Una sola bala segó la vida del periodista
eslovaco Jan Kuciak y otra, la de su prometida Marina Kusnirova, en la casa que
habían adquirido cerca de Bratislava. La policía, que los encontró el 25 de
febrero, dijo que había sido obra de uno o más sicarios y dejó entrever que el
móvil de este crimen estaba relacionado con las historias que investigaba el
reportero de 27 años.
Lo
cierto es que Kuciak había estado trabajando con el Proyecto Periodístico sobre
la Delincuencia Organizada y la Corrupción (Occrp), el Centro Checo de
Periodismo de Investigación (Ccij) y el Proyecto de Informes de Investigación
de Italia (Irpi) sobre una peligrosa pista: la infiltración en Eslovaquia de la
mafia italiana conocida como ‘Ndrangheta, uno de los grupos criminales más
poderosos y temibles del mundo.
“La
‘Ndrangheta ocupa una posición dominante en el mercado de la cocaína en Europa
y está involucrada en muchos otros ámbitos criminales, incluido el tráfico de
armas, fraude, manipulación de licitaciones públicas, corrupción, intimidación,
extorsión y delitos ambientales”, según reportaba en 2013, la sección de
Europol dedicada al seguimiento del crimen organizado en Italia.
Debido
a que Kuciak y sus colegas no habían terminado la historia, OCCRP y la revista
en la que trabajaba, Aktuality.sk, aún no la habían publicado. En el momento de
su asesinato, continuaba recopilando registros sobre personajes considerados por
la policía italiana como extremadamente peligrosos.
Pero
después del asesinato, la información sobre el tema de su informe salió a la
luz pública. Hoy, último día de febrero, OCCRP y Aktuality.sk y otros medios
aliados publican la historia incompleta de Kuciak, para dejar claro que no hay manera de
silenciarlos y para minimizar el peligro de los reporteros que han trabajado en
ello.
Pasado
tormentoso
Todo
comenzó con lo que podía ser considerado un dato curioso: el primer ministro de
Eslovaquia, Robert Fico, contrató como asistente Maria Troskova (27), quien al
parecer no tenía experiencia política pero sí en el mundo del modelaje, pues
había sido concursante del Miss Universo y había aparecido en algunas revistas.
El departamento de prensa se había negado a publicar una descripción de su
trabajo, a aclarar su posición en el Gobierno o decir si obtuvo algún
privilegio de seguridad.