Prensa. Efecto
Cocuyo.
Compleja,
díficil y complicada. Esas fueron tres de las palabras que más frecuentes se
hicieron durante la conversación de 33 minutos que sostuvo Efecto Cocuyo con la
psicóloga social y docente universitaria Colette Capriles, al tratar de definir
la realidad en la que se encuentra la sociedad venezolana y, en particular, los
partidos políticos de la oposición.
Partiendo
de su opinión de que la Constitución de 1999 es una especie de “camisa de
fuerza” para el desarrollo de organizaciones políticas fuertes, Capriles
aseguró que el verdadero legado del chavismo es haber profundizado la
“antipolítica que ha arrastrado en una molienda o trapiche a partidos y
liderazgos”, además de haber puesto a los ciudadanos en una posición en la que
rechazan una salida política a la crisis que padecen.
“La
gente no tiene parámetros, ofrecerles soluciones políticas a la gente exige una
renovación de la práctica política, una inventiva, una imaginación que tras
todo el hostigamiento que han recibido aquí los grupos políticos, tanto de
parte del Gobierno como de parte de cierta oposición, no es fácil tenerla”,
resalta.
En
este sentido, manifiesta que los venezolanos parecen responsabilizar más a la
oposición de lo que padece el país que al propio Gobierno, porque piensa que
dentro este último grupo hay “inútiles, ladrones y hasta narcotraficantes, que
son idiotas, sin pensar que 18 años en el poder le han dado la experiencia
(para mantenerse en el poder). Entonces dicen que, si la oposición no puede con
estos idiotas, es porque es más idiota todavía, una desvalorización del calibre
y el tamaño de la crisis política que tiene Venezuela, de la crisis existencial
del país”, reflexiona.
Capriles
añade que a diferencia de experiencias históricas cercanas como la chilena,
donde los partidos crearon una coalición que fue exitosa frente a la dictadura
de Pinochet-cosa que les tomó tiempo-. Allí había partidos tradicionales en los
que la institucionalidad, las reglas de funcionamiento interno y el liderazgo,
les permitió fortalecerse dentro de esa misma concertación, algo que no ocurre
en el caso venezolano.
Primero
porque la Carta Magna impide el financiamiento público de los partidos, a los
que define con un eufemismo según la politóloga, al llamarlos asociaciones con
fines políticos y no darle el peso que necesitan; y segundo, porque con las
continuas elecciones, a las organizaciones no les da tiempo de pensar en
programas, estructuras o convertirse en los intermediarios de la demanda de
bienestar de la gente, sino en estar pendiente de una competencia interna, con
otros líderes. Y esto ha sido una constante en las últimas dos décadas.
“La
debilidad de los partidos para nosotros es una situación muy grave, sobre todo
en el caso de que se pueda producir la coyuntura de un cambio de Gobierno, de
un cambio de la política o un cambio externo. Las posibilidades están muy
abiertas en este momento con situaciones de inestabilidad interna por el caos
social“, menciona.
Y
ante esto dice que los partidos políticos venezolanos deben fortalecerse e ir
una reconstitución, para que puedan pasar de lo electoral a ser instituciones
sólidas, todo esto con el panorama actual a cuestas que dejó como herencia el
chavismo de instituciones fragmentarias que tienen poco espacio o margen de
maniobra.
Capriles
cree que la propuesta de la oposición de avanzar hacia un frente amplio
nacional no es solo una necesidad, sino una obligación ante el momento inédito
que afronta la Nación por la posibilidad cierta de que desaparezca el último
mecanismo democrático que son las elecciones.
“Eso
implica un cambio en la imaginación política, en lo que la oposición y la
sociedad venezolana piensan que deben hacer para resistir, porque eso es un
poco el objetivo en lo inmediato, oponerse a la consumación definitiva de la
pérdida del último mecanismo democrático que queda, que son las elecciones. Es
una tarea inmediata que sobrepasa el deber de los partidos políticos, es un
deber de todos los venezolanos“, resume, ante las elecciones “ilegales e
ilegítimas” del 22 de abril.
Por
ello añade que se trata de “la idea de una coalición ampliada que funcione para
que todos los esfuerzos de resistencia y protesta funcionen, así como de
reivindicación y demanda que tiene la sociedad venezolana, para que puedan
converger todos en un mismo espacio, politizarse y convertirse realmente en un
músculo político“.
Advierte
además que si se sigue desechando a los líderes y los partidos, “un país que no
quiere a sus políticos va a quedarse en el reino de la dictadura toda la vida.
La tarea de los partidos políticos es hacer política, pero ¿cómo hacerla en
unas condiciones en las que ya no pueden hacer política? ¿y cómo integras la
demanda de cambio que tiene la gente? Esa sí es la responsabilidad de los
partidos políticos”, sostiene.
Capriles
espera que se logre este frente, porque lo que se avecina es ver a Nicolás Maduro inscribirse dentro de las nuevas
autocracias a la par de Rusia, Turquía e incluso China que quiere instaurar la
reelección indefinida después de haber estado en una especie de “dictadura
corporativa“.
“Maduro
siente que tiene autorización para vivir en ese mundo (de las nuevas
autocracias) en el que el chavismo ya quería inscribirse. Y su objetivo político
es desprenderse del mundo democrático. Hay un tema de estabilidad que se
plantea: ¿cómo haces para moverte y crear un proyecto democrático en un
contexto que se ha complicado tanto?”, se pregunta, para agregar que “nosotros
no vamos a estabilizar políticamente este país sin otra Constitución, eso está
claro; la que tenemos ha demostrado sus limitaciones“.
Foto:
El País