Prensa. Nuevo
Herald.
El
gobierno del presidente Donald Trump estudia la posibilidad de donar casi $10
millones más para ayudar a países de América Latina y el Caribe a hacer frente
a la gran cantidad de desplazados venezolanos. La asignación sería parte de la
contribución estadounidense a una solicitud especial del Alto Comisionado de la
ONU para los Refugiados (ACNUR) de $46 millones para hacer frente a lo que el
grupo dice que es “el mayor movimiento de personas en las Américas” en la
memoria reciente. Esa cifra sería adicional a los $2.5 millones que la Agencia
de Estados Unidos para el Desarrollo (USAID) prometió hace unos días.
Enfrentado
a una reducción en la asistencia para crisis humanitaria bajo el presidente
Trump, Filippo Grandi, director del ACNUR, estuvo en Washington esta semana
para alegar que las condiciones en Venezuela y el resto del mundo exigen que el
gobierno de Estados Unidos mantenga su nivel de ayuda humanitaria. La Oficina
de Población, Refugiados y Migración del Departamento de Estado aseguró a
Grandi que contribuiría a la solicitud del ACNUR para ayudar a unos 1.5
millones de desplazados venezolanos que han llegado a toda la región, dijo.
Aunque
la Oficina no informó a Grandi cuánto dinero entregaría, funcionarios federales
estudian entregar aproximadamente 20 por ciento de la solicitud, como ha
ocurrido en el pasado, según un alto funcionario del gobierno que no estaba
autorizado a hablar públicamente del asunto. La cifra de 20 por ciento
equivaldría a $9.2 millones. “Creo que van a contribuir una cifra adecuada”,
dijo Grandi. “Este es el comienzo. Sospecho que la crisis continuará y
necesitaremos más recursos y los estados necesitarán más recursos”.
Más
de 15 países en toda América Latina y el Caribe han aceptado venezolanos
desplazados, dijo Grandi. Ha habido un aumento del 2,000 por ciento en la
cantidad de venezolanos que han solicitado asilo en todo el mundo desde el
2014. El Departamento de Estado no respondió de inmediato a una solicitud de
comentario, pero el viernes Trump firmó una ley de gastos de $1.3 billones que
incluye $3,060 millones para Asistencia a Refugiados, la misma cantidad que el
año pasado.
Estados
Unidos es el país que más dinero entrega al ACNUR. En el año fiscal 2017, el
gobierno estadounidense entregó $1,500 millones, aproximadamente la tercera
parte del presupuesto de la agencia. Grandi dijo que estaba satisfecho con el
apoyo bipartidista en Estados Unidos a la situación venezolana y que esperaba
un respaldo similar este año.
Sin
duda, Washington está haciendo sonar la alarma. Trump firmó esta semana una
orden ejecutiva para entregar $2.5 millones en asistencia humanitaria a
refugiados venezolanos que han llegado a poblados fronterizos colombianos
huyendo de la pobreza y la opresión. El miércoles, el administrador de la
USAID, Mark Green, aseguró a los miembros de la Comisión de Asuntos Extranjeros
de la Cámara que el dinero era solo un “primer pago”.
“Esta
crisis no ha tenido mucha resonancia en términos de consecuencias humanitarias
y migración forzada”, dijo Green. “Y es algo que realmente no ha recibido mucha
atención. Mi compromiso es trabajar con ustedes para asegurar que reciba [la
atención que merece], que entreguemos los recursos que podamos y que tomemos
todas las medidas y estudiemos todas las medidas para esto”.
El
alto funcionario del gobierno advirtió que aunque el gobierno está considerando
entregar 20 por ciento de la solicitud adicional de fondos hay preocupaciones.
Funcionarios estadounidenses quieren asegurar que los países caribeños, más
pequeños y vulnerables, reciban suficiente apoyo y que el dinero no se lo
traguen países grandes que ya ha dedicado recursos propios a enfrentar la
crisis.
“Un
país caribeño pequeño enfrenta más retos y obstáculos para enfrentar esta
cantidad de refugiados”, dijo el funcionario. Casi 100,000 venezolanos han
huido a islas del Caribe, en su mayoría a Trinidad y Tobago, que ha recibido
unos 40,000, ha informado la ONU. Ubicada a pocos cientos de millas al norte de
Venezuela, Trinidad y Tobago tiene una población de solamente 1.3 millones de
habitantes, y la ola de refugiados ha abrumado los recursos del país.
Durante
una reunión de líderes caribeños en Haití el mes pasado, el primer ministro de
Trinidad y Tobago, Keith Rowley, dijo al Miami Herald que la crisis económica y
política en la cercana Venezuela tiene consecuencias en su pequeño país, que
está tratando de manejar la situación.
Los
venezolanos comenzaron a llegar a Trinidad en barco para comprar papel
higiénico y otros artículos menores. Pero a medida que la crisis en Venezuela
se ha agudizado, Trinidad ha visto la llegada de “una cantidad considerable de
personas” en busca de oportunidades, dijo Rowley. Sin autorización de empleo,
muchos se han ido al campo en busca de trabajo.
“Hemos
manejado la situación aumentando el comercio y el envío de alimentos a
Venezuela”, afirmó Rowley. Pero en Trinidad y otros países de la región ya
comienza a haber preocupación por posibles deportaciones. Una visita reciente a
Trinidad y Tobago de uno de los asistentes de Grandi reveló una “completa falta
de recursos y experiencia” para enfrentar la situación, dijo. “En el Caribe no
tenemos nada, hace falta crear una capacidad de manejo de refugiados desde
cero”, dijo Grandi.