Prensa. AFP.
Venezuela
pasó de zambullirse en petrodólares a una de sus peores crisis económicas
durante el gobierno de Nicolás Maduro, quien buscará su reelección en los
comicios del domingo.
¿Cómo
ocurrió el descalabro? ¿Qué le espera?
–
El boom –
Entre
2004 y 2015, el país con mayores reservas de crudo recibió unos 750.000
millones de dólares de la bonanza más larga en un siglo de explotación
petrolera.
Mientras
acentuaba la dependencia del oro negro -fuente de 96% de sus ingresos-, el
gobierno de Hugo Chávez (1999-2013) aprovechó el boom para financiarse a bajo
costo.
Emitió
unos 62.000 millones de dólares en bonos soberanos y de la petrolera PDVSA,
según la consultora Ecoanalítica, y recibió préstamos de China y Rusia. La
deuda externa se quintuplicó hasta 150.000 millones de dólares.
Las
reservas internacionales llegaron a 42.300 millones en 2008. Hoy son una cuarta
parte.
El
gasto público también se disparó, y en 2012 hubo un déficit de 15,6% del PIB
pese a que el barril de petróleo alcanzó una media récord de 103,42 dólares.
Ese
déficit “equivalía al de Grecia en su peor momento”, dijo Orlando Ochoa,
economista de la Universidad de Oxford.
–
Estado omnipresente –
Al
tiempo, el gobierno socialista estatizó sectores como el del cemento y acero y
expropió cientos de empresas.
Desde
2003 monopoliza las divisas que vende a tasas que sobrevaloran el bolívar e
impuso un control de precios que, con las expropiaciones e importaciones subsidiadas,
minó la industria.
“Se
indujo al sector privado a reemplazar producción por importaciones baratas”,
comentó Ochoa. El empresariado abastece hoy 20% del consumo frente a 70% en
2008, según Fedeagro.
El
control cambiario derivó en corrupción, con importaciones fantasma,
sobrefacturación y desvío de dólares al mercado negro, donde las cotizaciones
multiplican por 12 la oficial.
Se
añaden presuntos abusos con gastos reservados. Según Jorge Giordani, gurú
económico de Chávez, 300.000 millones de dólares se malversaron en la última
década.
Las
estatizaciones menguaron varias empresas y terminaron en litigios como el de la
petrolera ConocoPhillips, que tomó activos de Venezuela en el Caribe para
cobrarse 2.000 millones de dólares.
El
gobierno defiende que entre 1999 y 2014 destinó 718.000 millones de dólares a
programas sociales.
Pero
el manejo fiscal es desordenado, con emisión de dinero para tapar un agujero de
15% a 20% del PIB en promedio desde 2013, según Humberto García, presidente de
la Academia Nacional de Ciencias Económicas.
–
El derrumbe –
El
camino hacia el colapso estaba trazado cuando el petróleo se derrumbó desde
98,98 dólares por barril, en julio de 2014, a 47,05 al finalizar ese año y a
una media de 35,16 en 2016.
Los
ingresos, de 121.000 millones de dólares en 2014, cayeron a 48.000 millones en
2016. La bomba le explotó a Maduro.
La
producción de PDVSA se desplomó de 3,2 millones de barriles diarios en 2008 a
1,5 millones en abril pasado, según la OPEP. Así, el repunte de precios tiene
un impacto limitado.
Como
ajuste, el gobierno redujo importaciones y la entrega de divisas, agudizándose
la escasez de alimentos y medicinas.
Las
importaciones, de 66.000 millones de dólares en 2012, serán de 9.200 millones
en 2018, estima Ecoanalítica.
La
financiación del déficit y la disparada del “dólar negro” por la sequía de
divisas generaron una hiperinflación que según el FMI llegará a 13.864,6% este
año.
Esta
espiral destruyó los salarios -el ingreso mínimo da para medio kilo de carne- y
provocó escasez de billetes al rezagar al cono monetario. Uno nuevo, con tres
ceros menos, circulará desde junio.
El
PIB se contrajo 45% desde 2013, según el FMI, pasando de 400.000 millones de
dólares a 120.000 millones. “Indicadores de un país en guerra”, según Asdrúbal
Oliveros, de Ecoanalítica.
–
Futuro sombrío –
Por
pagos atrasados de deuda, Venezuela y PDVSA fueron declarados en default
parcial en 2017, con compromisos para el próximo cuatrienio por 10.000 millones
de dólares anuales.
Maduro,
quien se dice víctima de “una guerra económica”, anunció una renegociación,
pero desde agosto Washington prohíbe a los estadounidenses negociar nueva deuda
venezolana.
Un
embargo sería inminente, advierte Alejandro Grisanti, de Ecoanalítica, quien
prevé que la producción de crudo caería a 1,2 millones de barriles diarios a
fines de 2018.
Estados
Unidos asoma un embargo petrolero, escenario catastrófico pues un tercio de la
producción va allí y representa 75% del flujo de caja.
La
crisis venezolana es de “las mayores” del mundo en 50 años, alerta el FMI. Y no
toca fondo.
por
Alexander MARTINEZ / Esteban ROJAS/AFP