Prensa. CNP
Venezuela.
Hoy,
3 de mayo de 2018, el mundo está celebrando el Día de la Libertad de Prensa,
efeméride oficializada hace veinticinco años por la Organización de Naciones
Unidas para concienciar sobre la importancia de una comunicación libre para la
consolidación de la democracia en los cinco continentes. Hoy, Venezuela tiene
muy poco qué celebrar y mucho por reconstruir, puesto que en este momento
nuestro país tiene menos garantías que nunca para los periodistas y cada día
los venezolanos tienen menos periódicos que leer, menos medios radioeléctricos
que oír o ver y menos velocidad de Internet para informarse, investigar o
publicar sus propias ideas.
Ayer
y hoy, la Unesco ha estado celebrando en Accra, Ghana, una conferencia
internacional cuyo título es «Los frenos y contrapesos al poder: medios de
comunicación, justicia y Estado de Derecho», en la que se abordan temas como la
transparencia del proceso político, la independencia y alfabetización digital
del poder judicial y las responsabilidades del poder estatal frente al público.
Para la mayoría de los que vivimos en Venezuela, nuestros gobernantes saldrían
reprobados en todos y cada uno de estas materias, porque un Estado con vocación
totalitaria entiende la transparencia, la independencia y la responsabilidad
como enemigas del poder, donde la mentira y el descrédito a quienes se atreven
a decir la verdad es la fórmula mágica para anteponer el interés del gobernante
por encima del de la ciudadanía.
Desde
hace varios años, el Colegio Nacional de Periodistas ha venido denunciando la
reducción de medios independientes en el país. Este declive es producto de una
política consistente que desde el año 1999, con la asunción del desaparecido
presidente Chávez, hasta el día de hoy, con el presidente Maduro, ha ido
robándoles espacio a los medios libres –mediante agresiones, cierres, coerción,
multas, controles al acceso de los insumos o ahogamiento económico– y se lo ha
ido dando a aquellos inscritos en el Sistema Bolivariano de Comunicación e
Información (Sibci) o a los que se repliegan genuflexos a la línea editorial
del partido gobernante. A esta situación hay que sumar los estragos que causa a
la prensa libre la crisis económica, descrita en pocas palabras como menos
insumos, menos público con capacidad de compra, menos anunciantes…
La
proliferación de noticias falsas o engañosas, y del uso de los medios para
desacreditar a individuos o instituciones no son sino el resultado del asalto
de la profesión de periodista por inescrupulosos y gente que no conoce o no
quiere ajustarse a las buenas prácticas de la Comunicación Social, presentes en
el Código de Ética del Periodista Venezolana, cuyo conocimiento y cumplimiento
solo se garantiza mediante el Colegio Nacional de Periodistas y su Tribuna
l
Disciplinario, creados por una ley de 1973 con el que la República quiso
asegurarse el ejercicio profesionalizado de esta actividad y la calidad de la
información en el país.
Al
CNP lo sorprende este Día de la Libertad de Prensa con una lista interminable
de agresiones físicas y verbales a los comunicadores sociales por parte de
autoridades, agentes de seguridad del Estado o por particulares que se amparan
en la impunidad y hasta la complacencia de los gobernantes para atacar al
reportero que está en la calle. Esto ha generado una disminución de actividades
fundamentales del periodismo –investigar, contrastar fuentes, denunciar y
darles voz a la gente– y un desvío del foco de la actividad comunicativa a
contenidos menos molestos para el hegemón. La pérdida del valor del salario y
de la seguridad social agrega otro elemento a esta crisis de la prensa, que
llega al 2018 observando que los profesionales de la Comunicación Social se han
sumado a la corriente emigratoria de Venezuela, que pasan a nutrir con sus
conocimientos los medios de todo el mundo.
El
desarrollo de un país, su independencia y su democracia dependen directamente
de que haya libertad de expresión, porque con ella es la única manera de llegar
a la verdad, principio y fundamento de la democracia. La dictadura, el hambre y
la enfermedad son resultados directos de la mentira, la aliada fundamental de
la corrupción.
Que
podamos construir una Venezuela donde el periodismo libre no sea considerado un
delito.
#DiaDeLaLibertadDePrensa
#LibertadDePrensa #InformarNoEsDelito
Colegio Nacional de Periodistas