Opinión. Eduardo Orozco
Hasta
fines de mayo de 2018, han desaparecido 80 de los 115 diarios que circulaban en
2013, año en el que se hicieron las primeras denuncias sobre la crisis de papel
que amenazaba a la industria periodística venezolana.
En
2018, hasta la última semana de mayo, 9 periódicos anunciaron el cese de sus
ediciones diarias.
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El 15 de enero dejó de circular el diario El Oriental de Maturín.
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El periódico más antiguo de Venezuela, El Impulso de Barquisimeto, dejó de
circular el 10 de febrero después de 114 años de existencia.
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El diario Región de Cumaná, con 44 años de trayectoria, circuló hasta el 28 de
febrero de 2018.
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A mediados de marzo anunció su cierre La Prensa de Barinas
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El Tiempo de Puerto La Cruz anuncia el 27 de abril que, a partir del 4 de mayo
deja de circular diariamente para convertirse en semanario.
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Versión Final, de Zulia, anuncia que pasará a circular como semanario desde el
25 de mayo
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El 24 de mayo El Diario de los Andes informa que se transforma en semanario a
partir del 10 de junio.
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Visión Apureña, con 15 años de circulación, anuncia que desde el 28 de mayo se
convierte en semanario
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A partir del 1 de junio y, por primera vez en 29 años, dejará de circular
indefinidamente el diario Las Noticias de Cojedes.
Todos
los anuncios de suspensión o cierre definitivo de sus actividades han estado
acompañados de un señalamiento concreto: la Corporación Maneiro, que monopoliza
la importación de papel, no entrega los insumos necesarios oportunamente a los
medios impresos venezolanos.
Algunos
medios intentan ofrecer sus servicios informativos a los ciudadanos a través de
sus portales en la web o en sus ediciones impresas semanales. La paralización
definitiva o parcial de los equipos de trabajo necesarios para sacar a la calle
un diario arroja cifras altas de pérdida de empleos directos.
El
mayor impacto lo reciben los trabajadores de las rotativas porque, aún en el
caso de circular como semanarios, la reducción de horas de trabajo es del 80%,
aproximadamente.
El
cierre de 80 redacciones es un golpe devastador para periodistas, fotógrafos y
diseñadores porque solo una pequeña parte es absorbida por los portales web de
los medios que evolucionan en esta plataforma. La mayoría se queda sin empleo.
No
menos grave es la desaparición del espacio informativo que recibían los
lectores de estos medios. Si multiplicamos la cantidad de información promedio
de cada diario por 80, podemos estar hablando de la ausencia de unas 8 mil
notas diarias. Noticias, entrevistas, reportajes, artículos, que ya no llegan
al conocimiento de las audiencias. Denuncias, reclamos, debates, que dejan de
existir.
Pero
esta situación no se queda allí. Los 35 diarios que todavía circulan en el
país, han recortado su formato, han reducido a la mitad el número de páginas y
ahora imprimen una tercera parte de los ejemplares que imprimían antes de la
crisis del papel. Es decir que, un diario de formato estándar se encogió a
formato tabloide, pasó de 48 páginas a 24 y recortó su tiraje de 10 mil a 2500
ejemplares, en promedio. Son cifras que hay que precisar.
Los
medios que todavía circulan están amenazados y acosados permanentemente, sus
periodistas, reporteros gráficos y camarógrafos son atacados a diario. Son
intimidados, golpeados y les roban sus equipos te trabajo. La radio, las
estaciones de TV, los portales web, son intervenidos y hackeados continuamente
para impedir que informen sobre la crisis.
Estamos
ante un panorama desolador como resultado del intento de imponerle a la
sociedad un modelo estatista, centralizador, de hegemonía comunicacional, de
inspiración marxista-leninista tutelado desde La Habana.
Estamos
ante una verdadera tragedia producida por el fracaso de un gobierno que lleva
casi 20 años en el poder y que ha contado con los mayores recursos económicos
en la historia de Venezuela. Suficientes recursos para ser el mejor país del
mundo. Ahora estamos entre los peores.
Expresidente del CNP / Miembro de Expresión
Libre