Prensa. Diario Líder.
Apenas
media hora en automóvil separan a Cristiano Ronaldo y Lionel Messi de los
rústicos poblados en las afueras de Moscú, donde sus selecciones instalaron sus
bases en el Mundial de Rusia. Diez balones de oro repartidos equitativamente se
pueden encontrar entre Kratovo, donde pernocta Cristiano con Portugal, y
Bronnitsy, el cuartel de Messi con Argentina.
Pero
el ambiente en ambos predios es dispar tras los debuts con empates de sus
selecciones. Mientras se habla de un supuesto bajón anímico de Messi por el
penal que malogró en el 1-1 frente a Islandia, Cristiano es el imán de los
elogios tras la tripleta de goles que rescató el 3-3 contra España.
Portugal
vuelve a la carga el miércoles al enfrentar a Marruecos en el estadio Luzhniki
de Moscú. El campeón europeo lo hace con la sensación que superó el obstáculo
más complejo en el Grupo B y que debe encarrilar su clasificación a octavos de
final en los dos partidos que la quedan.
Cristiano
firmó un rendimiento excepcional en Sochi, en el mejor partido del Mundial
hasta ahora, sellada con una exquisita definición de tiro libre sobre el final.
Así
se despachó el mediocentro Adrien Silva sobre su compañero del Real Madrid.
¿Quién
es el mejor? “No hay comparaciones posibles. Para nosotros, sólo existe un
líder, que está en nuestro lado y con el que intentamos que lo haga lo mejor
posible”, replicó el jugador del Leicester inglés.
¿Cuán
fundamental es? “Obvio, sin Ronaldo es más difícil”, añadió. “Prefiero tenerlo
a mi lado que en contra. Está con nosotros y se encuentra muy bien”.
¿Cómo
actúa con sus otros 22 compañeros de selección? “No acostumbra a hablar de sus
éxitos, quiere que el equipo gane… saludó a todo el mundo”.
Fue
la tripleta número 51 en la carrera de Cristiano, convirtiéndose además en el
cuarto jugador que anota en cuatro copas mundiales distintas.
Aunque
en teoría afrontan la parte más fácil de su calendario en Rusia, los lusos no
se fían con los marroquíes.
Marruecos
llega tocado. Un autogol del delantero Aziz Bouhaddouz les hundió en la derrota
1-0 ante Irán.
“Dado
que perdieron el primer partido, Marruecos dará todo lo que tiene. No tienen
otra alternativa”, advirtió el delantero André Silva, jugador del Milan
italiano.
El
error de Bouhaddouz estropeó otro gran despliegue de la defensa marroquí.
Comanda por Mehdi Benatia, el central de la Juventus, el conjunto del norte de
África acumuló seis partidos en los que no encajó goles en las eliminatorias
mundiales. Habría que remontarse a noviembre de 2015 para encontrar la última
vez que un jugador rival les anotó un gol, convertido por Guinea Ecuatorial.
“Tenemos
la capacidad de ganar el partido”, señaló el volante Faycal Fajr, mencionando
el empate que Islandia sustrajo ante Argentina. “Mi consigna de siempre, si
tienes la voluntad, se puede”.
Cristiano
y Benatia se encontraron frente a frente hace poco, en la vuelta de los cuartos
de final de la Liga de Campeones. La eliminatoria parecía encaminarse a una
prórroga. Pero Benatia empujó a Lucas Vázquez en la espalda, se pitó un penal y
Cristiano lo transformó para que el Madrid avanzara en su marcha a una 13ra
Copa de Europa, una cantidad récord. Fue un desenlace polémico en la capital
española, con el arquero juventino Gianluigi Buffon expulsado por su furibunda
reacción contra el árbitro.
Será
la segunda vez que se enfrenten en un Mundial. En el anterior, el de México
1986, Marruecos se impuso 3-1 en Guadalajara. El resultado decretó la
eliminación de Portugal y Marruecos hizo historia al convertirse en el primer
equipo africano en avanzar a la segunda ronda de un Mundial.