El presidente
venezolano, Nicolás Maduro, anunció este sábado regulaciones a la venta de
gasolina -la más barata del mundo- durante un congreso del partido de gobierno
que paradójicamente debate flexibilizar los rígidos controles a la economía
para superar la crisis.
Prensa. Alex
Vásquez / AFP
Aunque
no mencionó un alza, Maduro señaló que los actuales precios del combustible no
cubren los costos de producción y alientan el contrabando, por lo que propuso
regularizar su venta a través del carnet de la patria, tarjeta electrónica que
da acceso a los subsidios del Estado. “La gasolina, decir que se regala es
poco, pagamos por echarla (…), tenemos que ir a un uso racional (…) y esto va a
impactar cambios en todo el transporte automotor”, señaló el mandatario durante
el foro del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
Para
ello, Maduro dijo que entre el 3 y el 5 de agosto se realizará un censo -a
través del carnet de la patria- a “todo el que tenga un vehículo”. Venezuela
tiene la gasolina más barata del mundo: con un dólar se pueden pagar más de
tres millones de litros y el gobierno socialista denuncia que mafias la
contrabandean hacia otros países.
Maduro
anunció el miércoles que el 20 de agosto eliminará cinco ceros a la moneda -dos
más de lo previsto- y saldrá un nuevo cono monetario, en medio de una inflación
que según el FMI podría llegar a 1.000.000% este año. Con la nueva moneda de
menor valor, de 0,5 bolívares (50.000 bolívares de hoy), se podrían adquirir
50.000 litros de nafta.
Analistas
consideran que esa distorsión hace muy probable que el gobierno se vea obligado
a ajustar los precios de los combustibles. El aumento de la gasolina es un tema
tabú en el país petrolero. El 17 de febrero de 2016, Maduro lo subió por
primera vez en dos décadas a 1 bolívar por litro.
Flexibilización
cambiaria
En
el foro, que a petición del presidente se extenderá hasta el 30 de agosto, se
debate la posible eliminación de controles a la economía, que según analistas
generaron la grave crisis que disparó la pobreza y empujó a cientos de miles a
emigrar. El ministro de Educación, Elías Jaua, confirmó que abordarán dos
propuestas sobre el costo de la gasolina: “Un aumento progresivo del precio de
los combustibles y (…) una política de internacionalización de precios”.
Jaua
acotó que se discutirá otro tema sensible: el régimen cambiario, pues el Estado
monopoliza las divisas desde 2003. “Sobre los ilícitos cambiarios, le voy a
entregar esta semana a la Asamblea Nacional Constituyente (que rige el país y
está integrada exclusivamente por oficialistas) para que se apruebe una ley que
coloque nuevos parámetros y flexibilice el manejo de las divisas convertibles”,
confirmó Maduro.
Mientras
el gobierno controla las divisas de la economía, dependiente de importaciones y
en grave crisis -con escasez de alimentos y medicinas-, el mercado negro marca
el precio de varios productos básicos.
“Por
las buenas o por las malas”
La
instalación del congreso, que se realiza cada cuatro años, se produce en medio
de un cruce verbal entre Maduro y dirigentes del chavismo que han pedido
flexibilizar la política intervencionista del Estado.
El
mandatario, que asegura que la inflación es parte de una “guerra económica” de
la oposición y Washington para intentar derrocarlo, reconoció este sábado
graves fallas de producción en las empresas del Estado.
“Viene
un plan para voltear todas las empresas del Estado (…), hay que superar los
modelos fracasados de falso socialismo que hemos aplicado”, indicó. Maduro
afirmó que con la reconversión monetaria inicia un programa de recuperación
económica que aplicará “por las buenas o por las malas”.
“El
Partido Comunista me propone que nacionalice de manera revolucionaria parte de
la economía del país, y eso no está negado (…), porque nosotros vamos a dar un
cambio económico, por las buenas o por las malas”, aseveró.
Dirigentes
del chavismo han reclamado un giro económico, entre ellos Freddy Bernal
-colaborador del mandatario-, quien aseguró la semana pasada que “la
revolución” es responsable “de lo bueno y lo malo” que ocurre en el país.
“Hay
gente que agarra la crítica como una moda, como una pose (…) y el resultado es
la nada, y juegan al criticismo, y muchas veces juegan al juego de la
contrarrevolución”, reaccionó Maduro durante el congreso.
“¿Es
acaso una moda y un show el hambre que padece nuestro pueblo? ¿Que no haya
medicinas, luz, agua?”, expresó antes en Twitter Rafael Ramírez, expresidente
de la estatal petrolera PDVSA (2002 y 2013), apartado del gobierno por sus
críticas.