Prensa. El Nuevo
Herald.
La
frontera de Nicaragua con Costa Rica comienza a sentir la creciente presión de los
disturbios generados por las protestas contra el gobierno de Daniel Ortega. Entre
100 y 150 nicaragüenses cruzan cada día por la región fronteriza de Peñas
Blancas, dijo la Cancillería costarricense.
El
portavoz de la Agencia de la ONU para Refugiados (ACNUR), William Spindler,
dijo el martes que la cifra de nicaragüenses solicitando refugio en Costa Rica
“aumentó de forma exponencial”. Al menos 8,000 peticiones de asilo de
nicaragüenses han pedido registradas desde abril, cuando comenzaron las protestas.
Otros 15,000 casos están pendientes, según informó la Organización de Naciones
Unidas.
El
organismo explicó que diariamente se registran 200 solicitudes de asilo en
Costa Rica. La agencia prometió que va a ayudar a las autoridades migratorias a
incrementar la capacidad para procesar al menos 500 solicitudes diarias.
El
diálogo de paz impulsado por la Iglesia Católica entre el gobierno de Ortega y
la oposición no rindió frutos semanas atrás, agudizando la crisis política que
ha dejado más de 300 muertos, miles de heridos y desplazados en el país
centroamericano. La
canciller costarricence Epsy Campbell declaró recientemente que se trata de un
“aumento significativo” en cuanto al arribo de inmigrantes nicaragüenses,
aunque indicó entonces que todavía no lo consideraban una crisis.
“El
recrudecimiento de la situación política y social en Nicaragua empieza a
generar una presión migratoria, además de la presión económica y comercial que
venimos arrastrando desde hace semanas por los problemas de tránsito de
mercancías. Hay un aumento significativo que podría llegar a una crisis
migratoria”, dijo Campbell a periodistas este mes.
La
funcionaria indicó que su país quiere “poner en el tapete de la discusión
internacional que lo de Nicaragua es un tema inaceptable con consecuencias
directas a nuestro país y que el mundo debe poner sus ojos allí”.